Nadie se atreve a decirlo, pero esta vez es diferente, muy diferente. Esta vez no es una escaramuza más, sino una catástrofe humanitaria sin precedentes que nadie está dispuesto a evitar de verdad. Los palestinos están realmente solos y eso implica que su capacidad de negociación es prácticamente nula. Con todos los integrantes de Hamás escondidos bajo el subsuelo de Gaza, utilizando a los civiles como escudos humanos, y sus líderes a salvo en países como Catar, la suerte de los gazatíes está echada y los dados no juegan a su favor. Aunque todos los ciudadanos del mundo salgamos a la calle para pedir que se acaben los bombardeos y se proteja a la población civil, lo cierto es que en esta ocasión no va a haber un alto el fuego hasta que Gaza sea arrasada por completo y Hamás destruido. Desde el punto de vista estratégico es la ocasión para que los políticos israelíes de extrema derecha puedan ver su sueño del Gran Israel mucho más cerca.

Por su parte, los líderes de los países árabes no van a intervenir, más allá de hacer algunas declaraciones de condena y reunirse entre sí y con algunos líderes mundiales. Ninguno de ellos quiere embarcarse en un conflicto cuya resolución no va a ser favorable, e Irán se limitará a financiar y abastecer a sus proxis en la región, es decir, Hamás y Hezbolá, para que sigan luchando por ellos. Porque una cosa es distraer a la opinión pública iraní con la cuestión palestina y otra muy distinta desplazar a un ejército sobre el terreno, cuando el descontento ciudadano solo se está pudiendo sofocar con una fuerte represión. Y, aunque el cierre de las fronteras que está impidiendo salir a los palestinos de Gaza, tal y como manifestó un miembro de la Liga Árabe, sea para evitar que una vez fuera no puedan regresar, lo único que está logrando es más muerte y desolación.

Si la intención de Hamás era provocar una reacción internacional favorable a su causa, se ha equivocado estrepitosamente. Al haber rechazado la solución de los dos estados, lejos de conservar territorio lo han ido perdiendo poco a poco, y ahora están a punto de quedarse sin nada. Puede que para ellos morir por su causa sea ideal, pero, lo que están consiguiendo es el exterminio de los palestinos. Y mientras, nos sangra el corazón.