Leo que un estudio revela que la mitad de los dueños de coches eléctricos quieren volver a la combustión. No me lo creo. Si fuera así, la ministra que dijo que el diésel tenía los «días contados» (hace ya más de cinco años) estaría en su casa, y ahí sigue, con la cartera de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de propina vicepresidenta. Pero no me lo creo porque, cada vez que hablo con el propietario de un vehículo movido por la energía acumulada en una batería de iones de litio, me dice que está encantado. El último, hace unos días, es un empresario que adquirió hace dos años un eléctrico mediante un renting a cuatro años. Paga casi 800 euros al mes, pero se olvida de todo, seguro, impuestos, revisiones, cambio de neumáticos, pastillas de freno... De todo, excepto de cargar la batería, claro. En su casa le cuesta a 0,10 euros el kWh, pero si va de viaje ya sube a 0,40 euros y si quiere hacer una carga rápida puede superar los 0,90 euros/kWh. Su coche tiene una capacidad de 77,4 kWh, así que en este último caso le sale prácticamente lo mismo que si echara gasolina de 95 octanos. Aunque él puede recorrer 500 kilómetros y el del petrolero 900.

Pero la autonomía no es el problema del coche eléctrico, se soluciona fácil: con una batería más grande. Tampoco la deficiente red de puntos de carga, porque aumentan día a día y además no es necesario cargar la batería al 100 %. Por ejemplo, si vamos a Madrid y tenemos que parar en Tordesillas, basta con recuperar 200 kilómetros de autonomía, lo que se tarda en tomar un café, o dos, o tres... Cuidado con la tensión. El precio de compra es un escollo mayor, pero gracias a la UE y a su política de aranceles cero ya tenemos eléctricos chinos muy majos por debajo de los 20.000 euros (con la ayuda añadida de los planes de la ministra, y, como dijo otra en su día, «el dinero público no es de nadie»).

El mayor problema es qué hacemos cuando la batería ya no nos permita recorrer esos 500 kilómetros. Si queremos cambiar de coche, a quién y a qué precio le vendemos el antiguo? Si optamos por cambiar la batería hay que preparar la cartera: desde 12.000 euros a 20.000 o más). Ya hay marcas que sustituyen solo los módulos agotados (unos 2.000 euros cada uno, una batería de 77 kWh suele tener doce). O eso, o un renting cada cuatro años.

QOSHE - Problemas de la vida eléctrica - Javier Armesto
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Problemas de la vida eléctrica

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23.11.2023

Leo que un estudio revela que la mitad de los dueños de coches eléctricos quieren volver a la combustión. No me lo creo. Si fuera así, la ministra que dijo que el diésel tenía los «días contados» (hace ya más de cinco años) estaría en su casa, y ahí sigue, con la cartera de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y de propina vicepresidenta. Pero no me lo creo porque, cada vez que hablo con el propietario de un vehículo movido por la energía acumulada en una batería de iones de litio, me dice que está encantado. El último, hace unos días, es un empresario que........

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