La relación simbiótica entre la familia real británica y los medios de comunicación escribió este viernes un capítulo más en su cronología con el mensaje en el que Catalina Middleton reveló al mundo el origen de su mal. Lo hizo, como le ocurriría a cualquier paciente en su situación, muy a su pesar, pagando el peaje de ser alteza real en la salud y en la enfermedad.

Si los príncipes de Gales hubieran visto The Crown, cosa que dicen no haber hecho, o si alguien les hubiera recordado cómo sucedieron las cosas con la muerte de Diana, habrían vuelto la vista atrás a aquel momento en que Isabel II intentó esconderse tras los muros de su castillo con el objetivo de proteger a sus nietos, y un poco a ella misma, mientras un clamor popular reclamaba un simple gesto y unas pocas palabras de compasión de su monarca. Un medido discurso en televisión que quedó para la historia le permitió aplacar los ánimos de un pueblo que estaba encendido por la rabia y por unas cuantas teorías de la conspiración, a pesar de que aún no existían en aquellos años redes sociales que avivasen las llamas. Entonces, igual que ahora, cualquiera de las rocambolescas especulaciones que se hacían a costa de los Windsor habría sido mucho más divertida y peliculera que aceptar los desafíos de la cruda realidad.

QOSHE - Mensaje de una princesa - Beatriz Pallas
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Mensaje de una princesa

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24.03.2024

La relación simbiótica entre la familia real británica y los medios de comunicación escribió este viernes un capítulo más en su cronología con el mensaje en el que Catalina Middleton reveló al mundo el origen de su mal. Lo hizo, como le ocurriría a cualquier paciente en su situación, muy a su pesar, pagando el peaje de........

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