Si la realeza británica hubiese aprendido algo de sus sonadas crisis pasadas sabría que la peor de las estrategias para evitar ser pasto de la especulación es alimentar una trama suculenta de ocultaciones y verdades a medias que para sí querrían los guionistas de la ya difunta The Crown. El hechizo intangible que proyecta el título de princesa de Gales, con todo el glamur y la desventura de su antepasada más famosa, alimenta la tormenta perfecta que ahora se cierne sobre una familia que aspiraba a vivir con total privacidad la enfermedad sin dejar a un lado sus privilegios.

Hasta ahora habían tenido suerte. La prensa de su país, experta en cruzar cualquier límite para conseguir una exclusiva, se había mantenido a distancia y había respetado de forma poco habitual su intimidad. Pero esa tregua amenaza con venirse abajo por el último traspié del equipo de comunicación real, que ha permitido que una fotografía torpemente manipulada con maneras de principiante adquiriera la condición de comunicado oficial. Era la imagen más esperada por los admiradores de la monarquía británica y se convirtió en una chapuza de consecuencias inciertas. En tiempos de retoques digitales e inteligencias artificiales ya no basta con creer aquello que uno ve con sus propios ojos. Ya sea por engaño o por simple coquetería, constatar que la trampa puede llevar escudo oficial resulta desasosegante.

QOSHE - La sombra de la sospecha - Beatriz Pallas
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La sombra de la sospecha

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12.03.2024

Si la realeza británica hubiese aprendido algo de sus sonadas crisis pasadas sabría que la peor de las estrategias para evitar ser pasto de la especulación es alimentar una trama suculenta de ocultaciones y verdades a medias que para sí querrían los guionistas de la ya difunta The Crown. El hechizo intangible que proyecta el título de........

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