Puede que tuviera razón Antonio Muñoz Molina cuando escribió que el gran problema de este país es que, en los últimos años, los mediocres que se han arrimado a los partidos han acabado ocupando los puestos más altos sin poseer ningún mérito, sin saber nada, ni querer aprender algo. El país se levantó ayer malhumorado ante decisiones de los políticos que complicarán nuestras vidas, cuando todo se alineaba para mejorarlas. No puedo dejar de pensar cómo la pretendida superioridad moral mostrada por En Comú Podem para rechazar un casino, que seguramente nunca se levantará en Tarragona, sirvió de excusa para dejar en minoría al Govern. No sé cómo se lo explican ellos, pero me consta que los ciudadanos no han entendido que, con su empecinamiento, hayan dinamitado los presupuestos de la Generalitat y, por simpatía, los del Gobierno de España. La onda expansiva ha llegado también a Barcelona, al quedar paralizado el acuerdo entre PSC y ERC ante la dinámica electoral. El efecto mariposa, según el cual acciones insignificantes pueden desencadenar grandes desastres, está servido.

No tengo ninguna duda de que el estropicio que ha creado la cabezonería de En Comú Podem les va a pasar factura, pero este es su problema. Pero el no disponer de presupuestos supone que no habrá las inversiones previstas en Catalunya para paliar la sequía, para invertir en educación, en sanidad y en vivienda, como tampoco habrá rebaja fiscal a las rentas más bajas. Y queda en el aire la condonación de 60.000 millones de deuda autonómica, acordados en la investidura, 15.000 de los cuales corresponden a la Generalitat. Esa situación difícilmente podrá corregirse el año próximo, ante la nueva disciplina fiscal exigida por la UE.

La sensación de que los partidos van a lo suyo y los ciudadanos importamos poco es el peor de los mensajes que puede transmitir la política que, sin duda, aprovecharán los populistas. El aspecto desolado de Yolanda Díaz, a modo de personaje lorquiano, del pasado jueves en el Congreso era la prueba del nueve de que se avecina tragedia. No solo para Sumar, que cada vez resta más, sino para un país que ha sido víctima de la conspiración de los mediocres.

QOSHE - La conspiración de los mediocres - Màrius Carol
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La conspiración de los mediocres

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16.03.2024

Puede que tuviera razón Antonio Muñoz Molina cuando escribió que el gran problema de este país es que, en los últimos años, los mediocres que se han arrimado a los partidos han acabado ocupando los puestos más altos sin poseer ningún mérito, sin saber nada, ni querer aprender algo. El país se levantó ayer malhumorado ante decisiones de los políticos que complicarán nuestras vidas, cuando todo se alineaba para mejorarlas. No puedo dejar de pensar cómo la pretendida superioridad moral mostrada por En Comú Podem para rechazar un casino,........

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