Yo creía que era la única persona consuetudinaria que, cuando llega diciembre, hace preguntas más tontas de lo habitual. De eso nada. Soy uno más. No hay mes del año en que abunden tanto las preguntas tontas.
Descripción de la imagen
–¿El lenguado está bueno?
–Caballero, si estuviese malo, no lo tendríamos en la pizarra...
Se habían agotado los pies de cerdo guisados en el Portolés, una casa de comidas de las que quedan pocas en Barcelona, y tenía que elegir alternativa. Y perpetré la pregunta más idiota que puede hacer uno en un restaurante. Supongo –toda pregunta absurda conlleva una excusa– que era mi forma de patalear por los pies de cerdo...
En la administración de lotería donde venden el número ganador de la empresa, una señora con aspecto de leída mira los décimos expuestos y pregunta:
–¿Los acabados en 7 tocan mucho, verdad?
–Es una terminación que gusta...
Hay algo en el ambiente que entontece, acaso los preparativos para unos días especiales (ilusionantes, en argot 2024).
En uno de esos boxes donde atienden a los pacientes en un gran hospital –en todos los sentidos–, observo que todas las enfermeras rematan la información previa con una pregunta. Al enfermo en cuestión le llamaremos Manel, octogenario, muy catalán, locuaz, quizás uno de aquellos viajantes catalanes que encajaban los noes sin frustrarse y contaban chistes sobre catalanes en Medina del Campo. Andaba el hombre confuso entre tanto trajín.
–Manel, te tengo que poner una sonda.
–¿Dónde?
–En el pene, ¿qué te parece?
Manel se quedó mudo. Creo que le dolió en el alma porque, en seco, dejó de hablar. Observé que el “¿qué te parece?” es de rigor, cosas de los protocolos sanitarios. Tampoco pasaría nada, digo yo, si omiten la pregunta en determinados casos, tal que una sonda en el pene.
Menos mal que una niña, de unos ocho años, hizo a su madre en una terraza una pregunta inteligente. Se fijó en un hombre calvo que pasaba muy tieso.
–Mamá, ¿se lava también la cabeza o solo la cara?
El mes de las tonterías
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19.12.2023
Yo creía que era la única persona consuetudinaria que, cuando llega diciembre, hace preguntas más tontas de lo habitual. De eso nada. Soy uno más. No hay mes del año en que abunden tanto las preguntas tontas.
Descripción de la imagen
–¿El lenguado está bueno?
–Caballero, si estuviese malo, no lo tendríamos en la pizarra...
Se habían agotado los pies de cerdo guisados en el Portolés, una casa de comidas de las que quedan pocas en Barcelona, y tenía que elegir alternativa. Y perpetré la........
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