Como decano de los periodistas divorciados de Catalunya, quisiera ilustrar al lector sobre las arenas movedizas en que nos movemos quienes no tenemos la suerte de vivir casados –felizmente, claro– y vamos concertando citas a la buena de Dios, como el gran José Luis Ábalos (no confundir con José Luis Moreno y Rockefeller).

Gracias al patrocinio de Paco Mir, disponía de dos invitaciones para Esperant Mr. Bojangles en el Poliorama (a la altura de la canción y con tres actores que se salen). El teatro, por cierto, vive de los divorciados y las divorciadas –mucha colla en la platea– porque permite hacer el paseíllo sin ­nervios y sugiere alma sensible (¿tío? ¿sensible? Ten points! ).

A fin de evitar el posterior “picar algo” –cenar incómodo, caro y mal–, apelé a un excelente italiano, Bacaro, próximo al teatro.

–¡Hoy tenemos lingua tonnata!

La madre que me parió, pensé cuando mi acompañante se mostró entusiasmada. Tampoco era cuestión de explicar traumas –fórmula infalible para cargarse una cita– y recordar que la señora que cocinaba en el piso de universitarios en Pamplona nos sirvió lengua guisada durante tres años sin decir ni mu (salvo a quien le sugirió que era barata y tampoco nos íbamos a enterar). Solomillo no era.

Y apreté el botón nuclear...

–Yo no soy de compartir...

La noche se torció con el vericidio, como aquel almuerzo en que una cita me preguntó, a las primeras de cambio, sobre mis aficiones.

–La lectura... ¡y los toros!

(¿Cómo iba yo a saber que era votante del Pacma?)

Bacaro: de modo que divorciado de larga duración –ergo asilvestrado– y reacio a compartir...

Como suele ocurrir en estos casos, me vine arriba (y empeoré la situación): parece absurdo terminar “picando” platos que no te gustan –yo al cole no vuelvo– y sugerí que pidiese, claro, la lingua tonnata pero que conmigo no contase.

¿Qué hubiese hecho Marcello Mastroianni en mi lugar? Yo creo que se habría hecho perdonar, pero uno no es Marcello aunque tiene principios: más vale honra sin barcos que lengua –de vaca, ternera o cordero– a las primeras de cambio. Así se arruina una cita.

QOSHE - Cómo arruinar una cita - Joaquín Luna
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Cómo arruinar una cita

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01.03.2024

Como decano de los periodistas divorciados de Catalunya, quisiera ilustrar al lector sobre las arenas movedizas en que nos movemos quienes no tenemos la suerte de vivir casados –felizmente, claro– y vamos concertando citas a la buena de Dios, como el gran José Luis Ábalos (no confundir con José Luis Moreno y Rockefeller).

Gracias al patrocinio de Paco Mir, disponía de dos invitaciones para Esperant Mr. Bojangles en el Poliorama (a la altura de la canción y con tres actores que se salen). El teatro, por cierto, vive de los divorciados y las........

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