El oso Goiat, el último sex-symbol de los Pirineos, nos ha dejado con una discreción de la que careció en vida y su recuerdo perdurará entre quienes pensamos que fue víctima de la fama –mala fama para ser exactos– y rehén de sus impulsos, entre los que, menos fumar, hubo de todo y nada bueno.

A diferencia del tonto Yogui, Goiat fue un plantígrado hecho a sí mismo, al que un buen día del año 2016 arrancaron de su Eslovenia natal para soltarlo en los Pirineos con la ocurrencia de que fuera un máquina ejemplar, llamado a repoblar la región.

La cabra tira al monte y Goiat se tiraba lo que no está escrito hasta que un día dijo basta, harto de la cosificación sexual. Y en lugar de sentar la cabeza y comer a las dos, optó por vagabundear y atacar al ganado, para desolación de las autoridades competentes, empeñadas en repoblar el Pirineo con osos cívicos y saludables.

En contra de su voluntad, Goiat se convirtió en un apestado. Esloveno de nacimiento y catalán de adopción, el Gobierno de Aragón y el Conselh Generau d’Aran llegaron a pedir a la Generalitat que lo expatriase, como si la Generalitat no tuviese otras cosas mejores que expatriar allá por el 2018.

Los ecologistas nunca perdieron la fe en Goiat, al que los ganaderos del Pirineo le querían dar plomo y todo porque se merendaba ovejas, corderos y algún potro. Ya pueden dormir tranquilos: el indomable ha hecho mutis por el foro y desde el 25 de abril del 2022 no ha dado señales de vida, de ahí que la Red Oso Pardo –¡qué haríamos sin ella!– acabe de declarar “extinto” a Goiat, ese oso.

Los que tuvimos la fortuna de no tratarle a medio metro de distancia recordaremos sus risas, sus tropelías y aquella generosidad tan suya. Goiat nunca tuvo un sí para los amigos –muy pocos, la verdad– y supo transmitir unos valores eternos como la excelencia de las chuletillas de cordero, la aversión a las redes sociales y aquellos andares que para sí quisieran los excursionistas del área metropolitana de Barcelona.

Goiat, ¿qué te vamos a contar que tú no sepas? Procrear, comer y gambetear es el argumento de la obra. Se van los mejores.

QOSHE - Adiós a Goiat, oso indomable - Joaquín Luna
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Adiós a Goiat, oso indomable

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11.04.2024

El oso Goiat, el último sex-symbol de los Pirineos, nos ha dejado con una discreción de la que careció en vida y su recuerdo perdurará entre quienes pensamos que fue víctima de la fama –mala fama para ser exactos– y rehén de sus impulsos, entre los que, menos fumar, hubo de todo y nada bueno.

A diferencia del tonto Yogui, Goiat fue un plantígrado hecho a sí mismo, al que un buen día del año 2016 arrancaron de su Eslovenia natal para soltarlo en los Pirineos con la ocurrencia de que fuera un máquina ejemplar, llamado a........

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