Algunos sectores, impulsados por la Fiscalía General de la Nación, quieren convertir a la Corte Suprema de Justicia en un instrumento más de su confrontación con el gobierno del presidente Petro, para ello han intentado crear el ambiente, y difundir la idea, de que esa corporación no elegirá pronto, como es su deber, la fiscal que reemplazará a Francisco Barbosa luego de la terminación de su período. La cita es el próximo jueves y allí veremos qué pasa.

Por ahora, la Corte ha cumplido con rigor su tarea: revisaron la terna cuidadosamente para estar seguros de que las tres candidatas son elegibles, no solo en los requisitos formales, sino también en ese más subjetivo del “buen crédito” que usa la Constitución al fijar los requisitos para los altos cargos en el poder judicial.

Tentaron a los magistrados para que enredaran la elección, porque Petro se arrepintió de haber postulado a una de las candidatas y la cambió. Si la Corte hubiese querido entorpecer el proceso, seguramente hubiera encontrado razones para decir que el cambio no era posible. No cayó en la tentación, mantuvo la interpretación que ya en el pasado se había aceptado y siguió adelante.

Les pusieron una cascarita con el argumento de que, la propuesta por el presidente Petro, era una terna discriminatoria con los hombres porque está integrada por tres mujeres. Rechazaron el argumento por absurdo y siguieron.

Apostaron a que habría varias vacantes en la Corte y que eso haría difícil que cualquiera de las postuladas obtuviera la mayoría cualificada requerida para la elección. Se pusieron al día en las elecciones, incluso eligiendo a juristas altamente reconocidos como el profesor Gerardo Barbosa, elegido para formar parte de la Sala Penal. No sé si los recién elegidos alcancen a estar en la votación del jueves, pero esa idea de desbaratar el quorum necesario ya tampoco fue.

Construyeron la leyenda de que había una “guerra” para que alguien, quién sabe con qué turbios intereses, se apoderara de la Fiscalía. Claro, el primer sindicado era Petro y el “interés” era fácil de construir: Su hijo que tiene un proceso penal en contra, en el que ya la Fiscalía hizo lo que tenía que hacer que es acusar y soportar con pruebas, fuertes en este caso, la acusación. El caso de Nicolás Petro ya no depende de la Fiscalía, ni menos del Fiscal, sino de los jueces. No es cierto que si llega un “fiscal de bolsillo” pueda engavetar el caso.

Claro que el “interés” de Petro no se limitaría al caso de Nicolás sino también al de Laura Sarabia y en fin, la historia de que el presidente tiene un pacto con criminales a quienes quieren beneficiar y ese largo etcétera de acusaciones insidiosas que se repiten sin pruebas, pero sobre todo sin dimensionar el daño a la legitimidad institucional.

Petro, en este caso, hizo lo único que los ciudadanos teníamos pleno derecho a exigirle, pero que los presidentes anteriores no necesariamente habían hecho, que es presentar una terna que nos dé confianza de independencia. En efecto, tal vez la mejor decisión de su gobierno ha sido esta. Una terna, solo de mujeres, integrada por personas con amplia experiencia y conocimiento para el cargo al que fueron candidatizadas, a las que no se les puede, ex ante, señalar de posibles subordinadas del presidente.

No lo había hecho Duque, que postuló a su amigo íntimo de universidad, no lo hizo Santos quien, presionado, candidatizó a quien era su Jefe de Gabinete, no lo hizo Uribe. A todos estos casos el establecimiento los había tomado como un tema menor, pero claro que Petro no se hubiera podido equivocar, cualquier cosa medianamente parecida a lo que hicieron sus antecesores hubiese sido calificada como un intento inaceptable de cooptar el poder judicial. Por fortuna, Petro, en este caso, no se equivocó, hizo bien la tarea, incluso mejor de lo que el más optimista hubiese esperado.

Para quienes creemos que lo más preciado de nuestro sistema institucional es la independencia del poder judicial, el hecho de que el presidente hubiese presentado como candidato a la Corte Constitucional un candidato por el que votaron masivamente los senadores de la oposición y que lo hubieran hecho incluso con más entusiasmo que los del partido de gobierno, da tranquilidad.

Esa actitud de Petro, que es como una prueba ácida de si los temores que muchos tienen del gobierno se van a cumplir o no, no ha sido ni reconocida ni correspondida, por quienes se resisten al gobierno desde los espacios políticos, desde los medios de comunicación o incluso, como lo hace el fiscal general, desde las propias instituciones.

Las tres juristas ternadas atendieron la audiencia a la que puntualmente citó la Corte, hicieron presentaciones en las que probaron su conocimiento, los magistrados oyeron atentos, ratificaron la cita para elegir.

Dado que no hubo tacha contra las candidatas, regaron la historia de que el Ministro de Defensa se “tomaría” la fiscalía, no se sabe con qué propósito pero que se la tomaría. Afortunadamente, las leyendas tuvieron poco eco, a pesar del esfuerzo de convertirlo en un escándalo que generara un ambiente adverso para que la Corte haga su tarea, que es la de elegir, lo más pronto posible, a la nueva Fiscal General de la Nación.

Han dicho que varios magistrados piensan votar en blanco, están en su derecho, pero no parece que lo vayan a hacer y, en medio de este interés súbito y afortunado que tienen ahora muchos sectores por “defender las instituciones”, después de que las maltrataron y despreciaron, la idea de entorpecer la elección no parece buena.

La Corte ha dado todas las señales de que hará su tarea, seguramente entiende que la quieren usar como instrumento de una batalla política, que le es ajena, contra el presidente Petro y que mantener en interinidad la Fiscalía no le sirve a nadie, salvo a los que quieren a toda costa, literal a todo costo, debilitar al gobierno.

QOSHE - La Corte seguramente hará su tarea - Héctor Riveros
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La Corte seguramente hará su tarea

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03.12.2023

Algunos sectores, impulsados por la Fiscalía General de la Nación, quieren convertir a la Corte Suprema de Justicia en un instrumento más de su confrontación con el gobierno del presidente Petro, para ello han intentado crear el ambiente, y difundir la idea, de que esa corporación no elegirá pronto, como es su deber, la fiscal que reemplazará a Francisco Barbosa luego de la terminación de su período. La cita es el próximo jueves y allí veremos qué pasa.

Por ahora, la Corte ha cumplido con rigor su tarea: revisaron la terna cuidadosamente para estar seguros de que las tres candidatas son elegibles, no solo en los requisitos formales, sino también en ese más subjetivo del “buen crédito” que usa la Constitución al fijar los requisitos para los altos cargos en el poder judicial.

Tentaron a los magistrados para que enredaran la elección, porque Petro se arrepintió de haber postulado a una de las candidatas y la cambió. Si la Corte hubiese querido entorpecer el proceso, seguramente hubiera encontrado razones para decir que el cambio no era posible. No cayó en la tentación, mantuvo la interpretación que ya en el pasado se había aceptado y siguió adelante.

Les pusieron una cascarita con el argumento de que, la propuesta por el presidente Petro, era una terna discriminatoria con los hombres porque está integrada por tres mujeres. Rechazaron el argumento por absurdo y siguieron.

Apostaron a que habría varias vacantes en la Corte y que eso haría........

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