La familia Dávila Abondano tiene el emporio económico más grande de Santa Marta, organizado empresarialmente como Grupo Daabon, por la conjunción de los dos apellidos. Son dueños de grandes plantaciones de aceite de palma y de banano y están metidos cada vez más en los terrenos de la política. Con el triunfo de Carlos Pinedo en la Alcaldía de Santa Marta, que representa el regreso de la derecha tras 12 años de gobierno del movimiento de Carlos Caicedo, los Daabon se han convertido en el principal poder de la administración y su joven estructura política promete crecer.

La familia carga con la sombra de haber sido de los principales beneficiarios de Agro Ingreso Seguro, que les dio subsidios a familias ricas mediante fraccionamiento irregular de tierras. Los hermanos Juan Carlos y Alfonso Dávila Abondano fueron condenados en segunda instancia, aunque interpusieron un recurso extraordinario en la Corte Suprema que busca revertir el fallo. También se los cuestiona por la compra de un terreno en Bolívar en 2007 a un testaferro de un narco que desplazó campesinos que allí habitaban, que luego vendieron en medio del escándalo.

Pese a esas sombras, los Daabon siguen siendo un referente en los gremios del Magdalena y lideran organizaciones cívicas. Históricamente, en la política, han dado apoyos, pero nunca se han movido tan activa y frontalmente como ahora. En el papel, el Grupo Daabon afirma que no participa en política: “Daabon, como grupo empresarial, no participa en política. Estas participaciones corresponden exclusivamente a decisiones personales de algunos integrantes de la familia”, le contestaron a La Silla Vacía.

Sin embargo, en la práctica el presidente del grupo, Manuel Julián Dávila, y su hermano, Juan Carlos Dávila, apoyaron la campaña de Pinedo. Actualmente son el principal grupo de poder con siete cuotas en su gabinete y están presentes en reuniones clave de la administración. Esta es la radiografía de un viejo poder que nunca había sido tan visible.

Los Daabon tienen cuatro mil hectáreas de palma de aceite y 420 hectáreas de banano, son accionistas de la Sociedad Portuaria de Santa Marta y de la zona franca Las Américas, y tienen otros negocios en sectores como la energía y el café. Sus productos se exportan a 30 países y tienen 2.200 trabajadores. Manuel Julián Dávila es el presidente y cabeza empresarial del grupo.

Su hermano, Juan Carlos Dávila, es el encargado de la política, un terreno en el que se mueven hace décadas. Han sido uribistas purasangre. Apoyaron las campañas presidenciales de Álvaro Uribe y la de Iván Duque. Su estructura política lidera el Centro Democrático en el Magdalena.

Sin embargo, también estuvieron cerca de la izquierda que lidera Caicedo con Fuerza Ciudadana. En 2011, Caicedo se lanzó a la Alcaldía de Santa Marta con el apoyo de la familia Daabon. Cuando Caicedo inscribió su candidatura, estuvo acompañado de Manuel Julián Dávila, presidente del grupo Daabon.

En el gobierno de Caicedo y en el de su sucesor y alfil, Rafael Martínez, los Daabon no tuvieron una influencia predominante. No obstante, tenían relaciones cordiales y en su gabinete Martínez nombró como secretario de Seguridad a Camilo George, una persona cercana a los grupos empresariales, incluido los Daabon.

Pero la relación se rompió en 2019 cuando Rafael Martínez fue suspendido, y entró al cargo un alcalde encargado nombrado por Iván Duque, Andrés Rugeles, que sacó funcionarios y cambió de fondo la línea administrativa que llevaba Fuerza Ciudadana. Los funcionarios fieles a Martínez se negaron a cumplir órdenes e hicieron huelgas de hambre. Pero Camilo George, cercano a los Daabon, sí trabajó y se convirtió en la mano derecha del alcalde encargado.

El hoy gobernador Rafael Martínez le dijo a La Silla que el caso Rugeles fue el punto de quiebre con los Daabon: “En ese momento decidieron tomar abierta participación en política y política electoral, desde ahí se ha abierto con ellos esa distancia porque ellos se pusieron al frente del Centro Democrático y estuvieron de lleno metido en ese complot”.

“Hace 12 años algunos miembros de la familia, a título personal, respaldaron la candidatura de Carlos Caicedo a la Alcaldía de Santa Marta; sin embargo, Caicedo incumplió las promesas de campaña con las cuales se hizo elegir, lo que llevó a que ese apoyo personal terminara”, respondió el Grupo Daabon para esta historia.

Por esa época, los Daabon estaban muy cerca de Duque. Apoyaron su campaña presidencial, tenían un senador en el Centro Democrático y Duque nombró a Manuel Julián Dávila su representante en el Consejo Superior de la Universidad del Magdalena.

Desde entonces, para Fuerza Ciudadana los Daabon se convirtieron en rivales políticos. Martínez los ha señalado, sin pruebas, de “amasar fortunas a punta de cocaína” y Caicedo dijo que los Dávila Abondano habían saqueado la salud del departamento, por lo que un juez le ordenó retractarse.

Los Daabon son discretos, se han defendido con comunicados institucionales y con solicitudes de retractación que han ganado. No entran en el choque mediático que propone el caicedismo. Tampoco suelen dar entrevistas a la prensa, sino que hablan a través de un vocero oficial.

Sus peleas las tramitan a través de sus alfiles. Por ejemplo, el senador del Centro Democrático y de los Daabon, Honorio Henríquez, participó de las reuniones de los diputados que hicieron mayorías para hacer oposición y frenar los proyectos de la Gobernación de Carlos Caicedo (2020-2023).

Con ese escenario, los Daabon jugaron fuerte contra Fuerza Ciudadana en las elecciones de 2023 y ahora tienen recompensa en la Alcaldía de Santa Marta.

Juan Carlos Dávila Abondano, condenado por Agro Ingreso Seguros, es la cabeza del Centro Democrático en el Magdalena. Su estructura inició con el senador uribista Honorio Henríquez, que en su primera campaña a Senado en 2014 se eligió en la lista cerrada del uribismo por su cercanía con Uribe. En 2018 se reeligió con el sello Daabon.

En 2022, en las elecciones a Congreso, los Daabon reeligieron a Henríquez y sacaron un representante, Olmes Echevería, con 51 mil votos en el Magdalena. En las elecciones locales de 2023 eligieron al concejal Jorge Alfredo Argüelles y a la diputada Ángela Cedeño, ambos por el Centro Democrático.

En la Gobernación del Magdalena, Juan Carlos Dávila hasta estuvo en el sonajero de precandidatos. No lo fue, pero sí hizo parte de un bloque de políticos tradicionales que lanzó a Franklin Lozano, que fue avalado por varios partidos, entre ellos el Centro Democrático. Perdió con Rafael Martínez, de Fuerza Ciudadana.

El gran triunfo los Daabon se dio en la Alcaldía de Santa Marta. Desde temprano, apoyaron a Carlos Pinedo, un exconcejal con estructura propio proveniente de una familia tradicional y cuestionada del Magdalena. Alrededor de él se unió la clase política tradicional, incluido los Dávila Abondano.

En octubre, en Santa Marta, Juan Carlos Dávila estuvo en tarima con el expresidente Uribe, que le dio el respaldo a los candidatos del Centro Democrático. Dávila asistió a eventos políticos para apoyar a Pinedo y a su estructura. Una fuente que ha compartido eventos Dávila le dijo a La Silla que el empresario no suele tomar el micrófono en esos escenarios: “No es una persona de discurso, no le gusta estar figurando. Es muy inteligente y trabaja tras bambalina. Siempre habla de la ciudad, una obsesión de mejorar la ciudad”.

Una vez terminada las elecciones, en Santa Marta se desató una batalla que llegó a los puños en los escrutinios y a una puja en los estrados judiciales. Por un lado, la diferencia en el preconteo fue de menos del uno por ciento a favor de Jorge Agudelo (candidato de Fuerza Ciudadana), con lo cual hubo tensión permanente y decenas de ojos vigilando cada mesa.

Por otro, la validez de la inscripción de Agudelo estuvo en duda por los tiempos en los que se inscribió. Por lo que hubo abogados de ambas campañas interponiendo recursos jurídicos para tumbar o mantener la candidatura. Al final, el Tribunal Superior de Santa Marta anuló una tutela que permitió la inscripción de Agudelo.

Durante esos procesos, Juan Carlos Dávila estuvo al pie de los escrutinios en el hotel Estelar, sentado con los abogados. De hecho, en una foto se los ve a Dávila con el entonces concejal electo Miguel “el Mono” Martínez, que presentó recursos legales para invalidar la inscripción de Agudelo.

Martínez le dijo a La Silla que la charla con Dávila se dio porque ambos estaban en contra de Caicedo: “Los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Me hice amigo de Juan Dávila para unirnos en contra de Caicedo, pero no me pagó ni un peso”.

El concejal intercambiaba información con Dávila. “Él llegó con una información a los escrutinios de un análisis que él mandó a hacer relacionado con dónde estaba el fraude en las mesas. Él me estaba mostrando eso”.

Finalmente, con Agudelo fuera de la contienda por decisión jurídica, Carlos Pinedo fue elegido alcalde de Santa Marta. Con su triunfo ganaron los Daabon.

A comienzos de febrero, Juan Carlos Dávila asistió a una reunión de la Alcaldía de Santa Marta con la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, el alcalde Pinedo, el senador Henríquez, entre otros, para la instalación de la mesa técnica para el problema de acceso a agua potable que tiene la ciudad, uno de los temas calientes de la política local.

La situación muestra el acceso privilegiado que tiene Dávila en la Alcaldía, que va más allá de las reuniones. Los Daabon tienen siete altos funcionarios de su línea en la administración de Pinedo, según confirmó La Silla con un funcionario importante de la Alcaldía y una fuente de la estructura política del grupo.

Los más cercanos son el secretario de Gobierno, Camilo George; el secretario de Desarrollo Económico, Carlos Jaramillo; y el director del Instituto de Turismo, “Chelito” Dávila (familiar de los Daabon). Ellos tienen visible contacto con los Dávila Abondano y vienen de organizaciones en las que esa familia tiene influencia.

El secretario de Hacienda, Gonzalo Gutiérrez, y el de Seguridad, Gustavo Berdugo, son dos funcionarios que son vistos como parte del combo de los de Daabon. Según un alto funcionario que habló a condición de no ser citado, ellos dos no vienen de las entrañas del grupo Daabon, pero sí fueron recomendados por ellos.

Además, según las dos fuentes, hay dos funcionarios del gabinete de Pinedo que son cercanos al senador Honorio Henríquez, alfil de los Daabon. El jefe de la Oficina Privada, Safuat Atunes, que fue gerente de la campaña de Henríquez a Senado y de Pinedo a la Alcaldía. El otro es el secretario de Salud, Jorge Lastra.

Sin embargo, el senador Henríquez dice que la información es falsa. “Los conozco, pero ellos no llegaron ahí por mí”, dijo el senador.

El alcalde Carlos Pinedo también negó que hubiera cuotas de Daabon en su gobierno: “Nuestro gabinete fue escogido técnicamente pensando en lo mejor para la ciudad. Lo demás son puros comentarios en aras de hacerle daño a nuestra administración”.

Pero el sello Daabon en el gabinete se nota en el gobierno. Hace un par de semanas, Manuel Julián Dávila participó de una reunión institucional con su alfil, el secretario de Desarrollo Económico, y los representantes de una empresa francesa que ampliará su flota de buques en Santa Marta.

El director de Turismo, “Chelito” Dávila, sumó a su entidad a una jornada de limpieza que lideró Pro Santa Marta Vital, una entidad cívica en la que los Daabon ocupan el primen renglón en la junta directiva. Asimismo, el secretario de Gobierno asistió a una asamblea de Pro Santa Marta Vital y envió mensajes de trabajar articuladamente con los gremios allí presentes.

Los Daabon tienen decenas de negocios en la ciudad y sobre su interés en participar en la administración hay varias versiones. El alcalde Pinedo dijo que el único propósito de los Daabon “es ayudar dentro de su capacidad como privados. Anhelan que por fin se les genere un buen ambiente para desarrollar sus actividades, en las administraciones anteriores lo que estaban viviendo era chantaje y zozobra”. Hay otros que creen que buscan grandes negocios.

El director del diario Opinión Caribe, Víctor Rodríguez, los compara con los Char: “El grupo Daabon está tratando de aprender a caminar los pasos del grupo Char. Han visto que tener entre sus activos la línea de la administración pública (es positivo) para que jueguen a su favor”.

QOSHE - El ascenso del grupo Daabon con el regreso de la derecha a Santa Marta - Ever Mejía
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El ascenso del grupo Daabon con el regreso de la derecha a Santa Marta

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01.04.2024

La familia Dávila Abondano tiene el emporio económico más grande de Santa Marta, organizado empresarialmente como Grupo Daabon, por la conjunción de los dos apellidos. Son dueños de grandes plantaciones de aceite de palma y de banano y están metidos cada vez más en los terrenos de la política. Con el triunfo de Carlos Pinedo en la Alcaldía de Santa Marta, que representa el regreso de la derecha tras 12 años de gobierno del movimiento de Carlos Caicedo, los Daabon se han convertido en el principal poder de la administración y su joven estructura política promete crecer.

La familia carga con la sombra de haber sido de los principales beneficiarios de Agro Ingreso Seguro, que les dio subsidios a familias ricas mediante fraccionamiento irregular de tierras. Los hermanos Juan Carlos y Alfonso Dávila Abondano fueron condenados en segunda instancia, aunque interpusieron un recurso extraordinario en la Corte Suprema que busca revertir el fallo. También se los cuestiona por la compra de un terreno en Bolívar en 2007 a un testaferro de un narco que desplazó campesinos que allí habitaban, que luego vendieron en medio del escándalo.

Pese a esas sombras, los Daabon siguen siendo un referente en los gremios del Magdalena y lideran organizaciones cívicas. Históricamente, en la política, han dado apoyos, pero nunca se han movido tan activa y frontalmente como ahora. En el papel, el Grupo Daabon afirma que no participa en política: “Daabon, como grupo empresarial, no participa en política. Estas participaciones corresponden exclusivamente a decisiones personales de algunos integrantes de la familia”, le contestaron a La Silla Vacía.

Sin embargo, en la práctica el presidente del grupo, Manuel Julián Dávila, y su hermano, Juan Carlos Dávila, apoyaron la campaña de Pinedo. Actualmente son el principal grupo de poder con siete cuotas en su gabinete y están presentes en reuniones clave de la administración. Esta es la radiografía de un viejo poder que nunca había sido tan visible.

Los Daabon tienen cuatro mil hectáreas de palma de aceite y 420 hectáreas de banano, son accionistas de la Sociedad Portuaria de Santa Marta y de la zona franca Las Américas, y tienen otros negocios en sectores como la energía y el café. Sus productos se exportan a 30 países y tienen 2.200 trabajadores. Manuel Julián Dávila es el presidente y cabeza empresarial del grupo.

Su hermano, Juan Carlos Dávila, es el encargado de la política, un terreno en el que se mueven hace décadas. Han sido uribistas purasangre. Apoyaron las campañas presidenciales de Álvaro Uribe y la de Iván Duque. Su estructura política lidera el Centro Democrático en el Magdalena.

Sin embargo, también estuvieron cerca de la izquierda que lidera Caicedo con Fuerza Ciudadana. En 2011, Caicedo se lanzó a la Alcaldía de Santa Marta con el apoyo de la familia Daabon. Cuando Caicedo inscribió su candidatura, estuvo acompañado de Manuel Julián Dávila, presidente del grupo Daabon.

En el gobierno de Caicedo y en el de su sucesor y alfil, Rafael Martínez, los Daabon no tuvieron una influencia predominante. No obstante, tenían relaciones cordiales y........

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