En las últimas décadas, la economía colombiana ha enfrentado muchos retos, pero sale bien librada si se le compara en materia de crecimiento con países vecinos. El período postpandemia es otro ejemplo más. La economía de nuestro país alcanzó un nivel 11% por encima del observado antes de la pandemia, una de las cifras más altas de la región y del conjunto de países emergentes, a pesar de la marcada desaceleración en buena parte de 2023.

Las positivas cifras de recuperación postpandemia esconden, no obstante, una realidad preocupante. Casi todo el repunte económico de los últimos dos años se explica por un aumento significativo del gasto de los hogares, que se encuentra 19% por encima de los niveles prepandemia, mientras que la inversión continúa en terreno negativo, con una caída de 6% en el rubro de formación bruta de capital fijo. Unas débiles cifras de inversión son un mal augurio para el crecimiento a medio y largo plazo.

México, por el contrario, que tuvo un rebote de la economía de solo 3%, muestra un nivel de inversión 18% superior al de prepandemia. La economía azteca se ha convertido en un imán de inversión privada con el propósito de servir al mercado de Estados Unidos, reemplazando bienes producidos en Asia, particularmente en China, en lo que se ha denominado nearshoring.

De vuelta a nuestro país, el Gobierno viene trabajando en una estrategia de reindustrialización, en buena parte enfocada en un modelo de producción con destino doméstico, o quizás regional, pero con poca sintonía con una eventual reconfiguración de las cadenas de valor globales. En esta dimensión, parece que a Colombia la está dejando el tren de la Globalización 2.0.

A lo anterior se le suma que un número importante de proyectos de inversión están paralizados o muestran un lento ritmo de ejecución como resultado de la incertidumbre en materia regulatoria y de reformas económicas, así como de las dificultades asociadas al manejo de comunidades y temas de licencias ambientales. Adicionalmente, el Gobierno se propone impulsar un modelo económico donde lo público tenga un papel más relevante, en proyectos de inversión que involucran directamente a las comunidades, pero que, por su naturaleza dispersa y fragmentada, no solo será de lenta ejecución, sino que puede concluir en proyectos con bajas tasas de retorno económico y social.

Ejemplos de esto son los planes en materia de infraestructura y energía donde el Gobierno plantea modelos de Asociaciones Público-Populares y de comunidades energéticas, que pueden terminar dando poco o nulo fruto por la complejidad de los proyectos y las bajas capacidades de ejecución del Estado.

Con este panorama, muchos analistas sugieren que Colombia está en tránsito hacia tasas de crecimiento de largo plazo menores, similares a las de otros países de la región que en años recientes han sufrido las adversas consecuencias de una actividad económica letárgica. Este año, donde la economía estaría creciendo a una tasa cercana al 1%, en parte por la inercia del choque inflacionario y de tasas de interés más altas, será difícil diferenciar lo cíclico de lo estructural. El país está a tiempo de dar un timonazo. Si no lo hacemos, puede ser que despertemos en el sombrío escenario de una economía con tasas de interés normalizadas pero con menor capacidad de crecimiento.

QOSHE - Crecimiento de largo plazo - José Ignacio López
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Crecimiento de largo plazo

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08.02.2024

En las últimas décadas, la economía colombiana ha enfrentado muchos retos, pero sale bien librada si se le compara en materia de crecimiento con países vecinos. El período postpandemia es otro ejemplo más. La economía de nuestro país alcanzó un nivel 11% por encima del observado antes de la pandemia, una de las cifras más altas de la región y del conjunto de países emergentes, a pesar de la marcada desaceleración en buena parte de 2023.

Las positivas cifras de recuperación postpandemia esconden, no obstante, una realidad preocupante. Casi todo el repunte económico de los últimos dos años se explica por un aumento significativo del gasto de los hogares, que se encuentra 19% por encima de los niveles prepandemia, mientras que la inversión continúa en terreno negativo, con una caída de 6% en el rubro de formación bruta de........

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