Después de más de 50 días, la maquinaria de guerra israelí ha matado a más de 6.150 niños; sus bombardeos bárbaros e indiscriminados han provocado la muerte de más de 16.232 palestinos y más de 39.000 heridos, al menos 7.000 ciudadanos siguen desaparecidos bajo los escombros. Además, Israel desplazó a un millón y medio de palestinos; cortó el agua, la luz, el acceso a medicamentos, alimentos e internet; bombardeó hospitales, escuelas, universidades, iglesias, mezquitas y viviendas a la vista del mundo entero.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirma que está librando esta guerra destructiva en la Franja de Gaza en nombre de “la civilización y sus países”, es decir, los países que lo apoyaron con el pretexto de la autodefensa. Está matando, destruyendo, violando el derecho internacional y cometiendo los crímenes más atroces bajo este pretexto.

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Aquellos países que declararon que Israel tiene derecho a defenderse ¿ignoran que Netanyahu está cometiendo en su nombre una política de genocidio? ¿Está violando el derecho internacional humanitario en su nombre? ¿Esos países aceptarán que se cometan tales crímenes y masacres en su nombre cuando se trata de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, crímenes de limpieza étnica masiva; crímenes de corte de electricidad, agua, alimentos, medicinas y combustible para los ciudadanos; crímenes de bombardeos y ataques contra hospitales, centros de salud y ambulancias, escuelas y refugios? ¿Aceptarán esta guerra bárbara en nombre de ellos?

Esos países deben responder a estas preguntas, deben confirmar si son parte o no de estos crímenes en curso, deben rechazarlos y condenarlos e ir más allá con la necesidad de tomar medidas prácticas para impedir que continúen y que se repitan, deben detenerlos inmediatamente y exigir consecuencias a sus responsables.

Los países que apoyan a Israel en esta guerra catastrófica y destructiva con el pretexto de la autodefensa, se enfrentan a una prueba real y grave impuesta por la historia y por los valores y principios de la humanidad; deben condenar esta guerra, trabajar para detenerla y rechazarla o serán parte de esta barbarie liderada por Netanyahu. Al mismo tiempo, esta ambigüedad injustificada adoptada por muchos países en su intento de justificarla con el principio del derecho a la legítima defensa debe estar unido con la exigencia a Israel de respeto al derecho internacional humanitario, especialmente porque no se están cumpliendo estas dos condiciones en lo que se está haciendo en Gaza. Los crímenes de Netanyahu han quedado en evidencia para el mundo entero, se utiliza la excusa de la autodefensa para cometer masacres, genocidio, limpieza étnica y desplazamiento forzado contra dos millones de palestinos, expulsándolos fuera de la Franja de Gaza.

El ministro de Patrimonio israelí declaró que el lanzamiento de una bomba nuclear sobre la Franja de Gaza era “una de las opciones”. Esta declaración de parte de una autoridad israelí sobre el uso de armas nucleares contra Gaza plantea una serie de preguntas sobre la presencia de estas armas en el arsenal de Israel. ¿Dónde están las organizaciones internacionales? ¿Dónde está la Agencia Internacional de Energía Atómica? ¿Dónde están los Estados miembros? ¿Dónde están los inspectores?

Ha quedado claro que la guerra en Gaza tiene como uno de los verdaderos objetivos liquidar la causa palestina, utilizando como pretexto la autodefensa de Israel y la eliminación de Hamás. Pero el verdadero objetivo es anexar Cisjordania y aislar el norte de Gaza como frontera amortiguadora para la seguridad israelí. Y el segundo objetivo de esta guerra no está ni estará vinculado a ella, ni geográfica ni políticamente, pero según el artículo en el Washington Post del 17 de noviembre de 2023 del presidente de los Estados Unidos: está vinculado a acuerdos geopolíticos en el Medio Oriente, incluido el restablecimiento de parte del «prestigio perdido de Estados Unidos», especialmente después de la «guerra de Ucrania» y su impacto en el equilibrio internacional de poder y la polaridad global, y la ruptura de la inversión monopolio entre algunos países del Golfo, especialmente Arabia Saudita y los Emiratos con China y Rusia, y el aumento de las relaciones entre ellos a niveles sin precedentes, llegando a la interacción al formar un bloque internacional bajo el nombre de “BRICS”, lo que Washington ve como una amenaza para sus intereses nacionales.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia

QOSHE - Netanyahu y su guerra destructiva contra Palestina - Mahmoud Elalwani
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Netanyahu y su guerra destructiva contra Palestina

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30.11.2023

Después de más de 50 días, la maquinaria de guerra israelí ha matado a más de 6.150 niños; sus bombardeos bárbaros e indiscriminados han provocado la muerte de más de 16.232 palestinos y más de 39.000 heridos, al menos 7.000 ciudadanos siguen desaparecidos bajo los escombros. Además, Israel desplazó a un millón y medio de palestinos; cortó el agua, la luz, el acceso a medicamentos, alimentos e internet; bombardeó hospitales, escuelas, universidades, iglesias, mezquitas y viviendas a la vista del mundo entero.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirma que está librando esta guerra destructiva en la Franja de Gaza en nombre de “la civilización y sus países”, es decir, los países que lo apoyaron con el pretexto de la autodefensa. Está matando, destruyendo, violando el derecho internacional y cometiendo los crímenes más atroces bajo este pretexto.

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Aquellos países que declararon que Israel tiene derecho a defenderse ¿ignoran que Netanyahu está cometiendo en su nombre una política de genocidio? ¿Está violando el derecho........

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