El fin de la economía es el bienestar, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios disponibles para satisfacer las necesidades, la mayoría de los cuales hay que comprar, por lo que la compra de satisfactores es un buen indicador del bienestar.

Y eso, dicha compra, excluyendo la adquisición de bienes inmuebles y objetos lujosos, es lo que reporta el Indicador del Consumo Privado del INEGI.

Los satisfactores, que son cualquier cosa o conducta capaz de satisfacer una necesidad, se dividen en dos grupos. Los bienes, que son cosas, se dividen en duraderos, semiduraderos y no duraderos, y primero se producen y luego se consumen, por ejemplo: los zapatos. Los servicios, que son conductas y que se consumen al mismo tiempo que se producen, por ejemplo: la extracción de una muela.

En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, en enero, el consumo privado decreció 0.6%. Un mes antes, en diciembre de 2023, creció 0.2%. Un año antes, en enero de 2023, creció 2.9%. En un año pasamos de 2.9% a menos 0.6%. El consumo de satisfactores de origen nacional decreció 0.8%: el de bienes decreció 1.7% y el de servicios creció 0.3%. El de origen importado (y solamente se pueden importar bienes, cosas, no servicios, conductas), creció 0.4%.

En términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, en enero, el consumo privado creció 1.9%. Un mes antes, en diciembre de 2023, creció 5.5%. Un año antes, en enero de 2023, creció también 5.5%. En un año pasamos de 5.5% a 1.9%. El consumo de satisfactores de origen nacional decreció 0.5%: el de bienes decreció 2.5% y el de servicios creció 2.1%. El de origen importado (y únicamente pueden importarse cosas, bienes, no conductas, servicios), creció 14.3%, consecuencia de la apreciación del peso frente al dólar, de la baja del precio del dólar en términos de pesos y, por consiguiente, del precio de los productos importados.

Tanto en términos mensuales como anuales en enero se registró, llamémosla así, una desaceleración del crecimiento del consumo privado, de la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país y, por lo tanto, tuvo lugar un retroceso en el bienestar, lo cual, si el fin de la economía debe ser incrementarlo, podemos calificar como una situación antieconómica, en un país, como el nuestro, en el cual el bienestar de las personas deja mucho que desear.

Lo ideal es que el consumo privado crezca más que el mes anterior y que el mismo mes del año anterior, lo cual no sucedió en enero, ni en términos mensuales ni anuales, y que el crecimiento sea mayor que el promedio de los meses anteriores, digamos los tres precedentes, lo cual tampoco tuvo lugar.

En términos mensuales, entre octubre y diciembre de 2023, el crecimiento promedio del consumo privado fue 0.17%. En enero fue menos 0.6%. En términos anuales, durante el último trimestre de 2023, el consumo privado creció, en promedio, 5.37%. En enero el crecimiento fue 1.9%.

El fin de la economía debe ser el bienestar, que debe ser el resultado de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo, que divide a la sociedad en expoliados, por un lado, y mantenidos, por el otro, y es allí, en la generación personal de ingreso, donde tenemos un reto enorme.