La libertad no es un regalo, la democracia no es el modo natural de organización de la convivencia y gobierno sino desde hace menos de dos siglos y aún hoy ni está generalizada ni exenta de riesgos de involución. A la igualdad solo se llega a través de las dos figuras anteriores. En torno a algo tan básico y a la vez tan profundo se construye gira y se desarrolla el Estado social y democrático de Derecho característico de las democracias liberales como la nuestra y las del mundo libre y democrático.

La Constitución del 78 lo fija así en su primer artículo que, por no ser nada original nos homologa con el resto de democracias europeas y occidentales, con las naciones que conforman el estadio más avanzado de civilización y dignidad reconocida a sus ciudadanos: "España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado".

El régimen del 78 nos ha permitido lograr el más largo periodo que España haya tenido de convivencia en paz, democracia e igualdad entre todos los españoles y, a diferencia de las constituciones de los Estados totalitarios o dictatoriales que pretenden escudar en el exceso de palabras la carencia de libertades y en la abundancia de leyes la ocultación del triunfo de la arbitrariedad sobre la prevalencia de la ley, contiene una redacción corta, medida, flexible en unas partes y muy firme en otras para permitir el tránsito de la dictadura a la democracia sin rupturas cruentas y su mantenimiento en el tiempo sin quedar desfasada. Aún así, contiene en su propio texto normativo los cauces para su reforma con amplios consensos cuando la sociedad así lo considere.

Todo eso salta por los aires cuando un grupo de mediocres metidos a políticos, medradores, desleales y mezquinos, deciden que la coyuntura de su continuidad en el ejercicio del poder tiene mayor peso que 45 años de vigencia constitucional y hacen saltar las costuras y las bisagras de nuestro Estado de Derecho. No porque como han hecho otros (Podemos, por ejemplo) esa haya sido su propuesta electoral sino porque tienen que optar entre volver a arriesgarse ante las urnas o prestarse al chantaje, la coacción y la indignidad de aquellos cuyo único objetivo es precisamente acabar con la Constitución, el régimen democrático basado en la soberanía del conjunto de la nación española y con España como nación pese a ser como tal, la más antigua de Europa.

Ante eso hay que plantarse. En las instituciones, cada uno donde pueda y todos en la calle, convoque quien convoque. Hoy, mañana y cada día. Es de Edmund Burke la frase: Para que triunfe el mal basta con que los buenos no hagan nada. Para que la traición y la ruptura se consumen, solo hace falta que usted y yo, zamoranos, no hagamos nada ante la traición de Sánchez en Madrid y de los cargos orgánicos y electos del socialismo zamorano que esconden la cabeza y no se oponen como lo están haciendo jueces, fiscales, letrados de la justicia, colegios y despachos de abogados, los más altos cuerpos de funcionarios del Estado como inspectores de Hacienda y de Trabajo, los policías y guardias civiles y tantos otros estamentos relevantes.

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En las instituciones, cada uno donde podamos y todos en la calle

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12.11.2023

La libertad no es un regalo, la democracia no es el modo natural de organización de la convivencia y gobierno sino desde hace menos de dos siglos y aún hoy ni está generalizada ni exenta de riesgos de involución. A la igualdad solo se llega a través de las dos figuras anteriores. En torno a algo tan básico y a la vez tan profundo se construye gira y se desarrolla el Estado social y democrático de Derecho característico de las democracias liberales como la nuestra y las del mundo libre y democrático.

La Constitución del 78 lo fija así en su primer artículo que, por no ser nada original nos homologa con el resto de democracias europeas y occidentales, con las naciones que conforman el estadio más avanzado de civilización y dignidad reconocida a sus ciudadanos: "España se constituye en un Estado social y democrático de........

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