Lo más normal del mundo es que un partido liberal y no populista dedique la televisión pública a emitir la boda del alcalde como si el alcalde fuera Lady Di. Que las pantallas, una y otra vez, dieran imágenes del novio bromeando con los asistentes —su estilo característico, milikito-campechano—; imágenes de Ayuso abrazando al alcalde, saludando a las ‘fanes’ como una Dua Lipa; de Feijoo y señora, moderadamente siempre, del alcalde con la familia, del alcalde junto a Juan Carlos I… «Vengo a ver a los eméritos», dijo una señora entre el público. Criticar todo esto sería de comunistas, por supuesto, pero es conveniente entender que lo que tiene el PP sobre los demás es precisamente la presunción de institucionalidad y eso se reforzaba con este publirreportaje en la cadena pública. El orden, la borbónica ranciedumbre, la gente bien, darle, sobre todo, un tono familiar a la animatrónica de Cuca Gamarra.

Horas antes, Ayuso había sentado una particular doctrina sobre el eterno dilema entre lo público y lo privado: «Yo no puedo hablar por un particular porque a mí los madrileños no me han elegido para que me comporte como novia». Pero la vimos abrazar con calor y lentitud de hermana a Almeida, la cabeza sobre el hombro, como si dijera «por fin te hemos casado».

Pero es que la coherencia también es terrorista. Y si no, miren a doña Cashetana explicarnos horas antes el feminismo (explicárselo incluso a Pérez Reverte, única mujer capaz de hacerle womansplaining) después de comerse con papas parlamentarias todas las leyes de género; o al columnismo posumbraliano, cártel de la opinión, canonizando el chaqueterismo como suprema cualidad del pensamiento según la poética centrista en boga: la coherencia es fascismo. Lo liberal es decir una cosa y mañana la contraria. Por eso sería de muy mala persona recordarle al alcalde, en el feliz día de su boda, lo que duró su compromiso contra Madrid Central.

Telemadrid nos hizo sentir súbditos, chachas berlanguianas, y luego nos enseñó la finca familiar de Ella, pues el alcalde entronca con la familia real (nos lo repitieron) porque el PP, bien jugado, podría llevar a las puertas de lo aristocrático. No ha hecho mala boda Almeida. Hay dos tipos de consorte: los que tenían ya o los que han comenzado a tener. Por supuesto, hablar de todo esto es de mala nota, pero ¿por qué no nos interesa el Maserati del novio de Ayuso pero sí nos cuentan que la alcaldesa tiene finca?

«El vestido es de lamé», precisó Nieves Herrero. El vestido y todo lo demás. Aquí todo es lamé. En cuanto junta algo de poder, el PP no puede evitar montar un Escorial.

Telemadrid volvió a conectar tras el «sí, quiero». Tristes palomas capitalinas, «el alcalde deja de ser el soltero de oro» y de la iglesia empezaron a salir pamelas, tocados y redecillas, Roberto Gómez y varios solemnes. A todos los vimos, uno por uno, antes de que se fueran al banquete:

-Habrá cucuruchitos con calamares

-¡Típico de Madrid!

Recibe en tu correo las últimas noticias de La Gaceta de la Iberosfera.

Tu correo se ha inscrito correctamente.

QOSHE - Comunismo o Lady Di - Hughes
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Comunismo o Lady Di

7 14
07.04.2024

Lo más normal del mundo es que un partido liberal y no populista dedique la televisión pública a emitir la boda del alcalde como si el alcalde fuera Lady Di. Que las pantallas, una y otra vez, dieran imágenes del novio bromeando con los asistentes —su estilo característico, milikito-campechano—; imágenes de Ayuso abrazando al alcalde, saludando a las ‘fanes’ como una Dua Lipa; de Feijoo y señora, moderadamente siempre, del alcalde con la familia, del alcalde junto a Juan Carlos I… «Vengo a ver a los eméritos», dijo una señora entre el público. Criticar todo esto sería de comunistas, por supuesto, pero es conveniente entender que lo que tiene el PP sobre los demás es precisamente la presunción de institucionalidad y eso se reforzaba con este........

© La Gaceta


Get it on Google Play