El 30 de marzo, tal como lo he venido sosteniendo año tras año, en artículos publicados en Hispantv y replicados en otros medios, es una fecha que nos rememora la necesidad de combatir en todos los frentes al sionismo y no hacerse cómplice de un régimen como el israelí, que se sustenta en base al colonialismo, racismo y crimen contra el pueblo palestino. Cada 30 de marzo, desde el año 1976 a la fecha, Palestina recuerda a sus mártires en una conmemoración que se ha denominado Día de la Tierra Palestina. En esa fecha, una protesta realizada para reivindicar su derecho al retorno al suelo del cual fueron expulsados por colonos extranjeros sionistas, venidos principalmente desde Europa. Ello, bajo el marco de una política colonial impulsada por una ideología racista, que contaba y cuenta con el apoyo de potencias occidentales, que encontraron en la conformación de la entidad israelí la mejor opción, para así consolidar su hegemonía en Asia occidental.

La rapacidad israelí en tierras palestinas es crónica. Recordemos, que en ese año 1976 la sociedad palestina convocó a una huelga general en protesta contra el expolio de su tierra que se agudizaba. El ejército sionista reprimió aquella manifestación asesinando a 7 jóvenes que trataban de impedir la confiscación de 21 mil Dunums – equivalente a 2.100 hectáreas – de tierras palestinas y que serían destinadas a campos de entrenamiento militar y colonos judíos (1) Esas muertes se recuerdan cada año, plantando un olivo como señal de continuidad histórica frente a su derecho al retorno y permanecer en una tierra que es propia. Olivos vandalizados permanentemente por los colonos terroristas sionistas. El olivo como símbolo de vida, frutos, continuidad, crecimiento y consolidación en una tierra, sin discusión alguna, que pertenece a los palestinos. La destrucción de olivos en Cisjordania no es nada nuevo. en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el fallecido líder político palestino Yasser Arafat declaró que «el terrorismo se alimentó del odio y este odio incluso se dirigió contra el olivo en mi país, que ha sido un símbolo de orgullo y que les recuerda a los habitantes indígenas de la tierra, un recordatorio vivo de que la tierra es palestina. Así buscaron destruirlo » (2)

Israelíes: Criminales Patológicos

A la hora del recuerdo, en momentos donde el exterminio se ha intensificado contra el pueblo palestino, desde el 7 de octubre del año 2023 cuando la resistencia palestina se alzó mediante la denominada operación Tormenta de Al Aqsa, para gritarle al mundo que el pueblo palestino estaba vivo a pesar de políticas destinadas a invisibilizarlo, enterrarlos vivos en el gueto, en los campos de concentración llamado Franja de Gaza y Cisjordania. Así como en estos casi 6 meses los asesinados suman ya 33 mil, con 90 mil heridos y diez mil palestinos que yacen bajo los escombros de las ciudades, pueblos, aldeas, escuelas y hospitales de la Franja de Gaza, bloqueada desde el año 2006 a la fecha y sometida hoy incluso a una política de hambre considerado uno de los crímenes más atroces contra los seres humanos donde se conjuga la decisión deliberada de privarlos de alimentos y cuando estos comienzan a distribuirse se les dispara como a blancos en una campo de tiro.

Una alambrada y muros instalada, para acrecentar aún más el bloqueo contra esta tierra sometida a crímenes diarios, a un sofoco que viola los derechos humanos de 2.3 millones de personas, en lo que se considera el campo de concentración más grande del mundo. Una réplica monumental de aquellos campos que el nacionalsocialismo instaló en tierras ocupadas en la Segunda Guerra Mundial, que bien conocen muchos ciudadanos israelíes y que paradojalmente ha sido puesto en práctica en este Siglo XXI, por aquellos que han hecho de su propio sufrimiento en esa guerra, un modelo a seguir ahora contra el pueblo palestino. Singular, por cierto, pero hasta patológico me atrevo a sostener.

Un 30 de marzo también, pero del año 2018 miles de gazetíes haciendo caso omiso de las amenazas de la soldadesca israelí, se instalaron a algunos centenares de metros del ejército ocupante que había definido, a través del estado mayor del ministerio de asuntos militares, destinar un centenar de francotiradores, con la orden de tirar a matar contra la población desarmada. La sed de sangre del sionismo, de los asesinos vestidos con el uniforme del ejército de Israel, mostró al mundo la cara monstruosa de uno de los regímenes más extremistas del mundo. Expuso su conducta perversa, criminal, cobarde, disparando a los manifestantes incluso por la espalda, como el más repugnante de los delincuentes. Balas, gas lacrimógeno, uso de drones, francotiradores que les costó la vida durante 18 meses de acciones de exterminio – entre marzo del año 2018 a diciembre del 2019 – el asesinato de 400 palestinos y 29 mil heridos (3)

No hay adjetivos suficientes para definir al gobierno sionista, sus líderes políticos y esta soldadesca cobarde, miserable, que viene aniquilando al pueblo palestino desde el año 1948 a la fecha. Civiles y militares, junto a una sociedad ciega, sorda y muda y con ello cómplice de los crímenes cometidos en su nombre. Tropas SS – soldados sionistas – que seguramente terminarán en el sofá de algún psiquiatra que matizará su responsabilidad ante la ley y los derechos humanos diciéndole “está bien lo que has hecho. Es por la seguridad de tu país. La sociedad te lo agradece” como una manera de paliar la responsabilidad que le cabe por sus tareas genocidas. O tal vez recibiendo la Cruz de Hierro en versión nacionalsionista, por los servicios prestados para mantener su política de colonización.

En general, las sociedades del mundo que han salido por millones a las calles en estos últimos meses han calificado de masacre y exterminio el asesinato de miles de palestinos, entre ellos 15 mil niños. En este marco, recordar otros hechos que han significado muerte, hitos de enorme carga simbólica como es el Día de la Tierra palestina, permite seguir visibilizando la lucha de este pueblo por su autodeterminación. Los asesinatos, en marzo del año 1976, los crímenes en la marcha el retorno, los crímenes cometidos en estos últimos 6 meses, como todos aquellos en 76 años de un proceso de ocupación, colonización y exterminio hace imprescindible que, la comunidad internacional y sus organismos competentes brinden protección a un pueblo sometido a la más salvaje política de crímenes, expolio y segregación.

Realidad que requiere aplicar, aquello que la Carta de las Naciones Unidas refiere, cuando se han constituido actos de agresión contra un pueblo, que es el marco en el cual habría que actuar. Me refiero a la Carta de las Naciones Unidas, en su Capítulo N° VII referido a la necesidad de tomar acciones: En caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión. En lo específico el Artículo 39 establece que “será el Consejo de Seguridad quien determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión y hará recomendaciones o decidirá qué medidas serán tomadas de conformidad con los Artículos 41 y 42. En lo específico el Artículo N° 41 consigna que “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas – CSNU – podrá decidir qué medidas que no impliquen el uso de la fuerza armada han de emplearse para hacer efectivas sus decisiones, y podrá instar a los Miembros de las Naciones Unidas a que apliquen dichas medidas, que podrán comprender la interrupción total o parcial de las relaciones económicas y de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales, telegráficas, radioeléctricas, y otros medios de comunicación, así como la ruptura de relaciones diplomáticas”

Por su parte, el Artículo 42 especifica que “Si el Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata el Artículo 41 pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas” Es imprescindible exigir la puesta en acción, poner este tema en las tablas de los parlamentos de los países, en la conciencia de los pueblos, en sus movilizaciones, junto a la necesidad de sumarlo a la necesaria lucha armada que permita eliminar al sionismo. Esto, a pesar de contar, desde ya con el veto cómplice de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, tres de los cinco miembros permanentes del CSNU y que son el principal sostén de la entidad israelí junto a los lobbies sionistas que ejercen enorme poder político, económico y comunicacional en estos países y marcan su política exterior. Puede parecer estéril, vano peor todas las formas de lucha son válidas a la hora de derrotar a uno de los regímenes más criminales de la historia.

La Orden es Asesinar

Traer al presente los hechos de marzo del año 1976 que han dado pie, para conmemorar el Día de la Tierra palestina, así como las imágenes de los asesinatos de los tiradores sionistas contra la población desarmada allí en la frontera artificial entre Gaza y los asentamientos ilegales sionistas, como también los crímenes de guerra y lesa humanidad que se han multiplicado en estos últimos 6 meses son parte componente de una historia de crímenes, de horror, una realidad espeluznante, de una crueldad similar a aquellos actos de los terroristas takfiri degollando a sus víctimas indefensas. Haciendo uso de un poder de fuego que no es posible contrarrestar. Las imágenes difundidas sin posibilidad de ser negadas por el gobierno de Netanyahu signan a tiradores del ejército ocupante disparando a hombres y mujeres, escuelas destruidas, hospitales sitiados, cientos de fosas comunes, palestinos que yacen tirados en las carreteras destruidas.

Cada acción del sionismo me remonta a las políticas de exterminio del nacionalsocialismo. Por ejemplo, aquella imagen también escalofriante, en una película dirigida por el más conocido de los directores de Cine sionista de Estados Unidos: Steven Spielberg y su película La Lista de Schindler. En aquel filme, un oficial nazi, Amon Goeth de la SS, que dirigía el campo de concentración de Plaszow, en la ciudad polaca de Cracovia, desde la terraza de la casa que ocupaba en aquel campo de muerte, armado de un rifle de precisión, actuaba como un francotirador. Elegía su víctima entre los prisioneros. Lo hacía tranquilamente, fumando, bebiendo su trago con el convencimiento que da el sentirse impune.

Sin duda una película, cuyo objetivo es mantener viva lo que el sionismo considera su mejor inversión: conservar y acrecentar los réditos obtenidos tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, con ese crónico victimismo que suele invisibilizar a otros asesinados en esa guerra como gitanos, soviéticos, presos políticos y de guerra. ¿Podrá recrear Spielberg algo similar con el teniente general Gadi Eizenkot, jefe del estado mayor del ejército israelí, eligiendo sus víctimas palestinas desde su puesto de observación? ¿O aquellos que asesinaron a los siete jóvenes palestinos en las aldeas cisjordanas de Arraba, Sakhnin y Deir Hanna el año 1976? ¿Se atreverá Sionwood a mostrar el horror desatado por el nacionalsionismo israelí contra el pueblo palestino?

Los réditos obtenidos por la victimización o lo que intelectual judío Norman Finkelstein denomina “la Industria del Holocausto” la he significado jugosos réditos al sionismo, concretando así un régimen colonial, en constante agresión y expansión a costa de sus vecinos y con la complicidad de sus aliados occidentales. Miles de millones de dólares obtenidos de Alemania y Suiza, de los lobbies sionistas en Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. 4 mil millones de dólares anuales en apoyo militar, a costa de los contribuyentes estadounidenses y otros tantos miles de las organizaciones cristianas sionistas. Los Amon Goeth, desde las sombras, ocultos, cobardemente disparan a los palestinos, muchos de ellos asesinados por la espalda. A pesar de las condenas internacionales frente a los crímenes cometidos contra la población palestina en este Día de la Tierra, una resolución del día viernes 22 de marzo pasado, del Consejo de Seguridad de la ONU que con 14 votos a favor y la abstención estadounidense determinó un cese al fuego, que no ha sido cumplido por el sionismo y que a su manera conmemoró el Día de la Tierra palestina 2024 en que ha asesinado a 70 hombres y mujeres en Gaza que se agolpaban para recibir alimentos (4) El crimen más vil, contra civiles hambrientos, desarmados, asesinados por las tropas SS con saña, perversidad, en una acción que debe significar el día del juicio contra estos criminales la sentencia de muerte frente a su política de exterminio.

Haciendo caso omiso de las imágenes que muestran el carácter terrorista y criminal de la soldadesca israelí, el régimen sionista ha rechazado todo llamado a cesar sus crímenes y que se realice cualquier investigación sobre los hechos. Esto, a pesar de la tibieza de esas condenas que hablan de “posible genocidio o que cesen de incitar al genocidio incluso la hipocresía de seguir hablando del uso de fuerza excesiva. No es fuerza excesiva, es violencia criminal, son asesinatos, son violaciones a los derechos humanos, son la expresión del carácter sanguinario de la entidad israelí.

Hoy, más que nunca es necesario denunciar. Pero…pero pasar de las palabras a la acción. Fortalecer la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones – BDS – contra la entidad sionista. Hoy, más que nunca es necesario exigir a los organismos internacionales que cumplan su papel y dejen de lado la hipocresía y complicidad con el terrorismo israelí. Es fundamental, que el Eje de la Resistencia muestre un camino claro de apoyo a la lucha del pueblo palestino. No es posible seguir aceptando que los muertos provengan desde la sociedad palestina y que Israel no sufra las consecuencias de su acción criminal. Hoy el mundo debe gritar al régimen colonial de Israel con más potencia que nunca ¡¡¡criminales, asesinos, genocidas¡!! a la par que las acciones de resistencia minen la seguridad que esa sociedad ha construido en base a la vida de miles de muertos palestinos y millones de prisioneros en el campo de concentración más grande el mundo llamado Palestina. El nacionalsionismo debe desaparecer por el bien de la humanidad y sus líderes políticos y militares juzgados por crímenes de lesa humanidad.

Conmemoramos el Día de la Tierra excusa perfecta para volver a pasar por el corazón los recuerdos de este pueblo digno, valiente, referencial. El Día de la Tierra es un recordatorio para los palestinos, sus descendientes, el exilio palestino y en general la humanidad, que nada ha cambiado desde que Israel fue fundado el año 1948, que nada ha cambiado desde el año 1976 y por tanto debemos continuar el trabajo de denuncia a las acciones ilegales de Israel.

*Articulo para Hispantv. Permitida su reproducción citando la fuente

Notas :

QOSHE - La Tierra Palestina - Pablo Jofré Leal
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La Tierra Palestina

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03.04.2024

El 30 de marzo, tal como lo he venido sosteniendo año tras año, en artículos publicados en Hispantv y replicados en otros medios, es una fecha que nos rememora la necesidad de combatir en todos los frentes al sionismo y no hacerse cómplice de un régimen como el israelí, que se sustenta en base al colonialismo, racismo y crimen contra el pueblo palestino. Cada 30 de marzo, desde el año 1976 a la fecha, Palestina recuerda a sus mártires en una conmemoración que se ha denominado Día de la Tierra Palestina. En esa fecha, una protesta realizada para reivindicar su derecho al retorno al suelo del cual fueron expulsados por colonos extranjeros sionistas, venidos principalmente desde Europa. Ello, bajo el marco de una política colonial impulsada por una ideología racista, que contaba y cuenta con el apoyo de potencias occidentales, que encontraron en la conformación de la entidad israelí la mejor opción, para así consolidar su hegemonía en Asia occidental.

La rapacidad israelí en tierras palestinas es crónica. Recordemos, que en ese año 1976 la sociedad palestina convocó a una huelga general en protesta contra el expolio de su tierra que se agudizaba. El ejército sionista reprimió aquella manifestación asesinando a 7 jóvenes que trataban de impedir la confiscación de 21 mil Dunums – equivalente a 2.100 hectáreas – de tierras palestinas y que serían destinadas a campos de entrenamiento militar y colonos judíos (1) Esas muertes se recuerdan cada año, plantando un olivo como señal de continuidad histórica frente a su derecho al retorno y permanecer en una tierra que es propia. Olivos vandalizados permanentemente por los colonos terroristas sionistas. El olivo como símbolo de vida, frutos, continuidad, crecimiento y consolidación en una tierra, sin discusión alguna, que pertenece a los palestinos. La destrucción de olivos en Cisjordania no es nada nuevo. en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el fallecido líder político palestino Yasser Arafat declaró que «el terrorismo se alimentó del odio y este odio incluso se dirigió contra el olivo en mi país, que ha sido un símbolo de orgullo y que les recuerda a los habitantes indígenas de la tierra, un recordatorio vivo de que la tierra es palestina. Así buscaron destruirlo » (2)

Israelíes: Criminales Patológicos

A la hora del recuerdo, en momentos donde el exterminio se ha intensificado contra el pueblo palestino, desde el 7 de octubre del año 2023 cuando la resistencia palestina se alzó mediante la denominada operación Tormenta de Al Aqsa, para gritarle al mundo que el pueblo palestino estaba vivo a pesar de políticas destinadas a invisibilizarlo, enterrarlos vivos en el gueto, en los campos de concentración llamado Franja de Gaza y Cisjordania. Así como en estos casi 6 meses los asesinados suman ya 33 mil, con 90 mil heridos y diez mil palestinos que yacen bajo los escombros de las ciudades, pueblos, aldeas, escuelas y hospitales de la Franja de Gaza, bloqueada desde el año 2006 a la fecha y sometida hoy incluso a una política de hambre considerado uno de los crímenes más atroces contra los seres humanos donde se conjuga la decisión deliberada de privarlos de alimentos y cuando estos comienzan a distribuirse se les dispara como a blancos en una campo de tiro.

Una alambrada y muros instalada, para acrecentar aún más el bloqueo contra esta tierra sometida a crímenes diarios, a un sofoco que viola los derechos humanos de 2.3 millones de personas, en lo que se considera el campo de concentración más grande del mundo. Una réplica monumental de aquellos campos que el nacionalsocialismo instaló en tierras ocupadas en la Segunda Guerra Mundial, que bien conocen muchos ciudadanos israelíes y que paradojalmente ha sido puesto en práctica en este Siglo........

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