¿De qué control podríamos blasonar si el mercadeo de medicamentos en las calles y las redes sociales “con domicilio incluido” no remite?

Caricatura: MartirenaAntes de escribir estas líneas he buscado en los grupos de compraventa quién vende Enalapril, para no escribir falacias. No encontré publicaciones recientes, pero hace una semana alguien ofrecía 30 tabletas por 250.00 pesos. Mientras, ya no recuerdo en qué momento de enero o febrero pude adquirirlo en la farmacia por última vez; ayer se terminaron las pastillas.

Si no me tomo mi dosis diaria, es probable que no me pase nada al momento, pero a la mañana siguiente ya tendré dolor de cabeza. Me conozco y sé, porque lo he experimentado más de una vez, cómo reacciona mi cuerpo ante la ausencia del antihipertensivo. También lo saben 230 de cada 1000 habitantes que en Ciego de Ávila padecen de hipertensión.

En función de prevenir el desajuste, eliminar el pan ha sido muy fácil: unos días no viene y otros su gramaje de harina y levadura no le alteraría la tensión arterial a nadie. Por ahí estoy a salvo. Mi problema es que, siendo hipertensa declarada desde los días de la COVID-19, ya no puedo estar bien sin la dichosa pastillita. Y para ese problema hay otro problema: el Enalapril no llega mensualmente a las farmacias. Ni él ni otros más de 200, pico máximo del faltante en el Cuadro Básico de Medicamentos del país, según información de BioCubaFarma a finales de 2023. El listado oficial de los fármacos indisponibles no se ha actualizado en lo que va de año.

El principal grupo farmacéutico cubano es responsable de producir alrededor de 1000 fármacos, entre ellos el 65 por ciento del Cuadro Básico. Según explicaron sus principales directivos, el 95 por ciento de lo que no se ha producido es provocado por la falta de materias primas —traducible en falta de financiamiento oportuno para adquirirlas en el mercado internacional.

El concepto de financiamiento oportuno es fundamental en la anterior afi rmación: no quiere decir solo que no haya dinero (que también), sino que cuando está disponible dos meses después, toda la producción se atrasa y ese desfase ya no se recupera. Ni en las fábricas ni en las farmacias ni en la salud.

Pero en medio de todas esas variables se enseñorea una constante: la reventa ilegal de medicamentos. Ante las múltiples publicaciones en plataformas digitales y sus precios abusivos y esquilmantes— ya no solo del bolsillo, sino de la salud misma—, una se pregunta…, y se contesta.

Si la producción nacional no logra reaprovisionar y cumplir con los ciclos, si semana tras semana cientos de pacientes con medicamentos controlados se quedan sin su alivio, ¿de dónde salen los fármacos que se revenden en Facebook? La respuesta más sencilla no es que vienen de afuera, aunque hace solo unos días representantes de la Aduana General de la República se refi rieran a un ciudadano que intentó entrar al país 57 000 pastillas de Enalapril, en clara violación de la exención de pago de arancel para alimentos y medicinas, vigente hasta 30 de junio.

En mi opinión, la mayoría de los medicamentos que hoy se trafican a la vista de todos salen de las fábricas, los centros de salud y las farmacias del país. Se “van” en las dosis duplicadas de algunos tarjetones, en las prescripciones falsas de enfermedades crónicas, en los contubernios en cada instancia donde “se corta el bacalao”, en el robo descarado…

Quien necesita un medicamento no lo vende, porque en las condiciones actuales las medicinas no sobran. ¿Cómo se puede, entonces, estar tan tranquilos en las direcciones de los organismos encargados de producir, distribuir y comercializar, sabiendo que las tabletas no llegan a su destino? ¿De qué control podrían blasonar si el mercadeo “con domicilio incluido” no remite? ¿De veras no hay métodos menos injustos para la venta que el sálvese quien pueda de los miércoles y jueves en las farmacias?

Da mucha tristeza ver a los ancianos madrugando y haciendo colas para adquirir la medicina que se escurre hacia el mejor postor y los deja toda la semana preguntando si en la próxima entrará Captopril, Hidroclorotiazida, Enalapril...

Tristeza y dolor de cabeza, y el pulso alterado, y la tensión arterial por encima de lo permisible, de lo saludable.

QOSHE - Los dolores de cabeza del Enalapril - Sayli Sosa Barceló
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Los dolores de cabeza del Enalapril

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30.03.2024

¿De qué control podríamos blasonar si el mercadeo de medicamentos en las calles y las redes sociales “con domicilio incluido” no remite?

Caricatura: MartirenaAntes de escribir estas líneas he buscado en los grupos de compraventa quién vende Enalapril, para no escribir falacias. No encontré publicaciones recientes, pero hace una semana alguien ofrecía 30 tabletas por 250.00 pesos. Mientras, ya no recuerdo en qué momento de enero o febrero pude adquirirlo en la farmacia por última vez; ayer se terminaron las pastillas.

Si no me tomo mi dosis diaria, es probable que no me pase nada al momento, pero a la mañana siguiente ya tendré dolor de cabeza. Me conozco y sé, porque lo he experimentado más de una vez, cómo reacciona mi cuerpo ante la ausencia del antihipertensivo. También lo saben 230 de cada 1000 habitantes que en Ciego de Ávila padecen de hipertensión.

En función de prevenir el desajuste, eliminar el pan ha sido muy fácil: unos días no viene y otros su gramaje de harina y levadura no le alteraría la tensión arterial a nadie. Por ahí estoy a........

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