Y que 2024, con su fama de año bisiesto, traiga lo que quiera. Aquí lo estaremos esperando. Ya pasamos por momentos peores y salimos adelante. Esa es nuestra suerte, nuestro ashé, nuestra buena estrella: el cubano siempre sale adelante

Pixabay Luego de comprometerme a redactar estas líneas, estuve casi dos semanas halándome los pelos, porque me di cuenta de que no sabía cómo escribirlas. A veces, los temas aparentemente sencillos, ligeros y felices, son los más difíciles de todos, porque cuesta bastante transmitir palabras de aliento, esperanza y celebración y, a la vez, ser sincero con los lectores y con uno mismo.

No ha sido 2023, ni de lejos, un buen año. De hecho, llevamos tremenda racha de adversidades. Si juntáramos la “coyuntura”, la pandemia, los accidentes, 2022 y estos 12 meses, parecería que nos cayó encima una lluvia intermitente de gatos negros, espejos rotos y toneladas de osobbo.

Dicen los que vivieron con total consciencia el Período Especial, que en aquel momento “la cosa” estaba más dura, pero eso resulta un pésimo consuelo. Ciertamente, los más jóvenes no tenemos memoria de esa época, pero nos ha tocado un momento igual de difícil, porque a la crisis económica se suman algunas dosis de desaliento y otros fenómenos preocupantes. Por eso, a uno le cuesta convencerse de que la prosperidad está al alcance de la mano.

se fue...

Posted by Osvaldo Gutierrez Gomez on Wednesday, October 18, 2023

se fue...

Cuando llegue la medianoche de este 31 de diciembre no pienso pedir nada para el año nuevo. No tiene sentido. ¿De qué sirve desear salud, paz y prosperidad, si en definitiva 2024 será como tenga que ser, a despecho de cualquier enunciación del optimismo? Probablemente, llegue incendiario e irrefrenable y no se tome el trabajo de escuchar lo que esperamos de él. ¿Acaso no deseamos mucha felicidad para 2020? ¿Y para 2021? A estas alturas, deberíamos estar curados de espanto, me digo, en ocasiones, cuando me gana el hiperrealismo.

Pero en otras, me llegan oleadas de un optimismo a prueba de balas y, a pesar de todo, encuentro cierta dosis de poesía en las fiestas y los abrazos de Nochevieja. El último día del año deviene excelente oportunidad para hacer balance de lo bueno y lo malo que nos ha sucedido, ya sea para aprender de los errores, o para exorcizar y enterrar los recuerdos traumáticos y tristes. También sirve para compartir con los seres queridos, “coger un 10” de los problemas de la vida cotidiana, y quitarse de la espalda, como quien se desprende de una mochila llena de piedras, la carga emocional de los últimos meses.

Este no es el fin de año que quisiéramos: el pernil de puerco cuesta bastante caro, muchas familias podrán reunirse y reír solo durante los minutos que dure una videollamada, y al muñeco del 31 no le cabrá en su interior toda la indolencia, los errores y los desaciertos que quisiéramos ver arder para siempre. Aun así, resulta un momento de satisfacción y afectos compartidos, un recordatorio de nuestro paso efímero por la Tierra y de lo importante que es aprovecharlo al máximo.

• Hace un año, Invasor recorrió las calles de Ciego de Ávila para conocer los deseos de su gente en el 2023

Además, dentro de la crudeza del presente y las preocupaciones por el futuro, hallamos, a cada rato, islotes de alegría. Para Elver y Zoilams, una joven pareja avileña, este es su primer fin de año como padres. Para Dairon y Ernesto Javier, recién graduados, supone el breve espacio vacío entre las aulas universitarias y el comienzo de su labor como juristas. Y para Manuel, un muchacho de Sancti Spíritus que llevaba cuatro años con insuficiencia renal crónica, y que hace poco recibió un riñón donado por su mejor amigo, este fin de año es tan bello y grande como la vida misma.

No hay magia posible en la muerte de un almanaque. Si acaso, celebramos en estas fechas que el planeta, en su eterna danza cósmica, completó otra vuelta alrededor del Sol y llegó nuevamente al punto cero de su órbita.

De todas formas, este 31, cuando acabe la Nochevieja y, con ella, 2023, abracemos a nuestra gente y pensemos cuán afortunados somos por ese calor humano, por seguir vivos y por los flashazos de felicidad y amor que nos llevan, como cantara Silvio, “del sueño a la poesía”.

Y que 2024, con su fama de año bisiesto, traiga lo que quiera. Aquí lo estaremos esperando. Ya pasamos por momentos peores y salimos adelante.

Esa es nuestra suerte, nuestro ashé, nuestra buena estrella: el cubano siempre sale adelante.

• También puede interesarle:

Anuncia Gobierno cubano proyecciones para reimpulsar la economía en 2024

QOSHE - Abrazos de Nochevieja - Neilán Vera
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Abrazos de Nochevieja

7 0
29.12.2023

Y que 2024, con su fama de año bisiesto, traiga lo que quiera. Aquí lo estaremos esperando. Ya pasamos por momentos peores y salimos adelante. Esa es nuestra suerte, nuestro ashé, nuestra buena estrella: el cubano siempre sale adelante

Pixabay Luego de comprometerme a redactar estas líneas, estuve casi dos semanas halándome los pelos, porque me di cuenta de que no sabía cómo escribirlas. A veces, los temas aparentemente sencillos, ligeros y felices, son los más difíciles de todos, porque cuesta bastante transmitir palabras de aliento, esperanza y celebración y, a la vez, ser sincero con los lectores y con uno mismo.

No ha sido 2023, ni de lejos, un buen año. De hecho, llevamos tremenda racha de adversidades. Si juntáramos la “coyuntura”, la pandemia, los accidentes, 2022 y estos 12 meses, parecería que nos cayó encima una lluvia intermitente de gatos negros, espejos rotos y toneladas de osobbo.

Dicen los que vivieron con total consciencia el Período Especial, que en aquel momento “la cosa” estaba más dura, pero eso resulta un pésimo consuelo. Ciertamente, los más jóvenes no tenemos memoria de esa época, pero nos ha tocado un momento igual de difícil,........

© Invasor


Get it on Google Play