En política nadie da puntada sin hilo, y el presidente del PP, Núñez Feijóo va a tener una ocasión de oro para demostrar su valía política. Yo diría que se la juega. El líder del PP reconoció el miércoles 18 en Barcelona, en un acto de Fórum Europa, que hubo conversaciones –“Junts quiso hablar y era mi responsabilidad contactar”, explicó–, pero el escollo de la amnistía, una “transacción política” que sí asume Sánchez para poder seguir en la Moncloa, según denunció, a él le resultó “inmoral” e insuperable: “No cabe en el ordenamiento jurídico y no se puede negociar porque es ilegal”, zanjó.

Probablemente esta interpretación de la amnistía en la Constitución se la dieron hecha y no se corresponde con las dos sentencias del Constitucional; o, seguramente no era el momento oportuno para ponerse Feijóo a debatirlo. Como dijo la sentencia del Constitucional en 1986, “no hay restricción constitucional directa en esta materia”, va a depender de cómo se justifique la necesidad política en el preámbulo y el compromiso de los votantes de la propuesta, Junts incluido, a renunciar a las convocatorias de consultas unilaterales. Evidentemente el derecho a decidir unilateralmente por la Generalitat no está reconocido en la Constitución.

Si el PP se abstiene ante la propuesta de amnistía y deja la decisión al máximo Tribunal, o, simplemente, no interpone recurso de inconstitucionalidad, Feijóo habrá empezado a normalizar las relaciones, “desde la discrepancia”, con el nacionalismo catalán para no volver a quedarse con la miel en los labios. Hay que recordar que en ésta legislatura Vox no puede presentar recurso de inconstitucionalidad, hace falta la firma de, al menos, 50 parlamentarios. A Vox solo le quedará el derecho al pataleo. La primera dificultad con que se va a enfrentar Feijóo es con los parlamentarios catalanes de su partido que se oponen a cualquier diálogo con los nacionalistas de allí, pero parece que tiene pensado cambiar la dirección en esa comunidad. Más difícil es el escollo del clan de Madrid- Ayuso, Miguel A.Rodriguez, Esperanza Aguirre, Aznar y el lobby mediático- que se le pondrán enfrente en cuanto vean el descuelgue de Vox. Incluso el gobierno autonómico podría atreverse a interponer recurso. Sería muy interesante ver cuál es la reacción, igual hasta se ponen otra vez a recoger firmas. En cualquier caso, esta operación- no oponerse a la amnistía pactada por el PSOE, o no pasar de declaraciones-, supondría soltar lastre por la extrema derecha. Desmarcarse de Vox. Eso abre la posibilidad de negociar el apoyo de investidura o coalición con las derechas nacionalistas Junts- la antigua Convergencia y Unió, de Pujol- e incluso el PNV, tras las próximas autonómicas. Aznar ya lo hizo. Hablaba “catalán en la intimidad” y dialogaba con el “movimiento de liberación vasco” sobre traslados e indultos de presos de ETA. A las derechas nacionalistas también les interesa: les abre la posibilidad de negociar a izquierda o derecha con el Gobierno central según les interese durante toda la legislatura. Al fin y al cabo, en materia económica las coincidencias entre la derecha nacionalista y españolista son bastantes y las discrepancias con la coalición PSOE-Sumar no son pocas. El descuelgue de Vox no debería ser preocupante para el PP, la ultraderecha no tiene más alternativa en temas importantes, mas en caso de elección para presidente de gobierno, que votar con los populares; ninguno de sus electores le perdonaría una victoria de la izquierda por no respaldar las propuestas de Feijóo. La ultraderecha global niega los resultados electorales, y la legitimidad de los gobiernos alternativos y reclama nuevas elecciones. El insulto, la calumnia y la agresividad es su discurso ultraliberal y, actualmente, deshumanizado en lo social. Feijóo tendrá que elegir.

“No sé si a los militantes de Junts les irá bien la política económica, social, de servicios públicos, fiscal e industrial de Sumar y del PSOE”, se preguntó retóricamente Feijóo, en el Forum Europa de Barcelona, ante una nutrida presencia empresarial. Para continuar con el pespunte el líder gallego no se privó de valorar la sinceridad de Puigdemont: “Todo el mundo sabe lo que él pide, hay otros que mienten mucho”, añadió metiendo la hebra en el mismo ojo, y, completó la labor con el botafumeiro tras asegurar que “Catalunya necesita la revolución de la verdad”. En un mes sabremos si estaba ungido por el espíritu colocando a sus tiraboleiros- Pons, Bendoto, Borja Samper, etc - para que renueven el ambiente durante el peregrinaje que les queda.

QOSHE - No hay puntada sin hilo - Antonio Balibrea
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No hay puntada sin hilo

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04.11.2023

En política nadie da puntada sin hilo, y el presidente del PP, Núñez Feijóo va a tener una ocasión de oro para demostrar su valía política. Yo diría que se la juega. El líder del PP reconoció el miércoles 18 en Barcelona, en un acto de Fórum Europa, que hubo conversaciones –“Junts quiso hablar y era mi responsabilidad contactar”, explicó–, pero el escollo de la amnistía, una “transacción política” que sí asume Sánchez para poder seguir en la Moncloa, según denunció, a él le resultó “inmoral” e insuperable: “No cabe en el ordenamiento jurídico y no se puede negociar porque es ilegal”, zanjó.

Probablemente esta interpretación de la amnistía en la Constitución se la dieron hecha y no se corresponde con las dos sentencias del Constitucional; o, seguramente no era el momento oportuno para ponerse Feijóo a debatirlo. Como dijo la sentencia del Constitucional en 1986, “no hay restricción constitucional directa en esta materia”, va a depender de cómo se justifique la necesidad política en el preámbulo y el compromiso de los votantes de la propuesta, Junts incluido, a renunciar a las convocatorias de........

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