En un mundo donde dos tarados martillean una obra de arte, se me suscita una comparación de irresponsabilidad porque si los martillazos consiguen su objetivo, el daño producido en el cuadro golpeado puede ser irreparable, imaginen ese la gravedad que puede tener que dos individuos, con sus correspondientes cohortes de acólitos aplaudidores, se dediquen a “golpear” la legalidad vigente en una España desnuda de confianza en sus gobernantes y consciente de que es solo el beneficio particular de los protagonistas lo que importa, a su vez acompañados de una mezcla de “personajes” imbuidos de intereses espúreos o de una ausencia de moralidad absoluta.

Esta comparación del absurdo que supone maltratar una obra de arte, elevado a una enésima potencia si concluimos que está en juego la continuidad de una convivencia social pacífica y equilibrada en un ambiente democrático real que es lo que resulta evidente se está tambaleando en la España de hoy.

Vaya por delante el rechazo a cualquier forma de violencia aprovechando el libre derecho de manifestación ciudadana y sin entrar en el “y tú más”, resulta extraño, por ser considerado, comprobar que en el Senado, los representantes del grupo sanchista, no hayan aceptado el rechazo o la condena de ataques a las sedes de cualquier Partido. ¿Cómo interpretamos eso cuando no paran de exigir explicaciones a los de enfrente ante los hechos de estos días ante sus sedes?

Lo que no puede ser es que se haga solo una valoración subjetiva de unos determinados hechos, no solo por ellos mismos sino en función de quienes los protagonizan. Si son los miso están justificados, si lo hacen los otros son injustificados porque tanto en un sentido como el otro, mi superioridad moral indica que solo yo y los míos defendemos la democracia, los demás son “fachas”.

Pero claro, cuando el conflicto surge porque se buscan vías no contempladas en nuestro ordenamiento constitucional – “cambios de opinión” incluidos – para resolver la desesperación obsesiva de una permanencia en el Poder y que lleva incluida una cesión rotunda ante el chantaje soberanista encarnado en alguien sin nada que perder respecto a su situación actual y en el que, ambos, se nos presentan como víctimas en una teatralización absurda de sus intereses particulares. Uno, caería políticamente y el otro, por pco que sea, conseguirá un claro botín de beneficios para, entre los dos, llevarnos a todos a un naufragio total.

En definitiva, dos personajes principales, no contabilizo a los aplaudidores que les rodean, marrulleros, sin escrúpulos, huérfanos de valores y, por tanto, amorales… su talante es el del común: “tal para cual”, están definiendo el futuro del país, presentándose como paladinos de un acuerdo de convivencia aunque no reparan en decir no se fían uno del otro.

Comprenderán, en consecuencia, que de ser así difícilmente saldrá bien el futuro y más cuando es un acuerdo de Legislatura, lo que se ha firmado, con seguimiento continuo y dependiente de elementos como: Amnistía; Relato Compartido; Política Fiscal 100%; Referéndum y Mediador Internacional, todo ello, textualmente, bajo “el límite de la voluntad del pueblo de Cataluña” y sabiendo que “no tienen que pedir perdón”.

QOSHE - Tal para cual - Antonio Fernández Jurado
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Tal para cual

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11.11.2023

En un mundo donde dos tarados martillean una obra de arte, se me suscita una comparación de irresponsabilidad porque si los martillazos consiguen su objetivo, el daño producido en el cuadro golpeado puede ser irreparable, imaginen ese la gravedad que puede tener que dos individuos, con sus correspondientes cohortes de acólitos aplaudidores, se dediquen a “golpear” la legalidad vigente en una España desnuda de confianza en sus gobernantes y consciente de que es solo el beneficio particular de los protagonistas lo que importa, a su vez acompañados de una mezcla de “personajes” imbuidos de intereses espúreos o de una ausencia de moralidad absoluta.

Esta comparación del absurdo que supone maltratar una obra de arte, elevado a una enésima potencia si concluimos que está en juego la continuidad de una........

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