Después que parte la comisión para la Española y España, el hambre produce en la colonia semillas de descontento. “Salían al campo y pascían y comían las hierbas y raíces que más tiernas hallaban, como si fuesen ganados”[1], refiere Fray Bartolomé de las Casas.

El número de inconformes no era numeroso, pero si influyente, inconformidad revestida de formas legales. Hacían parte, El Bachiller Diego Del Corral (cabecilla que había llegado a la Antigua con Rodrigo Hernández de Colmenares, Teniente de Nicuesa), Alonso Pérez de la Rúa, Luis de Mercado (seguidor de Diego de Nicuesa) y Gonzalo de Badajoz (seguidor de Nicuesa), más un escribano sin nombre, joven y pobre. Pero había otro en la sombra (un capitán) que no hablaba, pero actuaba: Francisco Pizarro.

Recrean falsas acusaciones contra Balboa, recibidas por el inexperto escribano; “acordaron de prender al Vasco Núñez alegando por causa que no repartía, según los merecimientos de cada uno, el oro y los esclavos que robaban y cautivaban”. Además, criticaban el buen trato que Balboa brindaba al Aguacil Mayor Bartolomé Hurtado, argumentando que Balboa no tenía Derecho Real para mandarlos, pues se encontraba en interinidad.

Resulta que la esposa indígena del bachiller Diego Del Corral de nombre castellano Elvira, era amiga de una mujer de las del servicio de Balboa, bautizada como Fulvia. Entonces, Fulvia mantenía bien informado a Balboa de las acciones de Del Corral. Pero esta Fulvia (no es la hija del cacique Careta, Chima. Era una mujer, como otras tantas, que trabajaban en el servicio de la casa de Balboa, y es la le cuenta a la hija de Careta (a la que identifican como Anayansi), quien se lo cuenta a Balboa.

Balboa, identifica a Alonso Pérez, como cabecilla de los inconformes, y lo pone preso, y trama un engaño.

Bajo el pretexto de salir en busca de comida, se ausenta de la Antigua, dejando en custodia de la tesorería 10 mil pesos, que aún estaban sin repartir. Tal como lo había previsto, una vez ausente, los inconformes, toman preso al Aguacil Mayor Bartolomé Hurtado, liberan al líder de los revoltosos, Alonso Pérez de la Rúa, quien fungiendo como Alcalde, hace la distribución de la custodia de los 10 mil pesos, favoreciendo a unos, y perjudicando a otros.

Escribe de las Casas:

“so color de ir de caza se salió aquella noche del pueblo, con la confianza que le acudirían los que en las partes solían mejorar y sucedióle así, porque tomados 10.000 castellanos que estaban por partir repartiéronlos de la manera que a ellos paresció, dando a algunos de la gente menuda más de lo que parecía convenirles y a los de mayor calidad o presunción menos de lo que a su parecer pertenecerles estimaban; desto quedaron aquéllos corridos y afrentados, y así llaman a Vasco Núñez y júntanse con él todos armados con clamores y juramentos que habían de matallos, van a ellos y prenden al Alonso Pérez y a un bachiller Corral y a otros principales y échanlos en la fortaleza donde los tuvieron bien aprisionados”.

“Bartolomé Hurtado, que era muy allegado y favorecido de Vasco Nuñez, presumía con su favor de maltratar á los otros que no tenían de sí menor estima y presunción, por lo cual era á todos ó á los más muy odioso, y por él desamaban al Vasco Nuñez, por manera que, tomando por caudillo á un Alonso Pérez de la Rúa, que debia ser de los que más sentían ó pretendían los pundonores, acordaron de prender al Vasco Nuñez, y quitalle la presidencia que tenía sobre ellos, y al Bartolomé Hurtado, como principal contendor, pero Vasco Nuñez, que siempre vivía con todos recatado, dióse más priesa y prendió al Alonso Pérez, que habían tomado para que los capitanease”.

La trampa produce el efecto previsto. Cuando regresa Balboa enterado de los acontecimientos, hace ver que el nuevo repartimiento de Alonso Pérez de la Rúa, favoreció a sus amigos, por lo que la comunidad llega a la conclusión que Balboa, “obraba con más justicia”.

Después de este suceso, Balboa le informa a la colonia, “que está resuelto á irse á España en la primera oportunidad”.

Los revoltosos fueron encarcelados y Balboa nombró dos vecinos para investigar el asunto y redactar un acta acusatoria y enviarla a España.

Balboa, vuelve a mostrar debilidad ante sus poderosos enemigos, al ponerlos en custodia de los frailes franciscanos.

[1] Las Casas, Bartolomé de. Historia de las Indias. Vols. 3, 4 y 5. Madrid: M. Ginesta, 1875-1876.

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América empezó por el Chocó. Tema 138

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18.04.2024

Después que parte la comisión para la Española y España, el hambre produce en la colonia semillas de descontento. “Salían al campo y pascían y comían las hierbas y raíces que más tiernas hallaban, como si fuesen ganados”[1], refiere Fray Bartolomé de las Casas.

El número de inconformes no era numeroso, pero si influyente, inconformidad revestida de formas legales. Hacían parte, El Bachiller Diego Del Corral (cabecilla que había llegado a la Antigua con Rodrigo Hernández de Colmenares, Teniente de Nicuesa), Alonso Pérez de la Rúa, Luis de Mercado (seguidor de Diego de Nicuesa) y Gonzalo de Badajoz (seguidor de Nicuesa), más un escribano sin nombre, joven y pobre. Pero había otro en la sombra (un capitán) que no hablaba, pero actuaba: Francisco Pizarro.

Recrean falsas acusaciones contra Balboa, recibidas por el inexperto escribano; “acordaron de prender al Vasco Núñez alegando por causa que no repartía, según los merecimientos de cada uno, el oro y los esclavos que robaban y cautivaban”. Además, criticaban el buen trato que Balboa brindaba al Aguacil Mayor Bartolomé Hurtado,........

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