La campaña de riego en la cuenca del Ebro acaba de comenzar con pedidos libres de agua por parte de los agricultores gracias a las generosas precipitaciones que han dejado este invierno las sucesivas borrascas.

Más allá de anhelos y quimeras nacidos de la imperiosa necesidad de saciar la sed del campo, hace medio año pocos podían sospecharlo, después de dos campañas con severas restricciones a causa de la sequía que hacían presagiar otra amarga temporada. Así que la alegría debería ser desbordante y todos deberíamos compartirla, porque como consecuencia de este impagable regalo de la meteorología, la margen izquierda del río Ebro presenta esta semana niveles óptimos, con un 70% de agua embalsada que inicialmente permite garantizar caudales de uso agrícola suficientes sin más limitaciones que las de la propia gestión que aplican las comunidades a sus respectivos regantes.

La situación, lamentablemente, no es la misma en la margen derecha, al 51% y por debajo del promedio de los últimos cinco años, lo que vuelve a revelar la inestabilidad de los meteoros que la naturaleza tiene a bien dispensar caprichosamente y la importancia de disponer de infraestructuras que permitan gestionar el agua, nuestro principal y más universal motor productivo. La capacidad de impulsar la industria, atraer multinacionales y explotar el poder logístico dependen también de este elemento vital. Una sociedad responsable está obligada a tratar el agua con mimo y sin derroches y a distribuirla con escrupulosa equidad.

El almacenamiento de nieve en las cumbres pirenaicas, también registra niveles elevados. La cuenca del río Aragón, por ejemplo, ha pasado de 28 a 226 hectómetros cúbicos equivalentes. La del Gállego, de 60 a 115 hm3; la del Ara, de 46 a 97, la del Cinca, de 98 a 163, y la del Ésera, de 65 a 130.

Pero como todo tiene su envés, nos encontramos esta semana ante una de las asechanzas más peligrosas que puede deparar la nieve en las montañas: el riesgo de aludes. Hay grandes espesores y suben las temperaturas, una combinación oportunista para las peores avalanchas. Si suben allá arriba, cuidado.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Mariano Gállego en HERALDO)

QOSHE - Alegría, por fin agua - Mariano Gállego
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Alegría, por fin agua

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14.03.2024

La campaña de riego en la cuenca del Ebro acaba de comenzar con pedidos libres de agua por parte de los agricultores gracias a las generosas precipitaciones que han dejado este invierno las sucesivas borrascas.

Más allá de anhelos y quimeras nacidos de la imperiosa necesidad de saciar la sed del campo, hace medio año pocos podían sospecharlo, después de dos campañas con severas restricciones a causa de la sequía que hacían presagiar otra amarga temporada. Así que la alegría debería ser desbordante y todos deberíamos compartirla, porque como consecuencia........

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