Sánchez tiene más pinta de galán de telenovela que de político. Ese porte recio y su sonrisa de medio lado, un punto de truhán que las encandila. Tiene gancho.

De ahí su síntesis entre ficción y política. No dejan nunca los políticos de ser actores de las pasiones colectivas. Véase la implacable ‘marquesa cruel’ Cayetana o al mesiánico-rancio Abascal. Lo bordan. Igual que ‘Pedro cruel’ pero sin creérselo y amagar con dimitir a lo amante herido en defensa de la dama ante los feroces orcos malos-malísimos. Puede que el público vea la trampa.

Algunos se tragaron el anzuelo. La casta progre tirándose a las calles de Ferraz a rasgarse las vestiduras recordó demasiado a los norcoreanos llorones en aplauso perpetuo al Amado Líder. Sonrojaba ver a gente así de mayorcita en plan Plaza de Oriente con Franco. El ‘No nos dejes solos’ sobra en democracia.

Esta baja laboral por herida de amor la autorizó el Borbón que igual pensó en imitarle por el tiroteo sufrido en familia desde los tribunales (Urdangarín, el emérito) o los medios (contra su esposa la antipática reina republicana). Igual hasta le dio el real consejo de “mira Pedro, el vilipendio nos va en el sueldo”.

Porque no es cosa nueva que lo público es la gran ciénaga de la que se nutre la prensa. El poder tapa y ella destapa. Y si Sánchez le afeaba a su oponente sus amistades mafiosas o le tocó al novio a la presidentísima Ayuso el efecto boomerang de las hienas cercando a su chica con una amnistía en juego eran solo episodios de una guerra total más que avisada.

Los verdaderos líderes se zurcen las heridas sobre la marcha a sabiendas de que los lobos buscarán otro más débil para devorárselo vivo. En la alta política en su lucha por el poder es todo animal e inhumano. Los que aún tienen corazón se marchan.

El pueblo sabio ya sentenció que no dimitía. Hay memoria de las muchas tretas y la falta absoluta de palabra. Creerse a Sánchez es la medida del grado de ingenuidad que se padece.

Porque Pedro, en el fondo todo esto te gusta y, si me apuras, todo te da igual mientras sigas en el puesto. Ahora vuelves con ganas de más sangre invocando un juego limpio que hace mucho que dejaste atrás por la sed insaciable y cruel de salirte siempre con la tuya.

QOSHE - Pedro cruel - César De Requesens
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Pedro cruel

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30.04.2024

Sánchez tiene más pinta de galán de telenovela que de político. Ese porte recio y su sonrisa de medio lado, un punto de truhán que las encandila. Tiene gancho.

De ahí su síntesis entre ficción y política. No dejan nunca los políticos de ser actores de las pasiones colectivas. Véase la implacable ‘marquesa cruel’ Cayetana o al mesiánico-rancio Abascal. Lo bordan. Igual que ‘Pedro cruel’ pero sin creérselo y amagar con dimitir a lo amante herido en defensa de la dama ante los feroces orcos malos-malísimos. Puede que el público vea la........

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