Uno de los poquísimos asuntos que me sacude el profundo aburrimiento y sopor que últimamente me produce el mundo de la política, es el entretenido pulso que algunos analistas políticos aseguran que mantienen Sumar y Podemos. Un pulso que, en realidad, única y exclusivamente mantienen Yolanda Díaz, el activo más competente del actual gobierno, y Pablo Iglesias, aquel tipo listo que tanto provecho sacó del saludable movimiento del 15 M, hasta que el tiempo fue demostrando que su única pretensión era apalancarse en el mundo de la casta política que decía atacar con el único entretenimiento de alborotar el patio acomodado en uno de esos pupitres donde acostumbran a sentarse los más torpes de la clase.

Resulta fascinante seguir el hilo de la historia de amor surgida entre Pablo a Yolanda, coronada con aquella designación imperial a dedo del primero a la segunda nombrándola sucesora saltándose a la torera todas las formalidades y contemplar la posterior evolución del fenómeno: ese triste espectáculo de cómo ha ido corrompiéndose aquel precioso idilio hasta alcanzar la total putrefacción evidenciada en esa votación en la que Podemos prefirió hacer piña con el PP y Vox dejando a todos aquellos que en su día celebraron su amor, aturdidos arrugando el hocico ante el mal olor que desprende un romance que les pareció tan hermoso. Quizás solo sea comparable a aquel otro de Pablo Casado con Isabel Ayuso, un poco antes de que a ambos también les tentase el reto de averiguar quién de los dos era más poderoso.

Los analistas hablan de diferentes matices y conceptos de Sumar y Podemos en su forma de entender la política social. Desengáñense. Es más simple. Pablo no se aguanta los celos de una Yolanda que al tiempo que ha ido generando afecto a su alrededor, dejaba en evidencia la incapacidad del líder de Podemos (o personas interpuestas como Irene Montero o Ione Belarra) para otra cosa que no sea intentar demostrar infructuosamente que son mucho más necesarias que ella y que cualquier progreso para las clases más desfavorecidas o para los colectivos más vulnerables vendría únicamente de sus manos.

Espero que los guionistas de teleseries, siempre al acecho de suculentas historias de amor y odio que llevarse a la pantalla, estén trabajando en el correspondiente guión sobre esta de Yolanda y Pablo. La canción de sintonía ya la tenemos: «Se nos rompió el amor» de Manuel Alejandro cantada por la Jurado.

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QOSHE - El amor de Pablo y Yolanda - Juan Mari Montes
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El amor de Pablo y Yolanda

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16.01.2024

Uno de los poquísimos asuntos que me sacude el profundo aburrimiento y sopor que últimamente me produce el mundo de la política, es el entretenido pulso que algunos analistas políticos aseguran que mantienen Sumar y Podemos. Un pulso que, en realidad, única y exclusivamente mantienen Yolanda Díaz, el activo más competente del actual gobierno, y Pablo Iglesias, aquel tipo listo que tanto provecho sacó del saludable movimiento del 15 M, hasta que el tiempo fue demostrando que su única pretensión era apalancarse en el mundo de la casta política que decía atacar con el único entretenimiento de alborotar el patio acomodado........

© Gaceta de Salamanca


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