Aquel verano del 77 que cumplí los 13, pude escuchar sin exagerar demasiado un millón de veces «Chica de plata». Las canciones que nos gustaban en la adolescencia no se gastaban nunca. Al contrario, estaban ahí para acompañarnos obsesivamente en la soledad de los atardeceres, un poco antes de que el cielo se cubriera de estrellas y se desatara el canto de los grillos. Por eso nos las aprendíamos de memoria, aunque estuvieran cantadas en inglés, francés, italiano o chino mandarín.

«Chica de plata» la habían compuesto Geoffrey Stephens y Tony MacAulay según se detallaba en los créditos de aquel mítico single de portada serigrafiada a modo de microfilme y la cantaba con voz pequeña y cálida David Soul, dejándose el alma entre un coro de angelicales voces femeninas que le arropaban en el estribillo. Y también sonaba alguna vez en la jukebox de la sala de juegos de Ciudad Rodrigo. No era el mayor éxito de David Soul (ese honor lo tenía la empalagosa «Don´t Give Up On Us») pero sí la que a mí me emocionaba.

Aquella preciosa melodía, el arreglo medio pop medio country con percusiones orgánicas e imaginativas cuerdas y las sugerencias de aquella dama de cabellos rubios peinada por el viento de la lejana y misteriosa Indiana era la magia que me servía para tenderme bajo las cuatro acacias del portal, cerrar los ojos y volar lejos en busca de aires más mundanales, coloristas, abiertos, divertidos.

Como aquellas autopistas californianas que recorríamos los martes a eso de las diez de la noche a bordo de un Ford Torino color tomate acompañando a Paul Michael Glaser y al mismo David Soul, ya convertidos en los agentes Starsky y Hutch. Si el fin de semana los morenos eran Cruyff y los rubios Netzer, entre semana con más habitualidad éramos Starsky y Hutch. Starsky era algo macarra, ligón, bromista. Hutch noble, diligente, sensible.

A saber cómo influyeron tales cualidades en los chavales que los adorábamos y no nos perdimos ni un solo capítulo de una serie y que repasada hoy con detenimiento podría desprender un poco de naftalina, machismo y violencia gratuita entre el saludable compañerismo, la amistad y las ganas de echarle el guante al miserable.

El viernes fallecía David Soul sirviéndonos el agridulce plato de nostalgia cada vez más habitual en los menús de aquellos muchachos de nuestra generación. Qué bien nos iría, si este tipo de nostalgia, fuera la única que aceptásemos permitirnos.

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QOSHE - Chica de plata - Juan Mari Montes
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Chica de plata

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09.01.2024

Aquel verano del 77 que cumplí los 13, pude escuchar sin exagerar demasiado un millón de veces «Chica de plata». Las canciones que nos gustaban en la adolescencia no se gastaban nunca. Al contrario, estaban ahí para acompañarnos obsesivamente en la soledad de los atardeceres, un poco antes de que el cielo se cubriera de estrellas y se desatara el canto de los grillos. Por eso nos las aprendíamos de memoria, aunque estuvieran cantadas en inglés, francés, italiano o chino mandarín.

«Chica de plata» la habían compuesto Geoffrey Stephens y Tony MacAulay según se detallaba en los créditos de aquel mítico single de........

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