El pasado jueves día 1 y con motivo de la inauguración en la sala de exposiciones de Santo Domingo de la muestra «Bailar los trazos» dedicada a Venancio Blanco, nuestro ayuntamiento publicaba en su web y ciertas redes sociales como X (antiguamente Twitter), una fotografía donde posaban las autoridades, organizadores, patrocinadores, representantes culturales y demás personas que han hecho posible o apoyan que esta muestra que ha ido rodando por distintas ciudades de nuestra comunidad también pueda contemplarse en Salamanca. Revisen la foto.

Por supuesto, no me atrevo a asegurar que los que posan sonriendo no tengan la suficiente categoría. Parece gente muy respetable y distinguida. Sin embargo, no me digan ustedes tampoco que no resulta tremendamente llamativo que en esa fotografía, tomada en pleno 2024 del siglo corriente, posen nada menos que nueve hombres y ninguna mujer. O sea cero patatero mujeres.

Acostumbramos últimamente a llenarnos la boca con los muchos avances que vamos consiguiendo en la causa del feminismo y la igualdad, pero de pronto, cualquier día nos ponemos a reparar en los detalles, esos prolijos pormenores donde queda registrada la más tozuda realidad de las cosas, sin artificio que las encubra, y tropezamos con la rigurosa y delatora verdad. Como ese larguísimo trecho que aún nos queda por limar hasta que efectivamente seamos capaces de comprender que la humanidad aunque dividida por mitad en hembras y varones, parece que sigue mayormente ignorando y desterrando de los puestos de responsabilidad a esa mitad que no llevan los genitales colgando como si ellas no tuvieran la suficiente formación, conocimientos, talento o ambición profesional para ir salpicando la esfera pública de unos cuantos estrógenos entre tanta testosterona.

Decía en el discurso de inauguración de la citada exposición, el hijo del artista, Francisco Blanco, que «el arte tiene que ser alegre» y que el título elegido para la exposición, «Bailar los trazos», viene de que a su padre le encantaba bailar («bailaba en todas partes», confesaba) y acaso también por eso sus trazos y esculturas parecen conservar ese aire musical y bailable que tenía la mirada de su autor.

Esa es la cuestión. El arte, como también la vida, tiene que ser alegre. Y para ello, además de justo, tendrá que ser necesario que ellas vayan entrando a la sala de baile sin que nadie se otorgue el derecho de admisión. Nada más triste y aburrido que nueve hombres bailando solos en la pista.

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QOSHE - 9 hombres, 0 mujeres - Juan Mari Montes
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9 hombres, 0 mujeres

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06.02.2024

El pasado jueves día 1 y con motivo de la inauguración en la sala de exposiciones de Santo Domingo de la muestra «Bailar los trazos» dedicada a Venancio Blanco, nuestro ayuntamiento publicaba en su web y ciertas redes sociales como X (antiguamente Twitter), una fotografía donde posaban las autoridades, organizadores, patrocinadores, representantes culturales y demás personas que han hecho posible o apoyan que esta muestra que ha ido rodando por distintas ciudades de nuestra comunidad también pueda contemplarse en Salamanca. Revisen la foto.

Por supuesto, no me atrevo a asegurar que los que posan sonriendo no tengan la suficiente........

© Gaceta de Salamanca


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