Hace años ni se cuestionaba. No hacían falta rankings ni clasificaciones para determinar cuál era el hospital más importante de Castilla y León.

Sin embargo, desde hace ya algún tiempo, cada vez que las empresas que se dedican a elaborar estos indicadores de excelencia, reputación y prestigio publican sus resultados, se genera un importante revuelo.

En algunos de estos ranking Salamanca se mantiene como el hospital más valorado de Castilla y León, pero en otros no figura ni entre los dos primeros. ¿Cuál tiene razón?

Personalmente no pondría la mano en el fuego por ninguno de estos 'estudios'. En primer lugar porque ya nadie hace nada por nada. Nadie se pasa un año analizando datos de rendimiento y realizando encuestas entre profesionales por amor al arte. Intuyo que debe ser algo parecido a cuando a un restaurante le comunican que ha 'ganado' un premio gastronómico y que para recogerlo solo debe abonar una serie de gastos de la ceremonia.

Pero tampoco comulgo con estas clasificaciones porque en sus bases, allí donde explican qué factores han tenido en cuenta para puntuar mejor o peor a cada hospital, hablan de unos parámetros que luego no se corresponden con sus resultados.

El caso es que, con más o menos fiabilidad, vienen repitiéndose señales de alarma sobre una cierta pérdida de prestigio del Hospital de Salamanca.

Nuestro hospital cuenta con una serie de servicios a los que no se les puede ni rechistar. Hay que ponerse la mano en la frente porque deslumbra mirarlos de cerca.

Son departamentos que hacen que el nombre de Salamanca se escuche en los congresos más importantes del mundo. Son profesionales que presiden las más reputadas sociedades científicas. Médicos que repiten año tras año en la Lista Forbes y me consta que no pagan por ello.

Hay servicios que tienen una lista de espera de varios años, pero no de pacientes que esperan a ser operados, sino de profesionales que quieren realizar una estancia para formarse y aprender los métodos de trabajo de Salamanca. Prestigio.

Pero el prestigio es una palabra que inicialmente significaba lo contrario a lo que entendemos ahora. Significaba pomposidad, altanería… La raíz latina de la palabra tiene que ver con 'prestidigitador': especialistas del engaño, la ilusión o la apariencia. Ahora me ves, ahora no me ves.

Me dicen que en el entorno de la sanidad salmantina, sobre todo entre los médicos más veteranos, pesa una cierta preocupación sobre este tema -la actual reputación del Hospital de Salamanca- y están planeando elaborar un informe que se haga preguntas y encuentre respuestas.

La Consejería de Sanidad tiene en mente un interesante proyecto que puede ser mucho más esclarecedor que cualquier ranking externo de reputación, pero es complicado. Se trata de poner en marcha la libre elección de especialista y hospital. Es decir, que un paciente salmantino decida que para operarse de determinada enfermedad, se fía más de los médicos del Río Hortega que de los de Salamanca, y viceversa: que la confianza que inspira Salamanca atraiga a más pacientes de otras provincias.

A partir de ahí, se podría incluso replantear la dotación de personal y recursos que necesitan los diferentes servicios de cada provincia.

No cabe duda de que saldríamos de dudas sobre el verdadero prestigio o reputación de cada hospital. El problema es que es una idea compleja de ejecutar -al menos en el corto plazo- porque requiere de homogeneizar agendas entre provincias, cuando ni siquiera estas agendas funcionan igual dentro de un mismo hospital.

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QOSHE - El prestigio - Javier Hernández
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El prestigio

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05.01.2024

Hace años ni se cuestionaba. No hacían falta rankings ni clasificaciones para determinar cuál era el hospital más importante de Castilla y León.

Sin embargo, desde hace ya algún tiempo, cada vez que las empresas que se dedican a elaborar estos indicadores de excelencia, reputación y prestigio publican sus resultados, se genera un importante revuelo.

En algunos de estos ranking Salamanca se mantiene como el hospital más valorado de Castilla y León, pero en otros no figura ni entre los dos primeros. ¿Cuál tiene razón?

Personalmente no pondría la mano en el fuego por ninguno de estos 'estudios'. En primer lugar porque ya nadie hace nada por nada. Nadie se pasa un año analizando datos de rendimiento y realizando encuestas entre profesionales por amor al arte. Intuyo que debe ser algo parecido a cuando a un restaurante le comunican que ha 'ganado' un premio gastronómico y que para recogerlo........

© Gaceta de Salamanca


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