Los que no son de Salamanca, los que nos ven desde fuera, suelen achacarnos varios tópicos referentes al 'charrismo'. Dicen que el salmantino es un poco 'gata flora': que es capaz de quejarse de una cosa y de la contraria.

Tienen la sensación de que no sabemos valorar lo bueno que tenemos y que también somos un pueblo al que le falta iniciativa: que preferimos quejarnos de que 'todo lo ponen en Valladolid' en lugar de construir algo grande.

Por ejemplo, a los de fuera les fascina el fiestón del Año Nuevo Universitario y a los salmantinos nos parece una noche para no salir de casa. Parece que apostamos claramente por el turismo y la hostelería, pero al cabo de un tiempo nos molesta que las terrazas nos roben espacio y queremos que las reduzcan.

Dando por válido que haya parte de razón en estos tópicos, hay algo en lo que todos los salmantinos estamos de acuerdo. Hay una excepción a esa 'plaza de los Bandos' viviente que somos en esta ciudad: la Universidad de Salamanca.

Todos los salmantinos, desde el más letrado hasta el más analfabeto, presume de la Universidad. Nadie se rasga las vestiduras cuando oye por ahí que el hornazo es solo una empanada, pero cuando se ataca a la Universidad de Salamanca… Eso sí que escuece.

Me pregunto qué le darán de beber o fumar a los políticos españoles cuando visitan Estados Unidos y empiezan a actuar raro. Aznar compadreó unos días con George Bush y de la noche a la mañana le dio por fingir que tenia acento yanki. A Zapatero le pareció buena idea que sus hijas posaran junto a Obama vestidas como un nazgul del Señor de los Anillos. Y a Santi Abascal, en pleno subidón tras darse la mano con Donald Trump, le resultó ocurrente ponerse a hablar de la Universidad de Salamanca y catalogarla como «una máquina de censura, coacción, adoctrinamiento y antisemitismo».

Cabía esperar que, sin Trump ya delante, desde Vox se matizaran esas palabras porque se trata de un ataque que, repito, en Salamanca duele y puede costar muchos votos. Pero parece que la premisa es envidar más. García Gallardo recurrió a un clásico como es el de acusar a los periodistas de haber sacado las declaraciones de contexto, pero la verdad es que la frase «máquina de censura, coacción, adoctrinamiento y antisemitismo» tampoco deja lugar a demasiadas interpretaciones. Puedes tirar del diccionario de sinónimos y cambiar un 'coacción' por un 'amenaza', o un 'antisemitismo' por un 'nazismo' pero sigue sonando fatal. Sigue sonando a un palo tremendo hacia la Universidad de Salamanca.

Apuntan a que todo se reduce a un pique por el honoris causa otorgado al presidente colombiano, Gustavo Petro. De ser así, estarían matando moscas a cañonazos.

Porque a un partido político no le parezca bien el reconocimiento, no se puede dejar por el suelo el renombre de la Universidad de Salamanca en un 'mercado' tan importante como el de Estados Unidos.

La respuesta del salmantinismo ha sido unánime. Le han puesto de bocachanclas para arriba desde todos los ámbitos: el Ayuntamiento, la Junta, la Diputación, el Gobierno, el PSOE de Salamanca, el mundo de la cultura , el Instituto Cervantes y, por supuesto, la propia Universidad.

El tiempo lo suaviza casi todo y puede que en unos años no tenga una gran repercusión electoral, pero si esta semana le pides opinión a cualquier salmantino sobre la crítica a su Universidad, a Abascal le habría convenido quedarse en USA.

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Con la Uni hemos topado

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01.03.2024

Los que no son de Salamanca, los que nos ven desde fuera, suelen achacarnos varios tópicos referentes al 'charrismo'. Dicen que el salmantino es un poco 'gata flora': que es capaz de quejarse de una cosa y de la contraria.

Tienen la sensación de que no sabemos valorar lo bueno que tenemos y que también somos un pueblo al que le falta iniciativa: que preferimos quejarnos de que 'todo lo ponen en Valladolid' en lugar de construir algo grande.

Por ejemplo, a los de fuera les fascina el fiestón del Año Nuevo Universitario y a los salmantinos nos parece una noche para no salir de casa. Parece que apostamos claramente por el turismo y la hostelería, pero al cabo de un tiempo nos molesta que las terrazas nos roben espacio y queremos que las reduzcan.

Dando por válido que haya parte de razón en estos tópicos, hay algo en lo que todos los........

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