Lo dijo Rubén Darío, el votante está triste... ¿qué tendrá el votante? Porque elecciones, este año, las va a haber a porrillo, y al votante lo que le pone es votar. No importa a quién, pero que le dejen hacerlo. Antiguamente, la gente votaba a los suyos. Esto viene de cuando nadie tenía nada, ni siquiera libertad ni, mucho menos, democracia, y entonces, en el sitio más apartado del bar, entre las papeletas de la rifa y la barra de poner el pie, alguien murmuraba: cuando vuelvan los míos...

Hay más golondrinas que nuestros, y así parece que los de uno nunca hayan vuelto. La gente cantaba: los que se van ya volverán, pero nadie se lo creía. Después, comprendimos que votar es como una película de Amenábar, pues siempre se acaba votando a los otros. Bien, a conciencia, o bien porque uno cree que son los suyos y resultan ser los otros. Ya lo dijo Sartre: los otros son los demás. En francés, significa que estamos rodeados de infierno por todas partes, menos por una, que nos une a nosotros. Camus lo veía de manera contraria y consideraba que el infierno es uno mismo.

QOSHE - El espejo - Javier Pérez Andújar
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El espejo

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27.03.2024

Lo dijo Rubén Darío, el votante está triste... ¿qué tendrá el votante? Porque elecciones, este año, las va a haber a porrillo, y al votante lo que le pone es votar. No importa a quién, pero que le dejen hacerlo. Antiguamente, la gente votaba a los suyos. Esto viene........

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