En poco más de una hora, su voz temblorosa sacudió conciencias. La de los políticos y los medios de comunicación allí presentes, sin duda. Hasta donde alcanza la memoria fue el de Pilar Manjón el discurso más estremecedor escuchado jamás en el Parlamento. El desgarro y la verdad habitaron en aquellas palabras que exigían verdad, perdón y asunción de responsabilidades. Desde la aflicción, pero también desde la indignación por el uso partidista de la tragedia. Aquella mujer vestida de negro, demacrada y rota por la pérdida del hijo, desmontó la farsa que el PP y algunos de sus medios afines representaron durante los meses posteriores a los trágicos atentados del 11M: 193 muertos y más de 1.500 heridos. Mucho más que dos cifras.

Tras aquella intervención un 15 de diciembre de 2014 ante la comisión que supuestamente investigaba los hechos, sufrió el descrédito, la humillación, el insulto, la revictimización y el odio de un sector de la derecha, que secundó durante años la teoría de la conspiración y la implicación de ETA en los atentados. A ella la machacaron por ser sindicalista, por militar en la izquierda, por tener principios, por denunciar las mentiras y la utilización partidista del horror y de sus víctimas y, sobre todo, por no callar nunca. La querían muda en su llanto y su luto, si acaso despotricando sólo contra los asesinos, pero nunca hilvanando un alegato moral que permaneciera de por vida en la memoria colectiva. No lo lograron porque aquella intervención hoy aún retumba entre las paredes del Congreso y en el corazón de cuantos, diputados y periodistas, la escuchamos aquel día sin poder contener las lágrimas.

QOSHE - Para que el tiempo no las borre - Esther Palomera
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Para que el tiempo no las borre

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12.03.2024

En poco más de una hora, su voz temblorosa sacudió conciencias. La de los políticos y los medios de comunicación allí presentes, sin duda. Hasta donde alcanza la memoria fue el de Pilar Manjón el discurso más estremecedor escuchado jamás en el Parlamento. El desgarro y la verdad habitaron en aquellas palabras que exigían verdad, perdón y asunción de responsabilidades. Desde la aflicción, pero también........

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