La verdad sí importa
Apenas existe un debate solvente. Mucho menos un contraste riguroso de los hechos o los datos. Todo son choques. En el Parlamento, en el periodismo y hasta en la calle. Hay una sucesión de diálogos de sordos y una enfermiza necesidad de encasillar, cuando no de insultar. Con mucha más intensidad desde que existe twitter, ahora X, y además........
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