El desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas al modelo productivo capitalista ha impuesto a las empresas y a la comunidad, la necesidad de proteger el medioambiente, maximizar la producción alimentaria con uso intensivo del conocimiento y la innovación, la Big Data y la Inteligencia Artificial; así como también, la reducción del consumo de recursos fósiles como el petróleo y carbón. Frente a este contexto aparece la economía circular basada en el reciclaje y la reutilización de residuos aprovechables como el papel, cartón, vidrio, plástico, y metálicos, como el aluminio, cobre y hierro.

La humanidad se plantea un gran reto hacia la transición energética, problemas como el cambio climático y el calentamiento global, los incendios forestales, el agotamiento y sequía de fuentes de agua, migración y desaparición de importantes especies animales, la deforestación de grandes extensiones de bosques en el amazonas y por último, el aumento galopante de vehículos que utilizan la gasolina como fuente energética para su movilización, generando el principal contaminante del aire, el dióxido de carbono (CO2), gas de efecto invernadero que calienta cada año la temperatura del planeta, que está ha aumentado “1.2 grados los últimos 150 años según estudio de Jorge Luis Vázquez Aguirre de la Universidad Veracruzana”.

Por ejemplo, Cúcuta, el 18 de marzo de este año, indicaron usar tapabocas de manera preventiva en algunos lugares por la alta concentración de las partículas contaminantes de CO2 y que causan efectos negativos en la salud respiratoria de los ciudadanos.

Veamos los siguientes datos que nos alertan de la gravedad del asunto: según MAPFRE, “para producir una tonelada de papel, se talan de 28 a 49 árboles”; una botella de plástico se degrada en mil años y una bolsa de plástico dura 150 años, según la Fundación Aquae; las motos de cuatro tiempos, con cilindraje mayor a 150 cc, emiten 167 gramos de CO2 por kilómetro recorrido y pasajero, según estudio adelantado por Yohen Cuéllar y publicado en el periódico La República.

Ahora bien, ¿qué se propone para evitar el calentamiento global y la contaminación? Esfuerzos inmensos están haciendo los gobiernos del G7, según el comunicado final de la agenda 2023, el Protocolo de Kioto firmado en el año de 1997 en Japón para reducir la emisión de gases de efectos invernadero, el Acuerdo de París, firmado en 1995, adoptado por los países firmantes para reducir emisiones contaminantes, los cuales han llevado a la ONU en su agenda de 2030 a definir los 17 objetivos de desarrollo sostenible como parte de un marco global de acción climática.

Finalmente, el Plan de Desarrollo Potencia de la Vida de Colombia 2022- 2026 nos dice que se impulsará la economía circular para aprovechar los residuos, cerrar los botaderos a cielo abierto y garantizar la participación de la población recicladora para su inclusión e inserción socio económica, todo ello comprendido dentro del Programa Basura Cero del Ministerio de Vivienda. Ley 2294 del 2023.

Cartagena verde, ¡ya! Bicicleta, ¡ya! ¡A reforestar ya!

*Economista de Innovación.