Los ciudadanos usuarios frecuentes de la Vía al Mar sabemos que cada vez que una guardia de seguridad cuida la parte norte de la pista del aeropuerto Rafael Núñez es porque viene el presidente Petro a Cartagena. Es costumbre de los jefes de estado venir a la Casa de Huéspedes del Fuerte de San Juan de Manzanillo, una de las residencias al servicio de la Presidencia de la República por la dignidad que tiene nuestra ciudad de ser sede alterna del Gobierno en Colombia.

Sin embargo, no encontramos explicación del porqué el presidente, por el cual votamos más de 700 mil cartageneros, esperanzados que con su gestión podíamos tener un aliado efectivo para dar solución al cúmulo de problemas colectivos de esta urbe, no demuestre interés en realizar un diálogo social que facilite identificar puntos de acuerdo para la ejecución en conjunto con la administración Distrital de planes y programas de beneficio colectivo.

Razón le asiste al alcalde de Cartagena, Dumek Turbay de expresar su descontento porque tampoco ha podido reunirse con el presidente, y el apoyo del Gobierno nacional es decisivo para megaproyectos y programas sociales para transformar la calidad de vida de un buen número de habitantes sumidos en la pobreza extrema o multidimensional. Algunos opinarán que Petro no atiende al burgomaestre local porque no es de su ideología política, pero que se sepa, ¿algún grupo de los dirigentes del Pacto Histórico u organización social de Cartagena se ha podido reunir con él?

Abrigamos la esperanza que el señor presidente honre sus nobles ideas expuestas en campaña de realizar acciones para erradicar la pobreza y contribuir efectivamente en la superación humana de quienes habitamos estas tierras, todavía está a tiempo, como el estadista que es, de actuar por encima de cualquier diferencia partidista e ideológica, concertando acciones con la administración distrital, las organizaciones gremiales y sociales para desarrollar programas de beneficio colectivo en Cartagena.

El presidente Petro debe aprovechar la fuerza de las ideas, la voluntad de servicio y la experiencia del alcalde Dumek en la gestión administrativa para aunar esfuerzos que contribuyan al progreso local, de igual manera ese ejército de paz y desarrollo que son las Juntas de Acción Comunal están prestas a asumir responsabilidades en la ejecución de las obras sociales que las comunidades están reclamando, lo cual producirá satisfacción de necesidades básicas y generación de ingresos por la participación ciudadana y comunitaria. Entonces le preguntamos: ¿Cuándo nos reunimos, presidente?

*P.U. Comunicación Social Periodismo.

Especialista en Formación de Formadores.