Nos quieren modificar la historia bajo nuestras narices. De eso se trató la supuesta “resignificación” del robo de la espada de Bolívar, que ahora, según el Ministerio de Cultura, no fue hurtada en enero de 1974, sino “recuperada”. ¿Recuperada para quién? No sabemos. Es una inversión de los hechos digna de 1984, la novela distópica de Orwell.

¿Recuerdan a qué se dedicaba Winston Smith, el protagonista de aquella historia? Su oficio era modificar el pasado. Por ejemplo, si el Gran Hermano, Líder Supremo del Partido, había dicho que este año habría una producción récord de chocolates y resultaba que la meta no se había cumplido, Smith reescribía las noticias en los periódicos viejos, de suerte que los pronunciamientos anteriores del Gran Hermano correspondieran a la realidad actual. Luego, enviaba a un incinerador todo rastro de la noticia original. La entidad donde se llevaba a cabo esa primorosa labor se llamaba Ministerio de la Verdad.

Es sabido que, en el fluido mundo de ciertas disciplinas académicas, cualquier suceso se puede “resignificar” para hacerlo encajar con la hipótesis que se desee. La Teoría aguanta todo. Pero eso no quiere decir que debamos aceptar cualquier aserto: que no debamos oponernos con firmeza a que nos quieran convencer, como temía Smith, de que dos más dos es cinco. O de que un robo es una “recuperación”. Sobre todo en un documento oficial.

El proyecto general detrás de todo esto es el de representarnos al M-19 como una muchachada romántica e idealista y atenuar su lado siniestro, que predominó hasta hacer la paz: el de una insurgencia cruentamente ‘showsera’, que secuestró, torturó y asesinó, cuyo delirio alcanzó su apoteosis en la toma del Palacio de Justicia, donde murieron, tanto a fuego plúmbeo como ígneo, un centenar de personas –entre ellas 11 magistrados– y se incineraron miles de expedientes: otra forma de borrar el pasado.

Sí, desde luego que el Estado colombiano no es inocente en toda esa historia, en particular por la ferocidad con que el Ejército retomó el Palacio (¿aceptarán los simpatizantes del Eme que se diga “recuperó”?). Pero la causa primigenia de todo lo ocurrido fue la histórica, irracional, hipotalámica idiotez del asalto inicial del M-19.

En un país agobiado por masacres, extorsiones, incendios y una economía en ralentí, se dirá que el término que se use para describir el embolsillamiento, hace 50 años, de una espada de un prócer es un asunto baladí. Pero no, se trata de algo más serio y profundo: de estirar los significados de las palabras hasta el absurdo y así erosionar el consenso y la evidencia. Como rezaba el eslogan del Gran Hermano: “Quien controla el pasado, controla el futuro. Quien controla el presente, controla el pasado”.

Además, ¿cómo aspira este gobierno a ser tomado en serio como representante de toda la sociedad si se complace en derramar sal en una de nuestras más hondas heridas? ¿Cómo pretende alcanzar el “gran acuerdo nacional” del que tanto habla, si términos cotidianos como ‘robo’, ‘paz’, ‘vida’ o ‘crimen’ significan lo que el Pacto Histórico quiera que signifiquen?

De hecho, uno de esos términos, ‘Vida’, es el nombre del nuevo periódico oficial, en cuya primera edición La Silla Vacía encontró cuatro aseveraciones falsas, que exageraban los logros del Ejecutivo. Y se trata de datos, no de las exageraciones cualitativas comunes en política. ¿Será esa la función del nuevo periódico? ¿Convertir la reescritura de la realidad en un proceso permanente, como en el Minverdad?

Lo más irónico es que esa subordinación de la realidad a un taller de escritura creativa ocurre bajo un gobierno que se la pasa insistiendo en la necesidad de la “verdad” para la reconciliación nacional. Orwell no podría haberlo hecho mejor.

THIERRY WAYS
En X: @tways
tde@thierryw.net

(Lea todas las columnas de Thierry Ways en EL TIEMPO aquí)

QOSHE - El Ministerio de la Verdad - Thierry Ways
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

El Ministerio de la Verdad

4 1
28.01.2024

Nos quieren modificar la historia bajo nuestras narices. De eso se trató la supuesta “resignificación” del robo de la espada de Bolívar, que ahora, según el Ministerio de Cultura, no fue hurtada en enero de 1974, sino “recuperada”. ¿Recuperada para quién? No sabemos. Es una inversión de los hechos digna de 1984, la novela distópica de Orwell.

¿Recuerdan a qué se dedicaba Winston Smith, el protagonista de aquella historia? Su oficio era modificar el pasado. Por ejemplo, si el Gran Hermano, Líder Supremo del Partido, había dicho que este año habría una producción récord de chocolates y resultaba que la meta no se había cumplido, Smith reescribía las noticias en los periódicos viejos, de suerte que los pronunciamientos anteriores del Gran Hermano correspondieran a la realidad actual. Luego, enviaba a un incinerador todo rastro de la noticia original. La entidad donde se llevaba a cabo esa primorosa labor se llamaba Ministerio de la Verdad.

Es sabido que, en el........

© El Tiempo


Get it on Google Play