Cuenta la leyenda que “la india Catalina fue una mujer indígena de la etnia mokaná, y tuvo papel clave en la conquista española de Colombia como intérprete y mediadora para Pedro de Heredia. Catalina, una guerrera que nació en la vecina Galerazamba, fue capturada por Alonso de Ojeda tras el motín en que murió el cartógrafo Juan de la Cosa, en 1509. Luego fue vendida como esclava en Santo Domingo, pero Pedro de Heredia la trajo a Cartagena como intérprete en 1533”.

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El creador del Festival de Cine de Cartagena, Víctor Nieto, ordenó en 1961 la creación de una estatuilla para el Festival que finalmente elaboró el maestro Héctor Lombana, en honor de la india Catalina. En 1974, el mismo Víctor Nieto pidió al escultor español Eladio Gil Zambrana crear un monumento a mayor escala en bronce para reconocer sus características y mantenerla presente toda la vida. Y desde este año, y por cuarenta festivales más, la India ha sido el premio de la excelencia en televisión más codiciado; y hoy es el último premio para la televisión y las artes visuales.

Sí, señor, nuestra india ya no es una jovencita sino una señora de cuarenta años que todavía es la presa deseada de todos los artistas de las artes visuales. Por muchos años estuve vinculado al Ficci y pasé de amigo de Víctor Junior a miembro de la junta, vicepresidente y, luego, presidente, pero siempre escudero y defensor abiertamente de don Víctor, el mítico director más viejo del mundo.

Con la participación de las grandes programadoras, como Caracol, RCN, y de todos los canales regionales y Señal Colombia, a los cuales todos les debemos una Catalina de oro, ya que gracias a ellos la importancia de los Premios India Catalina sirvió para mejorar la calidad de las producciones de menor tamaño que, mano a mano, les fueron ganando a los productos de superproducciones de los big de la televisión nacional.

La participación de las grandes programadoras mejoró la calidad de los pequeños y medianos, por eso es fundamental que siga esta participación en este enfrentamiento de todos contra todos para mejorar nuestras producciones, que ya son apreciadas y adquiridas por el mundo televisivo de habla hispana. Y en 40 años puedo subrayar nada más la preocupación de Víctor para mantener una transparencia total y para que los premios fueran entregados a los programas escogidos por los diferentes jurados nacionales e internacionales.

SALVO BASILE

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