El presidente Petro armó la bronca al decir: “El poder constituyente ya se inició”. Las tres jurídicas que en la peluquería señorera se hacían peinar rechazaron esas palabras del mandatario, así: “Petro no es abogado, no estudió derecho, él sabe economía, pero en ciencia jurídica es nulo”. Punto.

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Con tres mujeres petristas almorcé en restaurante italiano. Lamentaban la rajada del Gobierno en las encuestas y que la vicepresidenta Francia Márquez sólo marcara 21 por ciento en apoyos, con 79 en contra.

Y lo peor: rajaron su “Ministerio de la Igualdad” porque recibió miles de millones y los vienen gastando en muebles y cortinas elegantes, autos y tiquetes. Francia Márquez no tiene culpa, no ha sido empresaria ni gerente, no le exijan más. Punto.

Al presidente Petro le aburre dormir en el palacio presidencial, se desvela. Contó que de noche se le aparece a oscuras un expresidente diciéndole algo así como: Petro, no busque peleas innecesarias, lo disminuye y opaca su gobierno.

El expresidente Álvaro Uribe es el personaje nacional porque le clavaron un sablazo jurídico tan violento que parecía redactado por un magistrado chavista venezolano. María Isabel Rueda, columnista de EL TIEMPO, opinó: “Inocente o culpable, a Álvaro Uribe Vélez se le han violado absolutamente todos sus derechos procesales, incluido el de defensa”. Apoyo esa opinión. Punto.

Y don Felipe López Caballero, exdirector de Semana, escribió para este diario así: “El problema no es que Petro, un agitador político brillante, ha resultado un administrador incompetente con una personalidad paranoica y pendenciera y unos hábitos de trabajo extraños”. Y dijo más el aterrizado hijo del “Compañero Jefe”: “Petro tiene frente al sector privado una prevención cuasi-marxista”. Sí, de ese marxismo que en Europa archivaron por ser “puro bla-bla-bla” de seguidores del ególatra Che Guevara. Punto.

Petro estuvo en Caracas y allí declaró: “Me entrevisté con jefes de la oposición venezolana y avanzamos”. No, Presidente, usted no visitó y sí ninguneó a la líder María Corina Machado, víctima de Maduro. Punto.

Viajo mañana a Cartagena, al Festival de cine que le ha dado gran imagen a la ciudad, una fiesta que impulsó el cívico Víctor Nieto con la eficiente ayuda de los cineastas Salvo Basile, Alessandro Basile Lemaitre y 99 seguidores de Mastroianni y Robert De Niro. Hoy un colombiano en un cine goza, pero en la calle pueden atracarlo.