Recuerdo que mi primer encuentro con lo público fue cuando estaba en la universidad y un profesor me preguntó ¿sector público o privado? a lo que respondí sin duda, pero sin tener muy claro el alcance y su significado, sector público. Hoy que he sido servidora pública durante 22 años por vocación y convicción, entiendo lo que significa y sé que es un honor, pero también un desafío que ha traído alegrías, aprendizajes y hasta algunos desengaños.

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Cuando ingresas al servicio público lo haces con ánimo para intentar construir. Construir en una Colombia que aún tiene deudas de equidad e inclusión, y también la perspectiva de un futuro sostenible. Por ello se siente el honor de estar, literalmente, al servicio del país y de su gente. En el sector público podemos estar atentos al crecimiento económico y social, a despertarnos cada mañana pensando que hoy podemos hacer algo mejor. A inspirar, a crear y a transformar.

No obstante, en el camino, a medida que te adentras en las instituciones y su cotidianidad, ese honor comienza a nublarse con dudas, especialmente para las mujeres, pues para nosotras los desafíos no consisten solo en hacer bien el trabajo, sino en sostenernos en una cultura donde aún hay imaginarios del rol que juegan hombres y mujeres, donde los padrinos usurpan el rol del mérito y donde incluso a veces desanima, el egoísmo, ese que no permite construir en colectivo.

Ser mujer en el sector público es todo un reto. Según las cifras del Banco Interamericano de Desarrollo, en el estudio de Mujeres Líderes en el Sector Público de América Latina, en la región hemos avanzado en paridad de género, pues el 64 % somos mujeres, servidoras públicas, pero también es cierto que ocupamos posiciones segregadas en actividades que se creen tradicionalmente para mujeres como atención social, atención en servicios de salud, gestión de administración de servicios generales, es decir no estamos mayoritaria o paritariamente en posiciones de poder. En Colombia hay paridad en los cargos ministeriales por qué así lo pide la norma, aunque esta paridad no es del todo cierta en los otros niveles de asesoras o directivas, o en las ramas del poder Legislativo o Judicial, donde las mujeres congresistas y magistradas son menor proporción que los hombres. Al igual que los cargos de elección popular donde más del 80% son hombres.

Aún así, con estos desafíos, creo que las mujeres debemos persistir en ser servidoras públicas, porque nos he visto en acción, y estoy convencida, no solo por experiencia, sino como lo han demostrado algunos estudios, que nuestra visión puede aportar a una mayor equidad, inclusión e incluso transparencia.

En mis años de servidora pública gestioné cada una de las etapas de la gerencia pública: planeación, presupuestación, contratación, ejecución, seguimiento y el control. Y siempre encontré servidoras comprometidas a que las cosas se hicieran bien, aunque a veces pareciera imposible. Las encontré fuertes en sus principios, sólidas técnicamente, capaces y decididas. También me encontré hombres buenos por supuesto, destaco a mis jefes, que fueron absolutamente respetuosos y valoraron mí talento, pero algunos otros hombres no tanto, especialmente quienes eran mis pares, que creyeron que por ser mujer podían cruzar cierta línea que no estaba permitida, se robaban ideas y hasta hacían comentarios que podrían parecer acoso. Y lo destaco porque las relaciones en lo público son dispares entre hombres y mujeres, a la final ellos son mayoría poderosa. Pero insistí y persistí, convencida de que las mujeres cuando ocupamos cargos de decisión en lo público podemos hacerlo y hacerlo bien.

Pasó marzo, mes donde se resalta el rol de las mujeres y mantengo en mi mente a las servidoras públicas, para ustedes mi admiración, respeto y respaldo, a disposición para lo que necesiten. Las animo a seguir sirviendo con convicción y determinación, a no distraerse con los asuntos menores, no se detengan en los señalamientos, en las intrigas, en la desconfianza o el estigma, trabajen en equipo, practiquen la sororidad y sobre todo persistan en el objetivo superior de construir, de aportar y de avanzar. Persistan en dar lo mejor de sí para construir, tienen mucho para dar.

QOSHE - Servidoras públicas - Patricia Rincón Mazo
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Servidoras públicas

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13.04.2024
Recuerdo que mi primer encuentro con lo público fue cuando estaba en la universidad y un profesor me preguntó ¿sector público o privado? a lo que respondí sin duda, pero sin tener muy claro el alcance y su significado, sector público. Hoy que he sido servidora pública durante 22 años por vocación y convicción, entiendo lo que significa y sé que es un honor, pero también un desafío que ha traído alegrías, aprendizajes y hasta algunos desengaños.

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Cuando ingresas al servicio público lo haces con ánimo para intentar construir. Construir en una Colombia que aún tiene deudas de equidad e inclusión, y también la perspectiva de un futuro sostenible. Por ello se siente el honor de estar, literalmente, al servicio del país y de su gente. En el sector público podemos estar atentos al crecimiento económico y social, a despertarnos cada mañana pensando que hoy podemos hacer algo mejor. A inspirar, a crear y a transformar.

No obstante, en el camino, a medida que te adentras en........

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