“Infoxicación” es la intoxicación que se produce en nuestro cerebro debido a la gran cantidad de información que recibimos constantemente y que no podemos procesar por su volumen. Basta con mirar el celular, el WhatsApp y los correos para tener un ataque de ansiedad. Pues bien, estoy ‘infoxicada’ y me parece que también lo están todas las personas que me rodean. Por eso se me ocurre que además de meditar, practicar el hoponopono, ‘mindfulness’ y todo eso, tenemos que cambiar varias cosas:

Primero, reducir la cantidad de reuniones, pódcast, seminarios y ‘webinars’ profesionales virtuales. Las estadísticas muestran que no estamos asistiendo ni siquiera a los buenos. Hace unos días estuve presente en un seminario virtual organizado por varias universidades de América Latina y un Tribunal de Justicia Regional. Se trataba del lanzamiento de un libro en el cual escribieron más de 30 autores famosos, cada uno de los cuales debía hacer una corta presentación de su texto. Como estoy obsesionada con la “falta de atención”, todo el día seguí el número de asistentes: no superó los 9.

Yo me pregunto si se justifica el esfuerzo de todas las entidades para organizar el evento y, más aún, cuántas personas van a leer el libro. Claro, siempre estará la persona positiva que diga que con un individuo del auditorio a quien se le siembre una duda será suficiente, pero esta explicación no me satisface. Yo, que soy curiosa y disciplinada, sé que a lo sumo miraré unos dos o tres artículos del libro y atenderé concentrada no más de diez minutos de la charla.

Segundo, suprimir la obligación de elaborar una tesis como requisito de grado. Ellas deben ser un trabajo voluntario. ¿Por qué? Porque estos trabajos se están convirtiendo en una pesadilla para los estudiantes. Cada vez les generan más ataques de pánico y, a veces, hasta suicidios. Son tantos los problemas sicológicos que están creando que algunas universidades en Europa están preparando sicológicamente a los estudiantes para hacerlas y el internet está plagado de consejos para enfrentar esa ardua labor.

Al final, dada la presión para graduarse, pagar créditos, trabajar, o lo que sea, muchos terminan haciendo burdos plagios –algunos son sofisticados–; otros, pagando a empresas constituidas para que se las hagan, y algunos, sin graduarse. Todo este rollo para que al final ese documento se quede en un estante y, salvo contadas excepciones, nadie lo lea. He revisado muchas, la gran mayoría malísimas, aburridísimas, que no aportan nada al conocimiento y, confieso, solo lo he hecho porque me pagan.

Por eso mi propuesta es que en adelante la tesis de grado de pregrado, posgrados y maestría solo la elabore el estudiante que desee hacerla, conozca muy bien la metodología y le guste escribir. Quienes no se sientan bien con ese requisito bien pueden hacer trabajo social en un mundo tan lleno de necesidades y desigualdades. Necesitamos profesionales agilizando el trabajo de las oficinas públicas o asesorando de manera diligente a las personas.

Por favor, no quiero revisar una tesis más sobre la “maternidad subrogada en Colombia”, que es un problema que atañe a menos del 1 % de la población, pero sí me gustaría ver profesionales educando a la gente sobre temas sexuales y reproductivos, obligaciones entre padres e hijos, formas de combatir las adicciones que hoy están disparadas a las drogas, las pastillas, las compras, el licor, el celular o lo que sea, enseñando que no hay que maltratar a los humanos ni a los animales que nos rodean, explicando por qué hay que ser “menos” corruptos o para qué sirve ahorrar, en fin. Hay espacio para todas las profesiones. Como dicen los expertos en moda, “menos es más”.

NATALIA TOBÓN F.

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Estoy infoxicada

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30.03.2024
“Infoxicación” es la intoxicación que se produce en nuestro cerebro debido a la gran cantidad de información que recibimos constantemente y que no podemos procesar por su volumen. Basta con mirar el celular, el WhatsApp y los correos para tener un ataque de ansiedad. Pues bien, estoy ‘infoxicada’ y me parece que también lo están todas las personas que me rodean. Por eso se me ocurre que además de meditar, practicar el hoponopono, ‘mindfulness’ y todo eso, tenemos que cambiar varias cosas:

Primero, reducir la cantidad de reuniones, pódcast, seminarios y ‘webinars’ profesionales virtuales. Las estadísticas muestran que no estamos asistiendo ni siquiera a los buenos. Hace unos días estuve presente en un seminario virtual organizado por varias universidades de América Latina y un Tribunal de Justicia Regional. Se trataba del lanzamiento de un libro en el cual escribieron más de 30 autores famosos, cada uno........

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