En el tiempo en que vivimos, la cantidad de información que llega sin pedirla es tal que quien no tiene las defensas arriba cae saturado o rendido por fake news y cortinas de humo, pero ni en este país ni en el resto del mundo es momento de ser indiferente.

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A Israel lo vejaron de forma inenarrable e imperdonable, como imperdonable es el asalto de Netanyahu a un convoy con siete voluntarios de ayuda humanitaria y, desafortunadamente, ese hecho inexplicable, sumado al bombardeo en territorio sirio a la “revolución islámica” iraní, crea un punto de inflexión tan brutal como el del 7-10-2023. Que Dios, Yahvé y Alá nos protejan de lo que sigue, porque se ve crecer un mar de sangre como en tiempos bíblicos, que podría desbordarse al mundo entero.

En otra latitud, y sin que afloje, la grave crisis de Ucrania se convirtió en noticia de segunda, mientras Putin no cesa ni retrocede. Sus declaraciones cada vez se acercan más a la temida zona nuclear, algo que en boca de quien ladra y muerde no es amenaza de poca monta.

El tirano vecino, en violación del pacto que suscribió para garantizar elecciones democráticas, no solo descalificó a su opositora, quien le habría dado una paliza electoral, sino que encarcela a la oposición y con artimañas impide el registro de la filósofa que sustituiría a María Corina. Dictador consciente de que la poca popularidad que heredó de Chávez se le quemó hace rato y que solo le queda la brutalidad para atornillarse al poder. Asume que el Estado y el pueblo son él, pero olvida o ignora que los pueblos no cambian tanto, que la guillotina sigue ahí, no de madera ni en la Bastilla, pero tarde o temprano es el destino de los tiranos.

Y si por allá llueve, fronteras adentro llegamos a un punto de inflexión antes de cumplir el segundo año del cambio: la presión sobre las instituciones y el modus vivendi de la patria, su economía, el empleo, la salud, el orden público, sus empresarios, las relaciones internacionales enfrentan desafíos que no recuerdo haber visto antes.

Disidencias envalentonadas por su impunidad y por vasos comunicantes, bandas armadas sin otra bandera que el lucro; por ejemplo, en Córdoba vacunan, exigen “visa” a quien quiera visitar, so pena de muerte. Y es que con trescientas mil hectáreas de coca sembrada, que no es para aromáticas de un emprendimiento exportador, lograron que Alemania viniera a pedir control y que el congreso de EE. UU recortara la ayuda por no ver frutos, ¡casi nada!

Desde la cuenta X del Presidente, los embates a las instituciones tampoco cesan, una asamblea constituyente que no tiene cabida en la Constitución que juró defender y se convierte en una absurda paradoja, mientras la inversión emprende, pero las de Villadiego, y sumados unos con otros llevan a que doscientos años de democracia imperfecta estén amenazados.

Pero donde hay caos hay esperanza: la resiliencia institucional, empresarial, del ciudadano de a pie que sale valiente a enfrentar el temporal que le toque, la Constitución que se defiende, las altas cortes que se yerguen autónomas, el Congreso que se levanta rebelde, los medios de comunicación que no admiten mordaza ni se arredran, las nuevas alcaldías que recuperan el civismo, la seguridad y así, en las regiones, florece una nueva primavera.

Fue Luis Carlos Sarmiento a La Guajira y en pocos meses la maldición de la sed regional empezó a diluirse, empresarios de todos los tamaños luchan por salir adelante, lo cual hace evidente cómo el sector privado quiere y puede, pero es indispensable que cesen las disputas por aferrarse al poder y se gestione las crisis del presente, que no son pocas, o no tendrá frutos que mostrar este Gobierno. Mientras tanto, entre caos y esperanza, se bate y sobrevive la patria, que, como dijo el gran Juan Lozano y Lozano, es proyección nuestra en el tiempo y en el espacio. No es tiempo para ser indiferentes.

QOSHE - No a la indiferencia - Mauricio Lloreda
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No a la indiferencia

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04.04.2024
En el tiempo en que vivimos, la cantidad de información que llega sin pedirla es tal que quien no tiene las defensas arriba cae saturado o rendido por fake news y cortinas de humo, pero ni en este país ni en el resto del mundo es momento de ser indiferente.

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A Israel lo vejaron de forma inenarrable e imperdonable, como imperdonable es el asalto de Netanyahu a un convoy con siete voluntarios de ayuda humanitaria y, desafortunadamente, ese hecho inexplicable, sumado al bombardeo en territorio sirio a la “revolución islámica” iraní, crea un punto de inflexión tan brutal como el del 7-10-2023. Que Dios, Yahvé y Alá nos protejan de lo que sigue, porque se ve crecer un mar de sangre como en tiempos bíblicos, que podría desbordarse al mundo entero.

En otra latitud, y sin que afloje, la grave crisis de Ucrania se convirtió en noticia de segunda, mientras Putin no cesa ni retrocede. Sus declaraciones cada........

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