Nacido en Denver (Colorado), hace 61 años, Fincher se crio en San Francisco y aprendió la técnica cinematográfica con Industrial Light and Magic. De rigor sicoanalítico, envuelve sus procesos criminales de atmósferas oscuras e intrigas abrumadoras para explorar el lado oscuro de algunas personalidades, ambientaciones nocturnas y bajos fondos afines. Brillante conductor de puestas en escena, caracterizado por frías concepciones emanadas de sus antihéroes, recurre a facturas visuales de estilo neoexpresionista donde sombras y destellos monocromáticos juegan con inquietantes simbolismos.

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Su método meticuloso no se queda en convencionalismos del género, sino que aborda la cotidianidad de sus investigadores y evita persecuciones espectaculares o salidas borrascosas de presuntos implicados. Una característica visual, presente siempre en sus películas: los claroscuros, juego de luces y sombras heredado por el expresionismo alemán de hace cien años y retomado por cineastas franceses como Melville y Clouzot. Cada plano, sin importar que sea de día o en exteriores, está sujeto a la delimitación del diseño de las imágenes que va de las zonas iluminadas a las oscuras con sus respectivas significaciones.

‘El asesino’ (‘The Killer’, 2023). Con el protagonismo del germanoirlandés Michael Fassbender, a partir de una novela gráfica de Alexis Nolent y música electroacústica de Trent Reznor & Atticus Ross. Netflix presenta al imperturbable asesino profesional, entre sicario francotirador y mercenario al servicio de organizaciones criminales, que se debate solitario en su obsesión enfermiza por matar y el miedo omnipresente de ser aniquilado —un perseguidor que termina siendo perseguido—. Es el punto de vista monologado de un sicario, francotirador, justiciero, bandido internacional y exterminador dotado de su propio arsenal.

También su protagonista acusa los antecedentes cinematográficos de un inescrupuloso mercenario —mata por la paga—, recurre a la sevicia y se desempeña como vigilante profesional. En adelante, cualquier película de género policíaco en el estilo ‘film noir’ tendrá a esta película como su referente. Imperturbable, deliberadamente inexpresivo y sin rasgos propiamente sicológicos o sentimentales, confía en su vulnerabilidad y expresa en ‘off’ la peculiar filosofía como victimario al servicio de causas monetarias, políticas o personales.

Michael Fassbender, magnífico actor de origen germanoirlandés, quien personifica y narra sus cometidos antisociales, no se incrimina ni atiende ruegos o súplicas de sus víctimas antes de morir; ambiguo antihéroe cuya presencia discreta camufla su pretendida crueldad. Con identidades engañosas en aeropuertos y fronteras (llámese Cunninghan, o Mr. Grant, o Mr. Malone), conduce coches diversos y camina de noche por calles periféricas y avenidas crepusculares de París, Miami, Santo Domingo, Los Ángeles o Nueva York. Un caballero elegante y con vestuario apropiado para cada oscura ocasión; errante, viaja en bus, tren o avión, conduce diversos coches y camina de noche por calles periféricas y avenidas crepusculares. ¡Anticipa, no improvises! ¡No debes confiar de nadie!

“Apégate al plan”, suele decir antes de terminar cada operativo y disponerse a preparar el siguiente: de París a Nueva Orleans. Agrego, en pocas palabras, que se trata de un sociópata peligroso capaz de las más bajas acciones delictivas, que no merece la solidaridad e identificación de los espectadores no obstante el carisma y los pensamientos reflexivos de los que hace gala.

‘Seven’ (1995). Pieza maestra del cine policíaco y paradigma del ‘thriller’ negro. Un escabroso y bien desarrollado ejercicio criminal de suspenso que basa su efectividad policíaca en esquemas argumentales de categorías patológicas y conclusiones dramáticas, o blasfemas, realmente inquietantes. Sin pretender agotar la tortuosa personalidad del sicópata o asesino serial en referencia, son siete los pecados capitales aquí expuestos: gula, apetito desordenado o voracidad que acarrea indigestiones y gordura; avaricia o el afán desmedido de acumular dineros u otros bienes materiales hasta desbordar la usura y originar enriquecimientos ilícitos; pereza, ocio que anquilosa a quienes no trabajan y prefieren el usufructo de las rentas fáciles; lujuria, ansia incontrolable de placeres sexuales que lleva al libertinaje y la promiscuidad; orgullo, presunción y vanidad como resortes de muchos abusos; envidia, emulación del vecino que desemboca inevitablemente en rencor, e ira, que motiva la venganza constituida en primer eslabón de una maldita violencia.

‘Zodiac’ (‘Zodíaco’, 2007). Alrededor del astuto asesino serial jamás aprehendido, con agresiones atroces documentadas por su incógnito sicópata. Una serie de crímenes atroces reportada por su propio asesino, la frustrada investigación emprendida por tres individuos diferentes: un caricaturista de San Francisco que se obsesiona con el oscuro caso nunca resuelto, un periodista escritor de la Unidad Investigativa que se deja arrastrar por el alcohol y un detective de la Brigada de Homicidios. Finalizaban los años 60, en el convulsionado estado californiano, con parejas juveniles atrapadas en laberintos pasionales y un cierto temor frente al desconocido agresor identificado en todas las crónicas policíacas de la época como Zodiac. Quien enviaba a los periódicos detalles de sus delitos y amenazaba con cometer más crímenes si no se le publicaban en primera plana sus macabros acertijos. Aunque muchos espectadores se sientan defraudados frente a su imposible resolución, la falta de resultados hace que surja en la ficción toda clase de hipótesis realistas. Su ritmo lento, sus casi tres horas y las frecuentes reiteraciones en el guion pueden producir señales incómodas, quizás de incomprensión, que de todas maneras se borran frente al rigor cinematográfico del thriller o investigación criminal propiamente dicha.

MAURICIO LAURENS

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Itinerario y trilogía criminal de un autor oscuro

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29.11.2023

Nacido en Denver (Colorado), hace 61 años, Fincher se crio en San Francisco y aprendió la técnica cinematográfica con Industrial Light and Magic. De rigor sicoanalítico, envuelve sus procesos criminales de atmósferas oscuras e intrigas abrumadoras para explorar el lado oscuro de algunas personalidades, ambientaciones nocturnas y bajos fondos afines. Brillante conductor de puestas en escena, caracterizado por frías concepciones emanadas de sus antihéroes, recurre a facturas visuales de estilo neoexpresionista donde sombras y destellos monocromáticos juegan con inquietantes simbolismos.

(También le puede interesar: Dos relatos personales y algunos antecedentes)

Su método meticuloso no se queda en convencionalismos del género, sino que aborda la cotidianidad de sus investigadores y evita persecuciones espectaculares o salidas borrascosas de presuntos implicados. Una característica visual, presente siempre en sus películas: los claroscuros, juego de luces y sombras heredado por el expresionismo alemán de hace cien años y retomado por cineastas franceses como Melville y Clouzot. Cada plano, sin importar que sea de día o en exteriores, está sujeto a la delimitación del diseño de las imágenes que va de las zonas iluminadas a las oscuras con sus respectivas significaciones.

‘El asesino’ (‘The Killer’, 2023). Con el protagonismo del germanoirlandés Michael Fassbender, a partir de una novela gráfica de Alexis Nolent y música electroacústica de Trent Reznor & Atticus Ross. Netflix presenta........

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