¿Cómo llamar al hombre que corta a una mujer sus pezones? ¿Cómo llamar a más de 60 hombres que violan a una sola mujer? ¿Cómo llamar a los múltiples hombres que violan una mujer hasta desprenderle sus piernas? ¿Cómo llamar al hombre que después de una serie de violaciones durante su abuso le dispara a su víctima y la sigue violando? ¿Cómo llamar al hombre que descarga ráfagas a una menor que murió con el primer disparo? ¿Cómo llamar al hombre que exhibe mujeres desnudas arrastrándolas? ¿Cómo llamar a los hombres que enterraron cuchillos a mujeres en sus partes íntimas?

“Disculpen, es un vocabulario que no tengo” fueron las palabras que usó Amital Perry, diplomática para Suramérica del Gobierno, cuando se quedaba pensando mientras nos ayudaba a un grupo de periodistas que visitábamos Israel hace unos días a entender la voz de familiares de víctimas aún secuestradas por Hamás y a dimensionar el reporte de Sarah Weiss Maudi, consejera legal del Ministerio de Asuntos Exteriores, quien está detrás del estudio que denuncia el uso de violencia sexual contra la mujer en el conflicto en la Franja de Gaza. Mientras yo escuchaba, mi corazón y mi lógica se agrietaban. Pensé para mis adentros: es imposible tener ese vocabulario. Tampoco yo lo tengo. Sé que algunas existen, el solo hecho de crear tales palabras delata una vergüenza para la humanidad. No hay términos correctas para tanta violencia. Tanto dolor.

Dudé en usar el vocablo ‘hombre’. No considero que este comportamiento sea propio de los hombres. Compartiendo mis vivencias, alguien usó el calificativo “animal”, pero tampoco parece adecuado, pues una cosa es actuar desde el instinto, y otra, la sevicia anormal. Estas son acciones comprobadas por imágenes, audios y videos del comportamiento de Hamás en el ataque del 7 de octubre de 2023.

Alguien me dio a entender que no debía escribir esta columna. Yo nunca lo dudé. Me daría gran dolor dejar de sentir, pensar y actuar con independencia por la autocensura del miedo social y profesional, evitar la incomodidad de un problema que no me hace falta o por la vanidad de pasar por encima de cualquier acción que me haga impopular en las tendencias de redes sociales. La violencia sexual contra la mujer como crimen de guerra es inaceptable. Me da más miedo dejar de levantar la mano por un crimen que no puede ser ignorado. Me da más miedo minimizar y trivializar. Me da más miedo pasar por encima porque existen también otras violencias incorrectas. Me da más miedo no ser parte de la indignación para proteger a las mujeres del futuro. Me da más miedo dejar de ser: humana.

Hoy, estas víctimas mujeres se clasifican entre sobrevivientes, fallecidas, cuyos cuerpos no todos están recuperados, y secuestradas pero con dudas sobre su vida, estado mental, emocional y físico. Estas últimas, como si el dolor y la locura no tuvieran límite, con especial temor por recuperar pronto aquellas embarazadas. Si paren un hijo de Hamás, nunca serán liberadas.

Israel y Palestina son sociedades en trauma. La crueldad es sobrecogedora. La realidad de las víctimas civiles de ambas comunidades viola las normas de la guerra, que ya de por sí incluyen la violencia en su definición. El abuso de Hamás a la mujer es generalizado y sistemático, lo cual lo hace un crimen de lesa humanidad. No importa cuántos meses han pasado. La realidad es una lesión infinita. Se requiere un cambio de liderazgo y educación en defensa de la mujer.

Dejo a Israel entre afiches que recuerdan a los secuestrados que la gente deja en blanco si aún no se sabe su paradero, marca con un corazón roto si su muerte ha sido confirmada, y con un corazón completo para aquellas víctimas recuperadas. Recordando a la azafata que nos dio la bienvenida diciendo que “soñaba con mejores días”. Yo también.

* Recomiendo el reporte de la misión especial de la ONU sobre la ocupación a West Bank que estuvo allí desde el 29 de enero al 14 de febrero.

@MOrtizEDITOR

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‘Disculpen, es un vocabulario que no tengo’

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15.03.2024
¿Cómo llamar al hombre que corta a una mujer sus pezones? ¿Cómo llamar a más de 60 hombres que violan a una sola mujer? ¿Cómo llamar a los múltiples hombres que violan una mujer hasta desprenderle sus piernas? ¿Cómo llamar al hombre que después de una serie de violaciones durante su abuso le dispara a su víctima y la sigue violando? ¿Cómo llamar al hombre que descarga ráfagas a una menor que murió con el primer disparo? ¿Cómo llamar al hombre que exhibe mujeres desnudas arrastrándolas? ¿Cómo llamar a los hombres que enterraron cuchillos a mujeres en sus partes íntimas?

“Disculpen, es un vocabulario que no tengo” fueron las palabras que usó Amital Perry, diplomática para Suramérica del Gobierno, cuando se quedaba pensando mientras nos ayudaba a un grupo de periodistas que visitábamos Israel hace unos días a entender la voz de familiares de víctimas aún secuestradas por Hamás y a dimensionar el reporte de Sarah Weiss Maudi, consejera legal del Ministerio de........

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