Lo malo del sultán Al Jaber es que dice cosas impecablemente correctas y con ello consigue que, algunos, le crean. Mejor sería, digo yo, que dijera lo que realmente piensa, pues de esta manera el mundo sabría a qué atenerse y podría debatir con él y con otros más que, en el marco de la COP28 de cambio climático, dirán cosas impecablemente correctas y con ello conseguirán, una vez más, la aprobación de los crédulos.

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El sultán, que será el presidente de la cumbre, dijo: “Será un punto de inflexión histórico en esta década crítica para que las Partes aprovechen el momento del balance mundial para comprometerse a aumentar su ambición y unirse, actuar y obtener resultados que mantengan 1,5C a nuestro alcance, sin dejar a nadie atrás”.

La realidad es que las Partes (léanse los gobiernos de los países altamente emisores) aumentarán sus ambiciones no en la reducción de las emisiones, sino en la ralentización de las transiciones hacia una economía sin carbono. Las proyecciones de producción de estos gobiernos generarían, antes de 2030, alrededor de un 240 % más de carbón, un 57 % más de petróleo y un 71 % más de gas, de lo que deberían producir si realmente quieren limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Según el IPCC, para alcanzar 1,5 °C, las emisiones globales deben reducirse en un 43 % para 2030 en comparación con los niveles de 2019.

Imposible lograr esto sin una transición ambiciosa. ¿Y cuál es el papel del presidente de la COP? Manejar hábilmente la agenda, no vaya a ser que un presidente audaz lance una iniciativa ambiciosa para acelerar el abandono de los combustibles fósiles.

Ojalá el Presidente de Colombia levante su voz por encima de los formalismos y haga saber que el país está en la alianza global “Más allá del petróleo y el gas” para facilitar la eliminación gradual controlada de la producción de estos combustibles. Si ello sucediera, y otros presidentes se pronunciaran, y si además se abriera camino la iniciativa Climática de Petróleo y Gas, o la coalición por el aire limpio, si los jóvenes y las ciudadanías son escuchados, sería altamente improbable que el sultán facilite los caminos que ha pedido la ciencia para acelerar la descarbonización, pero habremos dado un paso en la dirección correcta: de la crisis salimos si hay más ciudadanía que discursos impecables.

MANUEL GUZMÁN HENNESSEY@GuzmanHennessey

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Un sultán impecable

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17.11.2023

Lo malo del sultán Al Jaber es que dice cosas impecablemente correctas y con ello consigue que, algunos, le crean. Mejor sería, digo yo, que dijera lo que realmente piensa, pues de esta manera el mundo sabría a qué atenerse y podría debatir con él y con otros más que, en el marco de la COP28 de cambio climático, dirán cosas impecablemente correctas y con ello conseguirán, una vez más, la aprobación de los crédulos.

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El sultán, que será el presidente de la cumbre, dijo: “Será un punto de inflexión histórico en esta década crítica para que las Partes........

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