Colombia habló. El verdadero poder constituyente fue inatajable, pese a las lluvias y tormentas que cayeron en todo el país. Las redes sociales hicieron su magia y más de un millón y medio de personas salieron a manifestarse a lo largo y ancho de Colombia y en varias ciudades del extranjero. Si bien el Gobierno nos está llevando hacia una dictadura, la ciudadanía no será arrodillada y luchará hasta el final.
Ni en los cálculos más optimistas se preveía algo como lo que vivimos ayer. En Bogotá, donde marchamos la mayoría, ríos y ríos de gente. La gente salió hacia la Plaza de Bolívar una hora antes de la hora de convocatoria. Sobre las 11:45 aún pasaban personas procedentes de la 45 con 7ma hacia la Plaza. La Plaza estuvo a rebosar durante más de dos horas y muchos manifestantes no pudieron ingresar. Lo de ayer fue un clamor ciudadano, un estallido pacífico. No hubo muertos, ni comercios destrozados, ni paredes pintadas, ni vidrios rotos. Los colombianos que salieron ayer no son los salvajes que representan a la izquierda y a los movimientos terroristas como el ELN. El presidente Gustavo Petro nos está llevando hacia una dictadura, pero los más de un millón y medio de personas que salieron ayer arrojaron una luz de esperanza.En Barranquilla no cupo un alfiler, en Cali tampoco, ni qué decir en Medellín, con una avenida El Poblado en la que vibró la democracia y la esperanza. Pero sería injusto no mencionar Chía, Cajicá, Pereira, Manizales, Cartagena y decenas de ciudades más. Todo esto fue un movimiento que nació en redes sociales, lugar que era dominio del progresismo. Poco a poco, con paciencia y orden, ese dominio se ha ido diluyendo.¿Qué produjo el éxito de ayer en #LaMarchaDeTodos? Gustavo Petro. Su perversidad con el pueblo colombiano, su afán de destruir el país, de reventarlo por dentro, de acabar con las instituciones, de arrodillarnos, de sembrarnos miedo y pavor. Todo eso terminó por despertar a una ciudadanía que ha estado anestesiada. Aún faltan muchos, pero lo de ayer marca el inicio del gran movimiento que se verá atacado por Petro y por los terroristas a quienes el Gobierno les ha dado todo tipo de beneficios para eliminar la posibilidad de un 2026 con elecciones.El 21 de abril se dio un paso histórico que no puede quedar en un solo día. Las manifestaciones del 21A, en las que concurrieron ciudadanos de todos los colores, no se pueden quedar en el hecho político. Aquí no podemos bajar la guardia, aquí hay que seguir, aquí hay que ser conscientes de que Petro se radicalizará aún más, que minimizará a más no poder lo ocurrido y que buscará nuevos enemigos.Urge que el activismo ciudadano comience a pensar en cacerolazos, en eventos sonoros que nos mantengan en actividad constante de aquí a 2026. Los congresistas deben entender que esta marcha también fue para manifestarles que no están solos y que no pueden ser comprados por el Gobierno. ¿La reforma pensional va a seguir pasando con mermelada?La ciudadanía se activó. Se despertó. Aquí se acabó el ciudadano apático. Si algo hay que agradecerle a Petro es que logró generar mayor repudio que las Farc y que unió a ciudadanos que antes no se comunicaban. Los líderes políticos deben entender su momento y saber que la ciudadanía los apoya, pero que quiere que se les respeten sus momentos y acojan sus exigencias.Colombia está al borde del abismo, pero el 21A genera esperanza y una pequeña ilusión de que no vamos a convertirnos en una Venezuela. Petro es Chávez, no les quepa la menor duda. Usemos todos los medios democráticos a nuestro alcance, como las redes, para continuar esta batalla que va a ser larga, dura y dolorosa. Pero insisto. Quedarse de brazos cruzados NO ES UNA OPCIÓN. Gracias por lo de ayer, colombianos.DIEGO SANTOS
Analista digital
En X: @DiegoASantos(Lea todas las
columnas de Diego Santos en EL TIEMPO aquí)
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