La vida es un viaje impredecible, incierto, lleno de cambios. No sabemos qué viene mañana. No nos salva una planificación perfecta, ni un mapa para orientarnos en medio del caos. La verdadera brújula que nos guía y sostiene en este viaje es el amor. “Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”, escribió Pablo Neruda. El amor es el vínculo que motiva gestos de bondad, alegría, compasión y generosidad hacia los demás. Es el que nos ayuda a sanar un corazón roto y donde encontramos un sentido más profundo para nuestra existencia.

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Soy parte de una familia numerosa. El amor de mis padres actuó como un hilo invisible que contribuyó a tejer entre nosotros una conexión profunda. Ese vínculo ha sido una fuerza fundamental que nos ha unido, acompañado e impulsado a medida que avanzan los años. Nuestros lazos se forjaron en el escenario del jardín de la casa, entre risas y juegos de ladrones y policías, así como en partidas de “ahorcado” en sobremesas sin prisa. También se consolidaron entre animadas conversaciones alrededor de la chimenea, mientras la música resonaba sin cesar en el tocadiscos.

Ese amor familiar ha sentado las bases para una vida feliz. Lo confirmo ahora, cuando veo a mis hijos cultivar una relación tan cercana como la que yo he tenido con mis hermanos. Lo confirmo al ver el cúmulo de experiencias vividas en familia, ahora una más grande, extendida, con las alegrías y tristezas inherentes al paso del tiempo. No puedo imaginar cómo habría enfrentado momentos difíciles sin la fortaleza de ese amor, que se manifiesta también entre padres e hijos, entre tíos, sobrinos y primos, entre parejas y amigos que se convierten en familia.

Puede parecer una obviedad, pero es también una verdad reforzada por investigaciones académicas. Durante más de ochenta años, la Universidad de Harvard ha trabajado en un estudio sobre desarrollo humano, que respalda esta idea de que el amor, expresado a través de la conexión con los demás, contribuye a nuestra felicidad. La gran conclusión es que las relaciones humanas juegan un papel crucial en la construcción de una vida plena y satisfactoria. Más allá de factores como el dinero, la fama, o la ocupación laboral, la calidad de nuestras conexiones con seres queridos y amigos guarda una relación directa con nuestro bienestar.

Es en ese abrazo cálido de afectos donde encontramos nuestra verdadera riqueza.

X: @Diana_pardo

QOSHE - El amor brújula - Diana Pardo
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El amor brújula

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07.03.2024
La vida es un viaje impredecible, incierto, lleno de cambios. No sabemos qué viene mañana. No nos salva una planificación perfecta, ni un mapa para orientarnos en medio del caos. La verdadera brújula que nos guía y sostiene en este viaje es el amor. “Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”, escribió Pablo Neruda. El amor es el vínculo que motiva gestos de bondad, alegría, compasión y generosidad hacia los demás. Es el que nos ayuda a sanar un corazón roto y donde encontramos un sentido más profundo para nuestra existencia.

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