Admiro la labor de las enfermeras y los cuidadores que asisten a personas mayores o con enfermedades limitantes. Valoro su dedicación y entrega. La mayoría hace su trabajo con amor, empatía y respeto. Sin embargo, cada vez es más común escuchar historias de abuso de algunos, quienes después de ganarse la confianza de sus pacientes los traicionan y los engañan en la seguridad de su propia casa.

(También le puede interesar: Refugios urbanos)

He escuchado muchos casos de maltrato por parte de cuidadores, pero hay dos historias de personas cercanas que quisiera compartir con los lectores. En la primera, la enfermera llevaba más de cuatro años al cuidado de una pareja de personas mayores; compartían tanto que desarrolló con ellos una relación de confianza y dependencia, casi de amistad. En esos años y sin que nadie se diera cuenta, usó la tarjeta de crédito de ellos para sacarles gradualmente grandes sumas de dinero.
En otro caso, la cuidadora de un hombre mayor salía en las noches mientras él dormía, cuando una de sus funciones era cuidarlo en horas nocturnas. Usaba su tarjeta de crédito para gastos personales y, con el tiempo, lo llevó a una notaría e hizo que le traspasara la propiedad de su carro. Además, llevó a vivir a sus hermanos a las habitaciones desocupadas de la casa. Esta situación persistió durante muchos meses, hasta que un familiar descubrió la verdad.

Muchas veces, con el objetivo de ocultar sus acciones, algunos cuidadores administran medicamentos de forma indebida, aumentando las dosis de tranquilizantes o somníferos sin el consentimiento de las personas a su cargo. Esos suministros pueden empeorar la salud de los mayores, o incluso causarles la muerte. Las familias, con las mejores intenciones y confiando en el profesionalismo de los cuidadores, dejan a sus seres queridos bajo su resguardo, esperando que recibirán la atención que merecen.
Los abusos y engaños minan la esencia misma de la relación de cuidado, resquebrajando la confianza y entrada a la intimidad que se concede a estos profesionales. Estas situaciones son reflejo de una sociedad desprovista de códigos morales sólidos. Y aunque observamos casos de robos y maltrato en diversos campos, la exigencia es mayor cuando se trata de la salud y el bienestar de las personas. Ojalá las historias que he narrado sean excepcionales. Pero, independientemente de su frecuencia, es un asunto que demanda toda la atención de los familiares y de las agencias encargadas de proveer este tipo de servicios.

DIANA PARDO@Diana_pardo

(Lea todas las columnas de Diana Pardo en EL TIEMPO, aquí)

QOSHE - Abuso de confianza - Diana Pardo
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Abuso de confianza

18 0
25.01.2024

Admiro la labor de las enfermeras y los cuidadores que asisten a personas mayores o con enfermedades limitantes. Valoro su dedicación y entrega. La mayoría hace su trabajo con amor, empatía y respeto. Sin embargo, cada vez es más común escuchar historias de abuso de algunos, quienes después de ganarse la confianza de sus pacientes los traicionan y los engañan en la seguridad de su propia casa.

(También le puede interesar: Refugios urbanos)

He escuchado muchos casos de maltrato por parte de cuidadores, pero hay dos historias de personas cercanas que quisiera compartir con los lectores. En la primera, la enfermera llevaba más de........

© El Tiempo


Get it on Google Play