Varios hechos ocurridos durante los últimos días, que pasarán a la historia como tristemente célebres, han evidenciado la grave crisis por la que atraviesa el movimiento sindical colombia

Más allá de la renuncia a toda posibilidad de crítica y reflexión ante el actual gobierno por parte de la mayoría de las centrales de trabajadores, preocupan asuntos puntuales, como el de un famoso sindicato que se ve involucrado en el sórdido caso de sicariato ordenado por uno de sus directivos nacionales contra uno de sus homólogos, o el financiamiento irregular por parte de Fecode a la campaña del actual presidente y su impulso a las movilizaciones de presión contra la Corte Suprema de Justicia en el proceso de designación de fiscal general de la Nación.

Todo lo anterior materializa el temor que muchos han advertido a través de la historia acerca de que, más que un movimiento legítimo de trabajadores, lo que existe en Colombia es una estructura político-ideológica que ha utilizado las causas laborales para el avance en la adopción de un modelo socialista en nuestro país, y que en razón a su extravío termina revelando sinsentidos como los ya mencionados.

Pero seamos claros, es cierto que el derecho de libre asociación, reconocido a nivel universal y en Colombia garantizado mediante nuestra Constitución, busca que trabajadores y empleadores puedan constituir organizaciones que gocen de autonomía y especial protección para abogar por los derechos que les son comunes, espacio en el cual podría caber la realidad de un movimiento sólido de trabajadores que encontrara en su legítima acción la necesidad de actuar como actor político, no politiquero o electorero, en la búsqueda de sus objetivos, pero la verdad aquí es bien distinta.

Según cifras recientes del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, las organizaciones sindicales apenas afilian al 3,5 por ciento de los trabajadores colombianos, lo cual tradicionalmente se ha tratado de justificar en la persecución y estigmatización que se hace contra ellas.

No obstante lo anterior, una mirada más rigurosa y crítica podría fácilmente concluir que existe incompatibilidad entre la postura que criticamos hoy, adoptada por las minorías que se han apropiado de la vocería de los trabajadores, y la base de esos trabajadores, que mayoritariamente no somos socialistas ni procuramos la implantación de un modelo de esa naturaleza en nuestro país.

De otro lado, desde la lectura realizada por quienes hoy gobiernan, en la que se acuña el concepto de “gobierno popular”, y en la que se trata de exacerbar el odio de clases y el conflicto social, se hace una dura apuesta para fomentar las organizaciones sindicales de su línea de pensamiento con el fin de avanzar en su proyecto ideológico.

Lo anterior se viene promoviendo no solo mediante la reforma laboral que está en trámite hoy en el Legislativo, sino con acciones ejecutivas como la reciente demanda instaurada por el viceministro del Trabajo contra los pactos colectivos y la convocatoria de la mesa de desmonte del que podría ser el más emblemático de ellos, el famoso Acuerdo 001 en Ecopetrol.

Frente a este panorama, los trabajadores colombianos, los verdaderos, aquel 96,5 por ciento que hoy no está vinculado a las organizaciones existentes, y nosotros, los ya constituidos sobre una visión de independencia, pluralidad y democracia, enfrentamos el más grande reto de la historia, el deber de no mantener una posición pasiva y pusilánime mientras unos pocos, adueñándose flagrantemente de nuestra vocería, avanzan en la destrucción del sistema económico del país.

Tenemos un llamado claro a estar a la altura del momento histórico que vivimos para asumir el reto de organizarnos en torno a un nuevo paradigma de relacionamiento laboral, enfocado en la sostenibilidad y el desarrollo social y económico para beneficio general de cara a nuestras generaciones futuras.

* Líder sindical

QOSHE - El sindicalismo tradicional se debe acabar - Alejandro Ospina
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El sindicalismo tradicional se debe acabar

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16.03.2024
Varios hechos ocurridos durante los últimos días, que pasarán a la historia como tristemente célebres, han evidenciado la grave crisis por la que atraviesa el movimiento sindical colombia

Más allá de la renuncia a toda posibilidad de crítica y reflexión ante el actual gobierno por parte de la mayoría de las centrales de trabajadores, preocupan asuntos puntuales, como el de un famoso sindicato que se ve involucrado en el sórdido caso de sicariato ordenado por uno de sus directivos nacionales contra uno de sus homólogos, o el financiamiento irregular por parte de Fecode a la campaña del actual presidente y su impulso a las movilizaciones de presión contra la Corte Suprema de Justicia en el proceso de designación de fiscal general de la Nación.

Todo lo anterior materializa el temor que muchos han advertido a través de la historia acerca de que, más que un movimiento legítimo de trabajadores, lo que existe en Colombia es una estructura político-ideológica........

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