La vicepresidenta Nadia Calviño hace sonar la campana previa a la reunión virtual del Ecofin del 20 de diciembre. / Ministerio de Economía

Que PP y PSOE tengan que recurrir a la mediación de Europa para cumplir con la Constitución en la renovación del CGPJ es un ejemplo de lo que, popularmente, se llama falta de “vergüenza torera”. Los expertos han contabilizado unas 120 expresiones en castellano que tienen una procedencia del mundo del toro, y esta es una de las que todavía se utiliza, incluso por políticos que son declarados antitaurinos. La tauromaquia ha ejercido una influencia enorme en el lenguaje y la vida social española, lo que acredita que no es una fiesta salvaje de diversión, como afirman sus detractores, cuyos argumentos animalistas son atendibles, pero que se equivocan despreciándola como patrimonio cultural que ya les gustaría tener en otros países. “Vergüenza torera” significa la excelencia de una persona en el cumplimiento de sus obligaciones, que es lo que hace el torero tirándose sobre el toro, poniendo incluso en riesgo su vida.

Entretodos

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

En este sentido, Nadia Calviño merece salir del Gobierno como los mejores toreros, a hombros, por la puerta grande, con pañolada, pues ha ejercido su responsabilidad como vicepresidenta económica con acierto y generosidad. Es justo decirlo. Su participación en la puesta en marcha de los fondos Next Generation, tras el desplome del covid, fue clave, y deja una impronta europeísta que dará continuidad al frente del Banco Europeo de Inversiones, el brazo financiero de la UE. Tras las elecciones de 2019, la presencia de Calviño disipaba las dudas hacia un Ejecutivo socialista en coalición con Podemos que tuvo durante algunos años a Pablo Iglesias como vicepresidente, y después ha jugado de forma inteligente de contrapeso frente a Yolanda Díaz. En comparación con otros países europeos, la economía española ha tenido un mejor comportamiento en el último lustro, tanto en crecimiento como en control de la inflación, pero para 2024-2025 se prevé una desaceleración, o incluso una recesión, lo que incrementará peligrosamente el déficit y la deuda. Cuando llegue el momento de los recortes, la vergüenza torera del nuevo ministro, Carlos Cuerpo, se pondrá a prueba.