Significado: “Por lo general, el ansia por conseguir algo desmesurado frustra la obtención de una ganancia aceptable”. Quizás sea eso lo que le ha sucedido a Argos con sus últimos proyectos urbanísticos en construcción o anunciados en Barranquilla y Puerto Colombia. En nuestro lenguaje coloquial costeño, diríamos que se pasó de piña, y ante la pasividad que apreciaban de nuestros dirigentes decidieron exprimir al máximo sus predios adquiridos hace muchas décadas.

Ya he referido el tipo de urbanismo amable desarrollado por Urvisa y Cementos Caribe en “Villa Carolina”, “La Castellana” (Buenavista) y hasta en “Miramar”, aun con su difícil terreno y topografía, son urbanizaciones con unas densidades que las hacen agradables para sus residentes en cuanto a espacios y movilidad, sin afectar a los barrios vecinos. Ya en “Alameda del Río”, en un área de aproximadamente 110 hectáreas y 24.000 apartamentos, se aprecia un cambio en el concepto urbano, con sufridos problemas de parqueo y movilidad, y esto obedece a una densidad mucho mayor, 130 apartamentos por hectárea. Las cifras anteriores y siguientes las he sacado así: Áreas, midiéndolas con Google Earth, por lo que pueden haber unas diferencias mínimas, y la cantidad de apartamentos, de acuerdo a lo anunciado por los constructores.

“Ciudad Mallorquín”, en cambio se desarrolla sobre unas 75 hectáreas, y anuncian 16.000 apartamentos. Lo anterior nos da 200 apartamentos por hectárea, un 64% de mayor densidad que en “Alameda del Río”. Y en “Pajonal”, que se construirá adosada a la anterior, se levantarían 25.000 apartamentos VIS, en aproximadamente 132 hectáreas, con una densidad 190 unidades por hectárea, casi un 50% más que en “Alameda del Río”, que de por sí tiene los problemas ya conocidos. ¡Un verdadero exabrupto que no podemos permitir! Y es que aun rebajando las densidades en un 50% en esos proyectos de Argos, la movilidad en el norte de nuestra ciudad colapsaría, y no apreciamos el más mínimo interés de esa empresa en reducir sus aspiraciones, ni aportar recursos para obras con las que se minimicen los problemas que le generarán a la ciudad sus muy rentables desarrollos.

Sintetizando: Las negativas consecuencias serían: 1. Un urbanismo agresivo para el ciudadano y la ciudad. 2. Desvalorización de las propiedades en urbanizaciones consolidadas, como “Villa Campestre” y “Ciudad del Mar”. 3. El ecocidio ya causado y por causar, arrasando flora y fauna de ese bosque de manera despiadada, afectando al medio ambiente y hasta el clima en ese gran sector. 4. Colapso total de la movilidad del norte de Barranquilla, dañándole la calidad de vida a decenas de miles que desde hace años viven en alrededores de esos desarrollos. Por esto, si lo permitimos, todos perdemos y solo Argos gana, lo cual no sería justo.

QOSHE - La avaricia rompe el saco | Columna de Nicolás Renowitzky - Nicolás Renowitzky R
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

La avaricia rompe el saco | Columna de Nicolás Renowitzky

56 14
30.04.2024

Significado: “Por lo general, el ansia por conseguir algo desmesurado frustra la obtención de una ganancia aceptable”. Quizás sea eso lo que le ha sucedido a Argos con sus últimos proyectos urbanísticos en construcción o anunciados en Barranquilla y Puerto Colombia. En nuestro lenguaje coloquial costeño, diríamos que se pasó de piña, y ante la pasividad que apreciaban de nuestros dirigentes decidieron exprimir al máximo sus predios adquiridos hace muchas décadas.

Ya he referido el tipo de urbanismo amable desarrollado por Urvisa y Cementos Caribe en “Villa Carolina”, “La Castellana” (Buenavista) y hasta en “Miramar”, aun con su difícil terreno y topografía, son urbanizaciones........

© El Heraldo


Get it on Google Play