La desbordada inseguridad ciudadana en el país, en el Departamento del Atlántico y en la ciudad de Barranquilla sobrepasó hace rato los límites de la tolerancia. Sin meternos a regiones de la Nación como por ejemplo el Departamento del Cauca, lamentablemente, cuna de tanta nobleza y belleza humana, diríamos que el 99% del país se sumergió en la pérdida de una batalla que más o menos teníamos controlada. En los últimos cincuenta años hemos vivido los horrores de todas las tragedias, pero la típica seguridad de los municipios en su gran mayoría mostraba control.

Barranquilla en este aspecto produce miedo. Si, así con este énfasis que no es exageración. Los ciudadanos están asustados, los negocios al público están desmejorados por falta de clientela. Hoy nos gobiernan los atracos a cualquier hora, asesinatos por cobro de cuentas o por celos o por envidias, el narcotráfico pendientes de su facturación y recaudos, los hurtos simples, los crímenes personales destacándose cobardemente los feminicidios, las extorsiones, las peculados, el raponeo, los secuestros, robos a vehículos, atracos por todo y en cualquier hora o sitio, todo ello aun cuando parezca mentira ascendieron a 280% en los últimos dos años.

Obvio, en el país y aquí se refleja, el mismo gobierno nacional con su cantaleta de Colombia es belleza desalentó la efectividad de las Fuerzas Armadas y la Policía, permitió que las bandas sicariales como el ELN imponga como cuando y donde se hacen los diálogos y qué contenido tendrán, a los muchachos vándalos se les cancela un millón de pesos por no matar y los íntimos del redil Presidencial negocian en las cárceles prerrogativa y dádivas. ¿Qué se puede esperar de este teatro de barbaridades?

Así como vemos que nuestra ciudad avanza en todas las facetas y a pesar del deterioro social y esta inseguridad galopante conmueve los nervios, porque observamos a un Alcalde cumpliendo sus promesas y avanzando contra todo lo que huele a feo, todos los habitantes de la urbe necesitamos, solicitamos y exigimos que los órganos de control, la Policía, la unión de los estamentos sociales y cívicos, todos coordinados desde la misma Alcaldía inicien o renueve, este proceso de seguridad ciudadana con guerra sin límites a los desmanes que estamos viviendo. Muy pocas veces en años anteriores recientes habíamos tenido una situación como esta que estamos padeciendo lo que se está reflejando en las cifras diarias de muertos, heridos y sacrificados económicamente que publican los medios de comunicación.