Las alarmas están prendidas en Palacio Nacional porque se comienza a esbozar la posibilidad real de que gane Xóchitl Gálvez la Presidencia de la República y ante ello se busca pulsar todos los escenarios posibles para evitar entregar la banda presidencial, incluso con la declaración del jefe del Ejecutivo federal vertida en la mañanera del 12 de este mes, en el sentido de que se prepara un golpe de Estado desde el Poder Judicial y la oposición; se confirma el delirio de la derrota que se vive en las filas del oficialismo.

AMLO se ha referido en las mañaneras 172 veces al golpismo y ello de suyo, no pasaría de ser una balandronada más del tabasqueño, pero ya contextualizada en estos momentos en el escenario electoral, pues la declaración representa la posibilidad real de que Claudia Sheinbaum pierda la elección y ante ello, se prepara el Estado de excepción ante el nivel de violencia y polarización social que se desencadenaría ante un eventual conflicto poselectoral y con ello, se buscaría cancelar la elección presidencial.

De una cosa estamos seguros, López Obrador no entregará el poder aunque pierda en las urnas su candidata, por ello, desde hace varios años se instrumenta toda una estrategia integral para cooptar los organismos electorales, la Fiscalía General de la República, las Fuerzas Armadas, la CNDH y el Poder Legislativo, para, eventualmente, y si el caso lo amerita, impedir por todas las vías que ocurra la alternancia en el poder.

A este andamiaje electoral al servicio del totalitarismo le faltó engranar o someter al Poder Judicial y ello representa una gran barrera para instaurar el obradorato y por ello se enfilan todas las baterías contra ese poder.

El presidente cuestionó si sus adversarios están apostando a un fraude electoral o a un golpe de Estado técnico desde el Poder Judicial para lograr la nulidad de la elección.

La perversidad abona el campo para acusar a los opositores sobre un posible conflicto poselectoral, cuando en realidad desde el Estado se hará todo, absolutamente todo, para evitar a toda costa la alternancia en el poder.

Si alguien se ha caracterizado a formar grupos de choque disruptivos que se infiltran en las marchas para desencadenar el caos y la violencia, son precisamente los que ahora están en Morena y en posiciones de poder que durante años hicieron de las manifestaciones su modus vivendi y no dude, estimado lector, que esos grupos estén alistándose ante la posibilidad real de que sean llamados a la acción para justificar la declaración de Estado de excepción.

El artículo 29 de la Constitución federal establece la suspensión o restricción del ejercicio de derechos y garantías en los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública u otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto.

Faltan 82 días para que se lleven a cabo las elecciones más concurridas de la historia y este lapso, seguirá el presidente fungiendo como jefe de campaña del oficialismo, sin importarle que con ello transgrede el orden constitucional.

Desde la oposición alertan sobre el paroxismo presidencial que se evidencia al inventar la posibilidad de un fraude por parte de la oposición en las elecciones por la Presidencia.

Verónica Juárez Piña, candidata a senadora por la coalición Fuerza y Corazón por México, advirtió que López Obrador está iracundo al ver que, a pesar de que está poniendo todo el peso y los recursos del Estado para favorecer a Sheinbaum, su candidatura no avanza. Más que un mensaje para la oposición, López Obrador está reprochando a la candidata morenista su incapacidad para sacarle provecho a esta ilegal campaña.

“De hecho, el presidente está adelantando que, ante la posibilidad del triunfo de Xóchilt, no entregará el poder, pero se topará con pared, ya que las y los ciudadanos abarrotarán las urnas y defenderán sus votos a nuestro favor”, aclaró.

“Es una estrategia ya conocida de López Obrador. No admite derrotas. No respeta las instituciones y cuando pierde, arrebata. La cuestión es que ahora, con el enorme poder que le da el cargo, si no respeta la voluntad en las urnas de las y los mexicanos, atentaría contra la democracia y pondría en riesgo la gobernabilidad del país”.

Diremos que las campañas políticas corren por dos vías: la institucional y por el plan B del presidente, que implica necesariamente el desconocimiento total de los resultados en caso de que la candidata de Morena, PT y PVEM resulte derrotada.

QOSHE - La derrota electoral abre la puerta al Estado de excepción - Alejo Sánchez Cano
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La derrota electoral abre la puerta al Estado de excepción

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14.03.2024

Las alarmas están prendidas en Palacio Nacional porque se comienza a esbozar la posibilidad real de que gane Xóchitl Gálvez la Presidencia de la República y ante ello se busca pulsar todos los escenarios posibles para evitar entregar la banda presidencial, incluso con la declaración del jefe del Ejecutivo federal vertida en la mañanera del 12 de este mes, en el sentido de que se prepara un golpe de Estado desde el Poder Judicial y la oposición; se confirma el delirio de la derrota que se vive en las filas del oficialismo.

AMLO se ha referido en las mañaneras 172 veces al golpismo y ello de suyo, no pasaría de ser una balandronada más del tabasqueño, pero ya contextualizada en estos momentos en el escenario electoral, pues la declaración representa la posibilidad real de que Claudia Sheinbaum pierda la elección y ante ello, se prepara el Estado de excepción ante el nivel de violencia y polarización social que se desencadenaría ante un eventual conflicto poselectoral y con ello, se buscaría cancelar la elección presidencial.

De una cosa estamos seguros, López Obrador no entregará el poder aunque pierda........

© El Financiero


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